Fantasía con 'suspense'
Más allá de la realidad es una comedia romántica y juvenil, enmarcada en un entorno provinciano y familiar, cuyo argumento se instala en el reino de la fantasía, utilizando el suspense para mantener el interés.Su director, Nick Castle, amante del cine fantástico y colaborador en pasadas empresas con John Carpenter, es también un entusiasta de Hitchcock y de la forma que tiene el realizador de Atrapa a un ladrón de entender el suspense.
La inclusión de la secuencia del citado título, donde el beso de Grace Kelly y Cary Grant da paso a una explosión de fuegos artificiales -escena que vivirán en su realidad los adolescentesprotagonistas-, y la dosificación y utilización del suspense en espera de que produzca el hecho fantástico así lo demuestran.
Más allá de la realidad
Dirección y guión: Nick Castle. Fotografía: Steven Poster y Adam Hollender. Música: Bruce Broughton. Productor: Gary Adelson. EE UU, 1986 Intérpretes: Lucky Deakins, Jay Underwood, Bonnie Bedelia, Fred Savage, Colleen Dewhurts, Louise, Fletcher, Fred Gwynne. Salas de estreno en Madrid: Rex y Minicines.
Lo fantástico en lo ordinario
Castle, de quien ya se estrenó en nuestras pantallas la película Starfigther, anuncia y sugiere en el título original, El chico que podía volar, el hecho fantástico que se producirá, y hasta que tenga lugar dosifica el suspense, partiendo de lo cotidiano hacia lo extraordinario, en una alternativa a la brusca irrupción de lo fantástico en lo ordinario, que es el recurso habitualmente utilizado en el género.Por ello el cambio de título para su estreno en España desvirtúa las intenciones del guionista y director, traicionando sus propósitos de preparar al espectador para que aguarde apresenciar el hecho inaudito. Saber que algo va a ocurrir y no saber cuándo es fundamental para el buen funcionamiento del suspense; la sorpresa, en sí misma, no lo produce. El filme, que evidencia buena factura formal y estimable pulso en su realización, adopta una postura moral que ataca la cobardía y propugna el determinismo de la voluntad y la fe en las ilusiones como medios para conseguir los propósitos, ejemplificándolo en la conducta de sus protagonistas.
La inclusión de ingredientes propios de la comedia difumina la moralina y busca el equilibrio emotivo que no disperse el interés de la intriga argumental, consiguiendo que su visión sea ligera y denote personalidad.
Su fotografía, con tratamiento realista, que utiliza la luz con intensidad y acierto es otro de sus logros, contribuyendo a la credibilidad del entorno cotidiano donde se desarolla la peripecia argumental. Ella contribuye a mostrarnos el inmaculado y brillante rostro de los protagonistas, espejo del espíritu que evidencian sus acciones.
Y una vez más los jóvenes actores del cine americano desconocidos por nuestro público vuelven a sorprendernos favorablemente sin desmerecer a los maduros secundarios que, como ellos, contribuyen a la credibilidad de un guión que en sus labios aparenta veracidad.
Babelia
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