El barco de los 'sin papeles' españoles
Una exposición muestra el naufragio en 1916 del 'Titanic español', en el que murieron más de 400 personas, en su mayoría emigrantes
Los misterios que envolvieron el naufragio frente a las costas de Brasil en 1916 del buque Príncipe de Asturias, el llamado Titanic español, son desvelados en una exposición que invita a un viaje en el tiempo y al fondo del océano. Los visitantes podrán sumergirse en los "recuerdos de los pasajeros que embarcaron en Barcelona a bordo del Príncipe de Asturias" rumbo a América hace 91 años, y que naufragaron una noche de carnaval, explica Felipe Moura, comisario de la muestra, abierta en Sao Paulo.
La exposición, que permanecerá en esta ciudad hasta el ocho de abril, reúne objetos y piezas originales del transatlántico encontrados durante las investigaciones recientes, así como fotografías y documentos de los pasajeros aportadas por familiares. Elementos curiosos de la muestra son restos de la vajilla usada en el barco y una maqueta del navío expuesta dentro de un acuario.
Brasil es la primera escala de la exposición Príncipe de Asturias, que ha sido organizada por el Museo de Arte Brasileño del Colegio FAAP y la Marina brasileña. En mayo, los recuerdos del malogrado buque español viajarán a Barcelona y "se podrán complementar" con otras piezas que se conservan en el museo marítimo de la capital catalana, señala Moura.
Más de 400 víctimas
El comisario define la muestra como una "lectura visual" de la historia del buque y ha asegurado que "mirar los objetos de los pasajeros y tripulantes sacados más de 90 años después de la tragedia involucrará al visitante y activará la imaginación de muchos". Luiz Felipe Moura, quien según dice investiga la historia del navío por "pura pasión personal", revela en esta exposición lo que el periodista José Carlos Silvares descubrió durante más de 25 años de pesquisas de la historia secreta del transatlántico, contada también en el libro "Príncipe de Asturias".
El Titanic español fue construido en 1914 en los astilleros de Glasgow y chocó, tras varios días de navegación con malas condiciones meteorológicas, contra un arrecife el 6 marzo de 1916 en las aguas del litoral paulista. El buque, que efectuaba su sexto viaje entre Barcelona y Buenos Aires, con escalas en varios puertos españoles, en la ciudad brasileña de Santos y en Montevideo, llevaba 654 pasajeros oficialmente registrados, de los que sólo sobrevivieron 177.
Un hundimiento sin resolver
La mayor tragedia ocurrida en los mares del Atlántico sur está llena de misterios y son muchas las conjeturas que se han hecho en torno a su hundimiento. Moura cree que las cifras oficiales podrían diferir de las reales y calcula que la tragedia se pudo cobrar cerca de mil muertos. "Sólo las bodegas del transatlántico tenían capacidad para 1.500 inmigrantes ilegales que buscaban llegar a Buenos Aires cuando Europa estaba viviendo la I Guerra Mundial", comenta.
"Las investigaciones realizadas años después de la tragedia constataron que el navío llevaba oro no declarado", además del cargamento de una veintena de estatuas de bronce de tamaño natural que la comunidad española en Argentina pretendía regalar a este país en conmemoración del primer centenario de su independencia.
Uno de las hipótesis que se barajan es que el navío pudo ser saboteado por llevar oro alemán a Buenos Aires, señala. Sin embargo, lejos de las múltiples hipótesis y versiones existentes, la muestra presenta lo que se ha podido constatar "y deja que el visitante interprete los hechos y documentos". Siguiendo al director de cine James Cameron, quien retrató la historia del naufragio del Titanic, Moura ha anunciado que actualmente trabaja en la producción de una película que narre la historia del Príncipe de Asturias, para la que va a pedir la colaboración del Gobierno español.
Babelia
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