More Moore!
Aprovechemos la crónica rosa para hablar de tebeos: Don Alan Moore, insigne guionista de tebeos donde los haya, ha contraído matrimonio con su compañera de siempre, Melinda Gebbie. Nada mejor para celebrar el acontecimiento que la lectura de algunas de sus obras, recientemente reeditadas. Lo que se agradece, porque tras la estrafalaria pinta de gurú de secta mesiánica se esconde uno de los mejores escritores que ha tenido la historieta en las últimas tres décadas.
- Vigilantes. Decir que Watchmen es una obra maestra es caer en el tópico manido, pero es difícil encontrar otra forma de calificar esta genialidad, que supone un punto de inflexión definido en el género de superhéroes. Moore planteó un futuro alternativo donde los vigilantes disfrazados habían sido prohibidos, una excusa perfecta para estudiar y reflexionar sobre el concepto del héroe. Una obra que es además un imponente ensayo metalingüístico en el que, ayudado por el excelente dibujo de Dave Gibbons, se permitió experimentar con la narración gráfica como nunca antes se había hecho, logrando una filigrana continuada de precisión milimétrica. Planeta DeAgostini edita de nuevo esta obra en un lujoso formato Absolute, de gran tamaño, con nueva traducción y una buena cantidad de extras.
- Policías. Especialista demostrado en el mestizaje de géneros, Moore se atrevió en Top Ten (Norma Editorial) a mezclar nada más y menos que la establecida tradición de series televisivas "de comisaría de policías", con Canción triste de Hill Street a la cabeza, con el género de superhéroes más clásico en uno de los tebeos más divertidos y llenos de guiños al lector que se pueda recordar. Un mundo de superhéroes donde las comisarías de policía deben lidiar igualmente con villanos de grotescos poderes o con omnipotentes dioses nórdicos pasados de cerveza.
- Caballeros. La editorial Planeta DeAgostini publica el segundo volumen de La liga de los extraordinarios caballeros, pastiche supremo en el que el británico toma prestados elementos y personajes de la novela decimonónica de aventuras para jugar con ellos desde el mayor de los respetos, creando un atípico grupo de superhéroes formado por el Dr. Jekyll, el Hombre Invisible, el Capitán Nemo, Allan Quatermain o Mina Murray. En esta segunda entrega Moore enfrenta a sus personajes a la invasión marciana que describiera Wells en La guerra de los mundos, pero con el sabor de las novelas de aventuras de John Carter de Edgar Rice Borroughs. Delicioso.
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