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Josep Renau regresa a Madrid con su arte titánico y solidario

El Museo de Arte Contemporáneo de Madrid expone carteles y fotomontajes del autor valenciano

La figura del artista Josep Renau (Valencia, 1907-Berlín, 1982) recobra su plena dimensión creativa en la exposición antológica inaugurada el jueves en el Museo de Arte Contemporáneo Municipal del Conde Duque de Madrid. La muestra se compone de 250 de sus obras: reclamos comerciales; dibujos de portadas de libros y de artículos; carteles políticos; fotomontajes; collages y cuadros. La exposición procede de la Universidad de Valencia y viene avalada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales que la instala en Madrid por haber sido la ciudad donde Renau adquirió nombradía y proyección mundial.

Hijo de un docente de la valenciana Academia de San Carlos, Josep demostró desde edad temprana que poseía un don artístico básico: la facilidad para el dibujo. Según gentes que le conocieron, a ello unía Renau un sentido de la experimentación semejante al del quehacer científico, combinado con un alto poder de ideación teórica propia, más una capacidad organizativa evidente. Todo ello desde una personalidad de una textura moral signada por la empatía, el compromiso propio y la demanda exigente a sus colaboradores y allegados, que así lo relatan. En Madrid entró con apenas 16 años con el buen pie del éxito gracias a sus dibujos, muy celebrados en ambientes galantes. Así, decidió adentrarse en el mundo del cartelismo publicitario provisto de un bagaje pictórico con influencias del art-déco y del quehacer de las vanguardias cuyo potente estro inundaba desde París, Berlín y Viena talleres, salones y museos de toda Europa.

La influencia formal y expresiva del Titanismo, el Futurismo y el Dadaísmo —nunca la irracionalidad a ellos subyacente— y el maquinismo artístico son patentes a lo largo de su trayectoria, por haber sido partícipe del furor genésico de su tiempo, que de un modo natural le condujo al fotomontaje y al collage, metodologías artísticas donde cobraría Renau su estatura mundial.

La evolución de la situación social y política de la España de los años 30 del siglo XX indujo en él una transformación personal, con ribetes morales, que resolvió en la adquisición de una conciencia crítica de corte igualitario que expresó con la militancia en el Partido Comunista de España, en el que ingresó en 1931. La Guerra Civil le aupó a posiciones de máximo relieve político, como la Dirección General de Bellas Artes, desde donde organizó el salvamento del tesoro pictórico del Museo del Prado bajo el fuego de los bombardeos del ejército franquista; el montaje del Pabellón de España en la Exposición Internacional de París en 1937 —en el que encomendó a Pablo Picasso la hechura del Gernika— o el empuje por él dado a los congresos de intelectuales por el proletariado y contra el fascismo.

Su hondo sentimiento igualitarista halló en el comunismo una convicción a la que siempre atuvo la intencionalidad de sus obras: el arte ha de estar al servicio del cambio histórico. Su metodología consistió en igualar la organización a la vida. En la juntura de sus dos paradigmas floreció un Renau dotado de una voluntad casi física de victoria, que plasmó en sus carteles políticos, verdaderos monumentos a la agitación para el combate contra el fascismo-hitlerismo, cuya entraña sus dibujos, proclamas y carteles descubrieron en toda su malévola sustancia.

Renau fustigó duramente al arte abstracto, por considerar que ceñía la existencia humana a una mera dimensión espacial, deshistorizada—deshumanizada pues— y demandó su abandono a artistas progresistas como el escultor español Alberto Sánchez, en un cruce de correspondencia del cual la exposición da explícita cuenta.

El fin de la Guerra Civil llevó a Renau al exilio, primero en México, donde se inficcionó del muralismo de David Alfaro Siquieros, y luego a Berlín Oriental, donde elaboraría sus fotomontajes Fata Morgana y American way of life, demoledores alegatos anticapitalistas, que la exposición madrileña exhibe y sorprende al visitante, por la actualidad que muchas de sus secuencias aún hoy mantienen.

Josep Renau (1907-1982). Compromiso y cultura. Museo de Arte Contemporáneo. Conde Duque, 9. Martes a sábados, de 10.00 a 14.30 y 17.30 a 21.00. Lunes, cerrado. Domingos y festivos, de 10.00 a 14.30.

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