Un beso de hace 40 años. crea polémica
Una fotografía de Robert Doisneau, motivo de litigio ante los tribunales
Cuatrocientos diez mil carteles en todo el mundo, un auténtico récord, reproducen la imagen de los dos jóvenes que se besan, despreocupadamente, ante el Ayuntamiento de París mientras siguen andando por la calle, entre los transeúntes, indiferentes a todo lo que no sea su amor. Hoy, 42 años después, Jean-Louis y Denise Lavergne, de 66 y 64 años de edad, respectivamente, dicen reconocerse en esos amantes que han dado la vuelta al planeta gracias a la cámara de Robert Doisneau. Y ese reconocimiento quieren que sea oficializado.
Para Robert Doisneau, todo queda demasiado lejos. El beso es tan sólo una de las seis foto grafías que publicó Life en 1950. Entonces pasó desapercibida, pero 361 años después se convirtió en un gran éxito. A los carteles hay que añadir las 80 000 postales, su utilización para publicidad, su conversión en calendario o en cortina de ducha. En 1983, Doisneau le explicaba a su biógrafo todo lo que recordaba de la célebre instantánea: "No es fea, pero se nota que es fruto de una puesta en escena, que se besan para mi cámara". Y en boca de Doisneau, "puesta en escena" es pe yorativo, ya que él es el paladín de la "imagen robada a la realidad".Pero los Lavergne insisten, dicen que ese símbolo del amor en París son ellos. Lo malo es que no son los primeros. Antes, Doisneau ya recibió centenares de cartas de personas que creen haber pasado ante su objetivo aquella mañana de primavera de 1950. Doisneau no les desengañó, pero tampoco quiso con firmárselo. Pero con los La vergne se equivocó. Ellos insistieron y, al final, aceptó conocerles o reencontrarles, según como se mire. Descubrieron que compartían con el fotógrafo la misma predilección por las barriadas, que tenían igual número de hijos y de nietos. Pero los Lavergne no se conforma ron con esa complicidad secreta, sino que decidieron convertirla en material de nuevos reportajes.
En Telerama, en Le Parisien y en otras publicaciones explican haber encontrado a los famosos amantes anónimos. Y es ahí cuando aparece Francoise Bornet, que dice: "No me importaba permanecer en la sombra, pero me ha irritado la desvergüenza de los Lavergne. Dosineau nos eligió a mí y a Jacques Cartaud, mi novio de entonces. Ambos estudiábamos arte dramático".
El caso irá ante los tribunales. Los Lavergne reclaman, en nombre del derecho a la imagen, 500.000 francos (más de 10.500.000 pesetas) en concepto de "daños e intereses". Bornet es más modesta, pero pide también 100.000 francos (unos 2.100.000,pesetas) y un porcentaje de la explotación comercial de la. foto. Además, madame Bornet dice que en la época no cobró, cosa que indigna a Doisneau: "Las pocas veces que he utilizado modelos, siempre los he pagado".
Babelia
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