"No hay razón para impedir a una mujer llevar 'burka"
La filósofa Martha C. Nussbaum (Nueva York, 1947) considera radicalmente injusto prohibir el niqab,sea cual sea el argumento con el que se justifique, del mismo modo que tampoco cree que sea justo impedirle a una persona adulta que se someta a una operación genital, con las debidas garantías médicas. Ha sido profesora de letras clásicas en las universidades de Harvard y Brown, y actualmente enseña ética y derecho en la Universidad de Chicago.
Sin abandonar el ámbito de lo académico, Nussbaum no ha dudado nunca en bajar sobre el terreno y polemizar sobre los grandes temas que dibujan el futuro de nuestras sociedades. Su libro India. Democracia y violencia religiosa (Paidós) es uno de los análisis más lúcidos sobre la textura del mundo globalizado, que permite leer todos los presentes a través de un caso específico, que conoce bien gracias a su colaboración con el premio Nobel de Economía Amartya Sen. Ayer pronunció en el Centro de Cultura Contemporáneo de Barcelona (CCCB) una conferencia sobre la libertad de conciencia.
Esbelta, extraordinariamente bien conservada, corre medias maratones y no elude ningún tema. Sus alumnos no compran periódicos, pero ella prefiere leer en papel con el café matutino. "Internet no es lo mismo porque no te da una cobertura general, solo te da aquello que buscas, y puede que no sea lo que quieres saber", puntualiza.
La pregunta obligada es sobre el súbito interés de las sociedades europeas en prohibir que unas pocas mujeres se cubran la cara. "Creo que la gente, cuando tiene miedo y se siente insegura, cuestiona la igualdad de los otros", responde. "En Alemania, donde acabo de estar, en ciertos lugares prohíben incluso los pañuelos de cabeza a los profesores de las escuelas públicas, pero permiten que las monjas y los curas usen sus hábitos. En realidad, lo que hacen es decir que se sienten seguros con la gente que conocen y no con los que no conocen, lo que es una tendencia natural de los humanos, pero que no debe permitirse en una democracia. Si uno piensa que todas las personas merecen igual respeto, para mí no hay ninguna razón por la que una mujer no pueda llevar el burka si así lo quiere. Y no me creo el argumento de que la gente no puede mantener relaciones normales si no puede ver la cara del otro. Vengo de una ciudad muy fría y en invierno todos nos ponemos gorros y bufandas que no dejan ver más que los ojos".
Tampoco le impresiona el argumento de la indignidad que se atribuye al uso del velo, en tanto que denigra a la mujer y la cosifica, e incluso se atreve a debatir las mutilaciones genitales. "Las sociedades deben proteger fuertemente las oportunidades de sus miembros y especialmente de los niños", asegura; "esto significa que cualquier tipo de operación que tenga implicaciones en oportunidades futuras debe prohibirse en los niños. Pero si una mujer adulta quiere someterse a algún tipo de cirugía genital es otra cuestión, que debe considerarse junto a otras cuestiones del grupo mayoritario. En el gimnasio me harto de ver mujeres con cicatrices resultado de peligrosas operaciones de cirugía estética. Lo hacen porque la cultura dominante así lo requiere. En cualquier caso, este es un debate que hay que abordar. Depende de qué tipo de cirugía genital. En cuanto a cubrirse la cabeza, bien, esto lo hacen todas las mujeres, todo el tiempo".
Babelia
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