El Rey pone dinero de su bolsillo para la Real Academia Española
Creada una fundación que aporta 1.400 millones de pesetas para la institución
La Real Academia Española se ha armado definitivamente para el reto del próximo milenio. El día 20 de octubre se firmará el acta constitutiva de la Fundación Pro Real Academia, que cuenta hasta ahora con aportaciones de bancos, empresas y entidades españolas por valor de 1.400 millones de pesetas. Con ello se ha puesto ya en marcha la informatización de todos los fondos documentales de la institución. El rey Juan Carlos no sólo es presidente honorario, sino que ha decidido aportar una suma como socio fundador.
"La defensa de la lengua no es sólo asunto del Estado, sino de toda la sociedad", afirmó ayer el presidente de la Real Academia, Fernando Lázaro Carreter. "Para luchar por la unidad del idioma, la Academia debe ofrecer nuevos códigos de referencia, como los diccionarios, para que cualquiera pueda saber en cada momento qué palabras son las que la comunidad usa y acepta".Para enfrentar esta tarea hacían falta medios económicos, y éstos han llegado finalmente con la Fundación Pro Real Academia. Hasta ahora la institución se financiaba sólo con el presupuesto que le asignaban el Estado y la Asociación de Amigos de la Academia. Entre los socios fundadores se encuentran el Banco de España que colabora con 150 millones-, la IBM, que, aparte de un pequeño capital, les proporciona descuentos en los equipos informáticos y personal técnico, y el rey Juan Carlos, que ha decidido aportar dinero como miembro fundador, "una cantidad que no revelamos, por discreción", según Lázaro Carreter.
La tarea de informatización ya ha empezado. Los sótanos de la venerable Academia contrastan con el resto del edificio, amueblado de forma clásica Abajo se ha instalado una un¡dad central de proceso de última generación, y todo el edificio se está preparando para albergar una red local, una red de comunicaciones y un. soporte de almacenamiento de datos con capacidad para 30.000 millones de caracteres.
"Hemos entrado en una nueva era y hemos reformado la función y estructura de la Academia", dijo Ángel Martín Municio, vicedirector de la institución. 'La clave de esto es la creación del Instituto Lexicográfico, que coordina el conjunto de actividades lingüísticas de la Academia y también la producción de los diversos diccionarios".
José Antonio Pascual, catedrático de la Universidad de Salamanca, dirige el Instituto Lexicográfico. "Hace un año pensé que tendría que: convencer a la Academia para modernizarla, pero ahora tengo que pedirles calma", afirma. La nueva edición del diccionario en el que trabaja ofrecerá no sólo la definición de cada palabra, sino sus aplicaciones. "Será un diccionario no sólo más completo y de mejor calidad, sino más accesible", dijo.
Existen 11 millones de fichas, de las que hasta ahora se han informatizado 35.000. Se calcula que el diccionario se completará en cinco años, antes del año 2000. La base de referencias, en la que también se trabaja, contendrá siete millones de palabras y estará completa en dos años. Actualmente hay cerca de 50 lexicógrafos trabajando en este proyecto.
Esta transformación informática en la Academia no es la única. "Los nuevos estatutos han resuelto varios problernas", dijo Lázaro Carreter. "Aparte de la creación del Instituto Lexicográfico hay cambios de régimen interno: los cargos de la Academia no podrán ser reelegidos más de una vez; en la elección de nuevos miembros sólo habrá dos finalistas; se ampliará el número de plazas para académicos y los que lleven dos años sin asistir a las sesiones serán reemplazados por otros. Queremos académicos que trabajen".
Zapeo
Entre los ejemplos de cómo se está llevando a cabo la informatización de los ficheros, se utilizaron ayer como ejemplos algunas de las palabras más recientemente aceptadas por la Academia. Entre ellas figuran zapear -de zapping, y que se define como "cambio de canal de televisión con el mando a distancia en busca de un programa más atractivo"-, francófono y abortista.
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