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Crítica:CINE/
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Doce años después

Allá por la década de los sesenta, tres autores y a la vez actores trazaron un especie de esquema de lo que podía llegar a ser un musical. En él se incluían los temas principales del momento: la oposición a la guerra del Vietnam, la ruptura por los jóvenes de las normas sociales vigentes entonces y una encendida apología del movimiento hippy en su momento culminante. A todo ello vino a sumarse una música también acorde con las corrientes en boga, todo lo cual hizo que el espectáculo pasara en pocos meses desde sus primeros escenarios minoritarios hasta el mismo Broadway y el mundo entero por añadidura.Desde entonces a hoy ha pasado bastante tiempo agua bajo los puentes de la historia. La guerra de Vietnam concluyó llevándose la inspiración de la misma Joan Baez, el movimiento hippy derivó por otros cauces y está en crisis, incluso la moda del pelo largo. Uno de los juveniles espectadores de aquellos tiempos de éxito protagoniza hoy esta versión cinematográfica. Ello da idea del paso inexorable de los años.

Hair,

de Ragni, Rado y Mac Dermot. Según la obra de Gerome Ragni y James Rado.Música: Galt Mac Dermot. Fotografía: Miroslav Ondricek. Director: Milos Forman. Intérpretes: John Savage, Treat Williams, Beverly d'Angelo, Annie Golden, Dorsey Wright. Musical. EEUU. Local de estreno: Lope de Vega.

Milos Forman, brillante componente de la escuela de Praga, ha sido quien, después del diluvio del 68, mejor ha sabido adaptarse a la industria del cine de EEUU. Su famoso nido del cuco debió dejarle sin saber a dónde seguir vuelo, y volviendo a los primeros recuerdos de su llegada a América, decidió poner en marcha el viejo proyecto de adaptar Hair, lo cual en cierto modo viene a enlazar con sus obras anteriores en lo que se refiere a indagación social de los problemas de su nueva patria. A la hora de elegir tratamiento, ha ensayado un sistema pragmático, a medias adaptación fiel y a medias versión reformada, sobre todo en el final modificado.

¿Qué queda hoy de la obra primitiva? Restan una serie de números cuyo valor perdura fundamentalmente por la música y un esbozo de historia arreglada por el realizador para que enlacen sin llegar a pesar demasiado. También se halla en pie el testimonio de un momento de América que hace aplaudir a los jóvenes con entusiasmo nostálgico, en tanto los menos jóvenes arrugan un tanto el ceño, más tranquilos que entonces por aquello de que todo lo borra el paso de los años.

Dado que el cine acostumbra a autocensurarse cuando se trata de intereses comerciales, esta púdica versión no ofenderá seguramente los ojos de los espectadores de cualquier edad. A fin de cuentas, desde Chaplin a acá, atacar a los ricos y alabar a los pobres siempre fue buen negocio, sobre todo si se lleva a cabo en términos generales. Coreografía y escenarios inspirados o no, tratados con humor o apoyados en exteriores naturales, cumplen bien con la obra, cambiando en realidad concreta lo que solían sugerir en el teatro. Así este Hair, nuevo y a la vez un poco viejo, brillante y espectacular y a la vez un tanto descafeinado, hará las delicias sobre todo, de los amantes de su música, que la acompañan con palmas en el cine, y también de aquellos otros que por demasiado jóvenes o demasiado ajenos no llegaron a asistir en su día al triunfo de la obra sobre los escenarios.

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