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Springsteen, bardo del 'yes, we can'

El músico de Nueva Jersey y la E Street Band lanzan hoy en todo el mundo su nuevo disco, 'Working on a dream' - El amigo de Obama canta al EE UU del cambio

Fernando Navarro

Hace cuatro años, Bruce Springsteen vio su sueño convertido en pesadilla. Tras más de un cuarto de siglo de trabajo, tomó la decisión más arriesgada de su cuidada carrera al involucrarse en política y pedir públicamente, y con una gira por todo Estados Unidos, que no se votara a George W. Bush. El rockero de raíces, símbolo de los valores americanos, jugó sus cartas. Y perdió. Pero lejos de arredrarse con la cruda realidad de "los cuatro años más de Bush", Springsteen volvió con más fuerza y trabajó por tornar la pesadilla de nuevo en sueño.

Y la semana pasada vio cumplido ese sueño. Es una imagen que ha dado ya la vuelta al mundo: subido a la escalinata del Lincoln Memorial, enfundado con tan sólo una guitarra y acompañado por un coro gospel, el músico de Nueva Jersey celebró en Washington la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos.

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Quizá no por casualidad, The Boss da ahora la bienvenida a Obama con un disco, Working on a dream (Sony-BMG), que sale hoy a la venta en todo el mundo. La conciencia de la música americana recupera la felicidad perdida. Y, aparentemente, la capacidad para el trabajo. Sólo han pasado 15 meses de Magic, su último trabajo. Éste es un repaso a las viejas y nuevas preocupaciones que se citan en Working on a dream.

'OUTLAW PETE' Desencanto con la gestión de Bush

Con la urgencia propia de quien necesita ser escuchado en medio del desierto, el corte Outlaw Pete abre el álbum con una pregunta incesante, mientras se funde en un colchón orquestal de cuerdas: "¿Puedes oírme? ¿Puedes oírme?". Es una fábula sobre un personaje, un fuera de la ley al más puro estilo western, que no puede escapar de su pasado. El músico ha llegado a reconocer que los abusos de la administración Bush chocaban con el espíritu americano. Años que ha calificado de "descorazonadores y de enfurecimiento". El desgarro cabalga con el músico en una composición de ocho minutos con ecos de armónica y una base rítmica potente en sintonía directa con I was made for lovin' you, de los Kiss. Tanto, que se le ha acusado de plagio por ello.

'WORKING ON A DREAM' Una esperanza llamada Obama

El tema que da título al disco y su primer sencillo podría haber sido la banda sonora de la campaña de Obama, que tiró del cancionero del de Nueva Jersey para sus mítines. Usó indistintamente tanto The rising como No surrender. Working on a dream, como el resto el álbum, son descartes de Magic. No hay por tanto ninguna referencia directa al nuevo presidente de EE UU. Pero sí hay claras alusiones a la necesidad del cambio. "Trabajo por un sueño, sé que será mío algún día", canta Springsteen.

'WHAT LOVE CAN DO' Vuelta de los valores

Springsteen vuelve a encarnar el mito de los valores que definen a su país. Como es característico en su lírica, se adentra en las historias de personas dispuestas a perseguir una ilusión y que con suficiente empeño y un poco de suerte pueden hacer realidad lo que se proponen. What love can do es un tema que se implica más en esa línea camuflándose en un tono romántico. Pero por encima del resto, la que más enlaza con esa imagen de songwriter maduro, el emocionante bonus, The wrestler, canción ganadora de un Globo de Oro y candidata al Oscar. Sobria e intensa, responde a un estilo que no es la nota característica del disco pero sí de la carrera compositiva del cantante.

'MY LUCKY DAY' Un activismo político

Bruce estrenó el tema Working on a dream el 2 de noviembre en Cleveland, Ohio. Springsteen lo cantó como un regalo a Obama. Horas antes, el músico y toda su familia compartieron escenario con el candidato demócrata y su mujer y sus hijas. Springsteen dijo: "He gastado la mayoría de mi vida como músico midiendo la distancia entre el sueño americano y la realidad americana. Para muchos, esa distancia nunca ha sido tan grande. Creo en el senador Obama... y creo en él como presidente para llevar ese sueño de regreso a la vida". En My lucky day, reconoce que "un buen día todo puede cambiar".

'SURPRISE, SURPRISE' Nostalgia pop

Las resonancias del paso del tiempo son constantes. Springsteen, cerca de los 60, ve su vida como en un espejo pero lejos de sucumbir encuentra felicidad y placer en la vida. Es un nuevo tiempo y lo celebra con pop en mayúsculas. Es la consolidación de un camino que ya apuntó con la flamante composición Girls in the summer clothes, de su anterior álbum. Tiene la ayuda del productor Brendan O'Brien, que lejos de ser un don nadie se ha ganado el pan con Pearl Jam, The Black Crowes o Stone Temple Pilots. Ese soplo nostálgico y festivo es el grueso del disco con temas como Surprise, surprise, This life o queen of supermarket. Ecos de Beach Boys, Roy Orbison o The Byrds.

'THE LAST CARNIVAL' Los viejos tiempos

El rock de guitarras o el folk de carretera desaparecen por un brote pop luminoso. Es como si Springsteen sintiera que le faltase el tiempo. Por eso dedica una pieza a su pasado más glorioso, el de su banda de toda la vida, The E Street Band, que aquí pierde presencia por la producción instrumental. The last carnival es la oda a Danny Federici, fallecido miembro fundador de la banda y teclista que propició el sonido más efusivo de los chicos de la calle E.

Bruce Springsteen y Barack Obama, juntos en Cleveland el pasado 2 de noviembre, cuando el músico estrenó su <i>Working on a dream.</i>
Bruce Springsteen y Barack Obama, juntos en Cleveland el pasado 2 de noviembre, cuando el músico estrenó su Working on a dream.AP
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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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