Fumar penalizará la clasificación moral en los filmes de EE UU
El humo de un cigarrillo envuelve muchas de las grandes películas de la historia del cine del siglo XX. Pero en el siglo XXI será difícil que Hollywood produzca personajes míticos entregados a la pasión por el tabaco como el Humphrey Bogart de Casablanca, la Gloria Swanson de Sunset Boulevard o el James Dean de Rebelde sin causa. Hace ya más de una década que la pésima reputación de la nicotina empezó a producir héroes no fumadores y a relegar el tabaco a los malos de la película. Pero desde esta semana, ya no serán sólo los personajes de ficción las víctimas de la presión antitabaco, sino los bolsillos de los productores.
La Motion Picture Association of America (MPAA), el organismo que representa a los grandes estudios norteamericanos y que se encarga de poner rombos a las películas en función de su contenido sexual y violento, añadirá el uso del tabaco a sus criterios de clasificación. "La glorificación del tabaco o su omnipresencia fuera de un contexto histórico que no esté mitigado por otro contexto contribuirá a otorgar una penalización mayor", se afirma en un comunicado hecho público el jueves.
Lejos quedan los tiempos en que las multinacionales del cigarrillo contribuían con suculentas sumas a que las películas de Hollywood echaran humo. Según diversos estudios, ver fumar en la pantalla triplica el riesgo de los adolescentes de probar el tabaco, y eso es lo que la MPAA quiere evitar. Los directores tendrán que pensarse mucho los vicios de sus personajes, ya que los filmes con humo tendrán más papeletas para ser penalizados con los grados más duros que actualmente advierten a los padres del contenido de las películas y que tiene repercusiones directas en las taquillas.
Puritanismo
El PG y el PG-13 son simplemente recomendatorios: poco apropiados para niños o no recomendada para menores de 13 años. Los realmente penalizadores para el bolsillo de los productores son el R (menores de 17 acompañados por un adulto) o el NC-17, prohibido a menores de esa edad. Ésa es la clasificación que reciben las películas con fuerte carga sexual o violenta, aunque la MPAA haya sido criticada por su excesivo puritanismo al penalizar sobre todo el sexo por encima de la violencia y a los estudios independientes más que a los grandes. Pedro Almodóvar ha sido una de sus víctimas recurrentes, ya que sus películas suelen recibir la clasificación NC-17, con la consiguiente pérdida de beneficios que eso conlleva.
La decisión es una victoria para los grupos antitabaco, que recientemente habían conseguido que 32 fiscales federales firmaran un documento exigiendo a la MPAA que otorgara automáticamente una R a toda película bañada en nicotina y que no utilizara el tabaco para criticarlo o para retratar a una figura histórica.
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