El arte de las 'madonnas suicidas' provoca el escándalo en Israel
Una exposición con representaciones de cuadros de vírgenes con la cara de terroristas palestinas es clausurada
Una exposición con cuadros de la Madonna con el niño Jesús en su regazo ha sido retirada en Tel Aviv (Israel) unas horas antes de su inauguración. La razón: los rostros de las Vírgenes aparecen suplantados por los de varias terroristas suicidas palestinas, entre ellas, las de la primera mujer kamikaze de la segunda intifada, Wafa Idris, armada con una aureola y una diadema del movimiento Fatah. Idris acabó con la vida de un israelí de 81 años e hirió a más de 100 personas en Jerusalén oeste en 2002. La indignación por estas variaciones del tema piadoso ha acabado con la muestra, que ha sido retirada por la Asociación de Periodistas de Israel, sede de la misma.
La Asociación ha anunciado en palabras de Yossi Bar-Muha, su presidente, que clausura la exposición porque su "asesor legal ha determinado que podría ser una ofensa contra los sentimientos del público en general, y de las familias de las víctimas del terror, en particular". Tanto el Likud -partido en el poder- como el opositor Kadima habían criticado los cuadros, reproducidos previamente en un periódico local. Lo mismo han hecho los familiares de las víctimas.
El padre de una adolescente de 17 años muerta en un ataque suicida contra un autobús en Taifa ha declarado al diario británico The Independent que la exposición es ofensiva contra las sensibilidades cristianas y los padres de las víctimas. "No soy un gran experto en arte pero no veo ninguno aquí", ha dicho Ron Kehermann, que se pregunta si es arte "tomar un icono religioso, utilizar el Photoshop y cortar y pegar la foto de una asesina de inocentes". Keherman no entiende tampoco cómo semejante "ofensa" puede llegar de los propios judíos. Las dos autoras de los cuadros son israelíes.
Más argumentos en contra llegaron de la mano de un miembro cristiano del Consejo Legislativo Palestino. Según Bernard Sabella "algunos pueden decir que es arte y que, por tanto, todo está permitido, pero esto es Tierra Santa y aquí viven tres comunidades religiosas. Un artista en esta tierra no puede asociar actos que no son aceptables para ninguna persona civilizada con los símbolos de las religiones del mundo".
Para las artistas, sin embargo, se trata de hacerse preguntas sobre el ser humano. Galina Bleich, una de las autoras, defiende que los cuadros plantean "cómo una mujer que nace para amar y procrear puede convertirse en una fuente de odio y asesinato". Un planteamiento que no ha gustado a casi nadie en Israel.
Babelia
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