_
_
_
_

60 años del bloqueo de Berlín

El 24 de junio de 1948 Stalin decidió impedir la llegada de convoyes de mercancías desde la zona capitalista al Berlín occidental. -Un día después, se inció el célebre puente aéreo

Todo eran incomodidades en el Berlín de postguerra. Una ciudad asolada por los últimos combates de la II Guerra Mundial. Por la demencia nazi que obligó a los aliados a avanzar calle por calle, literalmente metro a metro, hasta conseguir la claudicación de la capital del III Reich.

En 1948, tres años después del final de la guerra, Berlín era un reflejo a escala del experimento que los aliados estaban consagrando en los restos de Alemania. Una ciudad, como el país, dividida en cuatro sectores. Ocupada por soldados soviéticos, estadounidenses, británicos y franceses. Ocupada por dos modelos antagónicos.

Pero Berlín era además una isla en medio de la Alemania ocupada por los soviéticos. Una nebulosa más de las que habían dejado las conferencias de Yalta y Postdam. En ambas reuniones, celebradas durante la agonía nazi, había quedado claro que Washington y Moscú tenían planes muy diferentes para la Alemania postbélica.

Más información
Adiós al aeropuerto que resistió a Stalin

Así, cuando tocó ponerse a trabajar, Francia, Gran Bretaña y EE UU anunciaron la introducción de una nueva moneda en su zona: el marco alemán nació el 18 de junio de 1948 para reconstruir Alemania. Al menos, la Alemania occidental.

Berlín se convirtió entonces en una ciudad con dos sistemas monetarios. Una ciudad en la que sus habitantes del oeste podían comprar con la nueva moneda todo tipo de productos llegados en tren, atravesando la zona de ocupación soviética. Porque la nueva moneda era sólo una plasmación más de que la economía capitalista de la parte occidental, desde la introducción del Plan Marshall, estaba ganando la partida a la comunista de la parte oriental.

Hasta 900 aviones diarios

Fue entonces cuando Stalin, el 24 de junio de 1948, utilizó el pretexto de arreglar unas infraestructuras para impedir la llegada de los convoyes de mercancías desde las zonas capitalistas a Berlín. Si el bloqueo triunfaba, la URSS controlaría la totalidad de Berlín. Y los occidentales no podían permitirlo.

Tras analizar diversas opciones -barajaron incluso enviar un convoy armado- se decidieron por desbloquear Berlín desde el aire. Sólo un día después del embargo, comenzaba el célebre Luftbrücke, el puente aéreo. Los aviones llegaron al aeropuerto de Tempelhof, antaño orgullo de los nazis, durante casi un año. El aeropuerto, que vive ahora sus últimos días, llegó a registrar en ese periodo hasta 900 vuelos diarios con todo tipo de mercancías.

Puesto que en los cálculos de la URSS no entraba derribar a los aviones occidentales, Stalin acabó levantando el bloqueo el 12 de mayo de 1949. De esta manera, concluía el primer episodio de la Guerra Fría. El que dejó claro, como había dicho Winston Churchill en Fulton unos años antes, que un "telón de acero" había caído sobre Europa.

El aeropuerto de Tempelhof llegó a recibir, durante casi un año, hasta 900 aviones diarios que frustraron el bloqueo de Berlín decretado, el 24 de junio de 1948, por Stalin.
El aeropuerto de Tempelhof llegó a recibir, durante casi un año, hasta 900 aviones diarios que frustraron el bloqueo de Berlín decretado, el 24 de junio de 1948, por Stalin.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_