"Soy una pantera con los colmillos limados"
Entrevista con la fotógrafa Colita que ha recibido el premio Especial del Jurado Terenci Moix 2011
"...Y líbranos del mal. De todo mal. De los tontos, de los petulantes, los mentirosos, los ladrones, los impresentables, los idiotas, los codiciosos, los ignorantes, las chulas y los putos, y de esa mediocridad que nos tiene paralizados, acojonados y tristes. Cuida tu rebaño amado. Amen, Terenci, amen". Con estas palabras, en forma de Padre Nuestro, agradecía, hace unos días, la fotógrafa Isabel Steva Hernández, Colita (Barcelona, 1940), el premio Especial del Jurado Terenci Moix 2011 (un simbólico euro). "Tengo muchos premios, y me siento querida y reconocida aquí, pero este ha sido especial, porque Terenci era uno de mis mejores amigos, con el que lo compartía todo. Cuando murió me quedé casi sin agenda", recuerda la fotógrafa en su casa del barrio de La Bordeta que comparte con cinco gatos y sus dos perros, Blas y Flora.
Recién cumplidos los 71 años esta fotógrafa conocida por sus retratos y sus imágenes sobre el mundo del flamenco -fue la sombra de la bailaora Carmen Amaya- y, sobre todo, por su vinculación con la "gauche divine", conserva la energía, el buen humor y el temperamento que siempre le han caracterizado. "Soy una pantera con los colmillos limados, la edad se ha encargado de domarme", asegura con una risa plena de juventud. Jubilada profesionalmente de la fotografía ocupa su tiempo en ordenar su vasto archivo con el apoyo de su inseparable ayudante Gemma, "seis ojos ven más que dos", asegura la artista. Sin embargo, reconoce que no ha colgado la cámara. "Vivimos una dictadura fascista de la economía que nos tiene tan oprimidos como lo estuvimos con Franco". Por eso no dudó en inmortalizar las movilizaciones de la Plaça de Catalunya y el movimiento 15M.
Tampoco se quiere mantener al margen en el debate sobre el futuro de los archivos fotográficos catalanes. A Colita se le ha podido ver en las últimas reuniones del sector (en la presidida por Mascarell en el Colegio de Periodistas y en la presentación del informe del Conca en el Museo Nacional de Arte de Catalunya). "Confío en el actual consejero de cultura, Ferran es la última esperanza blanca de la fotografía, es el único consejero que sabe de Cultura de los últimos 30 años, no entiendo porque lo tenían arrinconado", dice con rotundidad. "Un primer paso para tener el control de los archivos de los fotógrafos catalanes bastaría con una pequeña oficina y una buena base de datos. Y eso no tiene que ser muy caro".
Su lengua rápida y su desparpajo seguro que le ha costado más de un disgusto, algo que ella niega. "Lo que digo no ofende a nadie". Colita asegura que no entiende la pasión por las copias vintage: "son asquerosas y suelen estar llenas de mierda. Yo tiré miles de copias mías en el último traslado. Ahora sería rica". Frente a este interés por la copia original que muchos museos tienen, asegura que lo mejor son las copias nuevas realizadas con las últimas tecnologías "como en la exposición de Brangulí del CCCB que permiten ver todos los matices del fotógrafo".
La fotógrafa trabaja e investiga "cosa que no había hecho antes": maneja Photoshop y mantiene una cuenta de Facebook con grupos de imágenes como las agrupadas bajo el título Mira lo que veo cuando salgo de paseo, que nutre con las imágenes que le sorprenden durante sus paseos. Dos son los temas que no le gustaría dejar de hacer, "pero necesito que alguien me arrastre": fotografiar la veneración a la Virgen María en España y las reliquias religiosas. "Soy atea y los trozos de huesos y momias me parecen repugnantes, pero reconozco que el tema me pone mucho". Colita solo frunce el ceño y cambia de humor cuando se le habla de la película El cónsul de sodoma, que en 2009 hizo Sigfrid Monleon sobre su otro gran amigo Jaume Gil de Biedma. "No la he visto ni pienso. Si Jaime se acostaba con unos y con otros, mejor para él, pero era algo más que un follador".
Fotógrafas pioneras
Colita ha decidido ponerse al día, por eso aprendió hace cinco años Photoshop. "O te subes al tren de la modernidad o te quedas atrás. Me lo paso en grande", asegura. Sin embargo, su gran pasión actual es la recopilación de fotógrafas pioneras del siglo XIX. "Llevo reunidas unas 400 de todo el mundo, las últimas son una polaca y dos indias, que ayudaban a sus maridos, sobre todo cuando tenían que entrar a fotografiar a las mujeres del harem. Con todas ellas prepara la edición de un libro. "A las modernas nacidas a principios del siglo XX me las reservo para una segunda parte", suele decir cuando le preguntan.
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