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"Mi abuelo es una sombra benevolente", afirma David Camus

El nieto del autor de 'El extranjero' publica una novela histórica

Jacinto Antón

Un caballero de la orden de los hospitalarios que abjura de su religión y trata de recuperar la cruz de Cristo tras la derrota de los cruzados en Hattin protagoniza Caballeros de la Vera Cruz (Grijalbo), de David Camus, nieto de Albert Camus. Es una novela histórica, pero atravesada por un desgarro y un eco existencial que invitan a las comparaciones. "La de mi abuelo es una sombra benevolente", afirma el autor.

David Camus (Grass, Francia, 1970) es un joven de rasgos delicados y profundos ojos castaños que afronta con resignada deportividad las inevitables preguntas relacionadas con su famoso abuelo. Se desenvuelve inicialmente con timidez hasta que toma confianza y muestra entonces una simpática vehemencia. "Todos tenemos una parte de sombra y luz que hay que aceptar", señala. Lo dice en referencia al sultán Saladino, al que retrata en su libro como un hombre a la vez caballeroso y cruel. Pero esa aseveración, como toda la obra, puede entenderse en clave mucho más general. "No he escrito una novela sobre las cruzadas, sino sobre la guerra y la religión; me interesa la psicología de los personajes y las cruzadas sólo son el marco; de hecho, las cruzadas las he descubierto al escribir el libro". Lo que sí que había antes era una atracción por los castillos cruzados, especialmente el Krak de los Caballeros -producto de su interés por Lawrence de Arabia, que los estudió- y por Palestina.

El personaje central de Caballeros de la Vera Cruz, Morgennes, "un héroe como ya no los hay en la literatura francesa", es un hombre en el límite, enfrentado al dilema de que para sobrevivir y cumplir su misión debe renegar de su fe. "Cambia ante la mirada de los otros, pero no su propia relación con Dios", explica Camus, que reconoce una faceta existencial en el personaje. Ese tema se imbrica en una estructura de pura novela de aventuras, "aunque al servicio de mis propias reflexiones". David Camus dice que inicialmente había querido hacer una historia "tipo Robert Louis Stevenson". La novela, que comparte escenario con el filme de Ridley Scott El reino de los cielos -"muy malo"-, está llena de escenas de una gran violencia. "Me lo han reprochado, pero las batallas eran así; sea como fuera, lo importante era plasmar la relación de los hombres con la religión, algo que he trabajado mucho".

A la pregunta de cómo vive lo de ser nieto de, David Camus responde: "Ese tipo de relación no se vive, es mortal". Y explica que durante mucho tiempo sintió la necesidad de escribir pero le retenía su nombre. Finalmente, decidió afrontar sus "demonios y dejar de huir". En relación con su abuelo, al que recalca que no conoció -murió antes de que él naciera-, afirma: "Todas mis respuestas me parecen artificiales". Explica que Albert Camus está muy presente en su familia "no sólo como escritor, sino como hombre", y que dado que su influencia es tan fuerte en todos los escritores, "¿cómo iba yo a escapar de esa influencia?". El abuelo Camus es, en todo caso, "una sombra para todos, y yo no quiero salir de ella porque para mí es una sombra benevolente y protectora". David se reconoce en los temas y el sentido del humor de su abuelo. Políticamente, se sitúa "como él". Escribir una novela histórica (antes hizo ciencia-ficción) obedece a que ha querido "hacer un género que él no tocó; pero con tiempo escribiré de todo".

David Camus, ayer en Barcelona.
David Camus, ayer en Barcelona.JOAN SÁNCHEZ

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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