Nombres propios
¡Qué tranquilito está el mundo del tebeo! La resaca de las celebraciones saloneras parece haber sido considerable y, un mes después, todavía sigue la aparente tregua que editoriales y lectores parecen haberse dado. Así que aprovechemos la calma para recordar algunos autores que han visto recientemente publicada su obra y son de obligada cita para el aficionado.
- Alejandro Jodorowsky. El chileno está de moda: si hace poco nos sorprendíamos con la distribución en España de la edición mexicana de sus clásicas Fábulas Pánicas, ahora coinciden en las librerías especializadas los gruesos volúmenes integrales que recopilan dos series que caracterizan a la perfección tanto los argumentos más típicos del escritor ahora psicomago como sus habituales excesos. En El lama blanco (Rosell Ediciones), hace un repaso a las bases de budismo y la situación del Tíbet a través de la vida de un niño europeo. Una interesante aproximación a las bases de las religiones orientales, preciosamente dibujada por un inspirado George Bess, que consigue contener el empuje de su guionista, combinando el esoterismo con la aventura pura y dura y algunas pinceladas políticas. Una obra en claro contraste con el delirio místico sin límite de El corazón coronado (Norma Editorial), donde se acompaña del gran Moebius para desarrollar la historia de un pobre profesor de Filosofía de la Sorbona, inmerso a su pesar en un enfrentamiento entre racionalidad y religiosidad. Jodorowsky transita sin rubor entre el gamberrismo más vitriólico y la iluminación psicodélica más entregada. ¿Una socarrona burla del papanatismo religioso o una acerada crítica del escepticismo racionalista? El lector tiene la última palabra.
- Ana Juan. Hay ocasiones en las que resulta difícil, si no imposible, establecer los límites entre la historia ilustrada y la historieta. Una discusión bizantina que, como lectores, se olvida con la facilidad de pasar la primera página de Demeter, la última obra de Ana Juan, que acaba de publicar Edicions de Ponent en una cuidadísima y lujosa edición. Los oscuros carboncillos de la autora dan la atmósfera perfecta para contar el terrible viaje del barco que llevó a Drácula desde los Cárpatos a Inglaterra. Una fábula terrorífica en la que las sugerentes ilustraciones a toda página de la autora logran narrar con fuerza propia y constituirse en historia independiente a la contada por Stoker.
- Enki Bilal. ¡Qué sufrido es ser fan incondicional de Enki Bilal! La espera para poder leer la conclusión de la tetralogía iniciada con El sueño del monstruo se ha prolongado más de ocho años, pero ¿Cuatro? (Norma Editorial), su última entrega, colma sobradamente todas las aspiraciones. No es el yugoslavo un autor que se lo ponga fácil al lector, pero vale la pena adentrarse en la compleja trama simbólica que plantea La búsqueda de la identidad propia de los hermanos-amantes Amir, Nike y Leyla será el hilo conductor para que arte, guerra y religión se unan en una única esencia, en la que la muerte y la desesperación se convierten en la obra de arte de un dios artista desquiciado.
Babelia
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