"Creo en Dios, pero no en el destino"
Rivera estrenará un traje de luces -"el color no se puede decir"-, además de un capote especial de paseo. También mantiene en secreto el destinatario de su brindis. Será en la Corrida de la Beneficencia, con Morante de la Puebla como padrino y José María Manzanares de testigo. Hace pocos días visionó la participación de su padre, Paquirri, en la Corrida de la Beneficencia de junio de 1980. Paquirri brindó entonces uno de los seis toros que lidió a sus dos hijos: Fran y Cayetano, entonces de seis y tres años. Con 70 corridas ya como matador, en la casa de su apoderado y tío Curro Vázquez, en las afueras de Madrid, este joven amable y tranquilo, que apenas lleva tres años en el toreo, espera con ansiedad y mucha preocupación su estreno en Las Ventas. También con emoción.
"Debutar en Madrid antes hubiera sido un error. Ahora tengo más oficio"
"Vengo con toda la ilusión y también la esperanza de poder triunfar"
"El vestirme con el traje de luces es algo que me llena de emoción"
"Las cogidas están bien para recordar a uno lo peligroso que es el toro"
Pregunta. Han pasado casi dos años desde que tomó la alternativa en Ronda. ¿No es demasiado tiempo para la confirmación en Madrid?
Respuesta. No, creo que no. Tomé la alternativa en septiembre de 2006 y la siguiente feria de Madrid era en mayo o junio de 2007, apenas unos meses después. Ha pasado el tiempo que debía pasar.
P. Ni en la Maestranza ni en Las Ventas, las dos plazas más importantes de España, ha hecho el paseíllo como matador. ¿Cómo se explica?
R. Uno no se hace de la noche a la mañana, y debe tener un respeto a esas plazas y esa afición. Este año no he ido a Sevilla por motivos diferentes, que nada tienen que ver con mi preparación. En Madrid, si Dios quiere, estaré el próximo miércoles.
P. ¿Cuáles fueron los motivos?
R. Los derechos de imagen, no por desacuerdos con la empresa.
P. De momento, ha toreado en plazas menores, muchas de segunda.
R. Málaga es plaza de primera, Nimes también, Valencia, Barcelona... En todas he toreado. Madrid, Sevilla, Bilbao y Pamplona son las únicas plazas que me quedan.
P. ¿Qué espera de Las Ventas?
R. Es la plaza más importante del mundo y, como es normal, uno viene con toda la ilusión y también toda la esperanza de poder triunfar. Con eso soñamos todos. Es un día muy especial y muy importante para mí.
P. ¿Cree que el público de Madrid le pasará factura por el hecho de no haberse presentado aquí como novillero?
R. No, no es una razón por la cual una afición tendría que pasar factura a nadie. Si no vine como novillero fue por unas razones o por otras, pero no creo que eso influya a una persona como yo que ha intentado estar lo más preparado posible. Es un signo de respeto más que otra cosa, y así lo deben saber. No creo que lo tengan en cuenta, no lo veo importante.
P. ¿Se ha sometido a alguna preparación especial para su estreno en Madrid?
R. Yo me preparo porque es mi profesión y así lo deseo para todos los días, pero para venir a Madrid uno necesita un mayor rodaje que sólo unos pocos meses. Creo que hubiera sido un error venir antes. Este año me encuentro más maduro y con más oficio. Además del entrenamiento físico y el toreo de salón, he seguido una preparación mental para una plaza como la de Madrid, que se puede poner difícil. Las exigencias aquí son muy grandes y requieren algo más intenso en cuanto a entrenamiento mental.
P. ¿En qué sentido?
R. Lo que intento, sobre todo, es tener confianza en mí mismo y conseguir estar ese día lo más tranquilo posible. No dejarme llevar mucho por las emociones y tener las ideas claras delante del toro, que es lo más importante.
P. Es un torero mediático, que sobrepasa el ámbito taurino y entra de lleno en la prensa rosa. ¿Es bueno eso para un matador?
R. El toro pone a cada uno en su sitio. Eso lo sabemos y lo entendemos los que nos dedicamos a ello y también los aficionados. Si va gente a la plaza es bueno para la fiesta, sea un aficionado o no. Así lo entiendo yo y creo que todos los profesionales del toro.
P. La corrida del miércoles ha creado expectación y es una de las más esperadas. ¿Eso da mayor confianza o, por el contrario, atemoriza?
R. Confianza, no. Hasta que no sale el toro y se ve el día que hace, si hay viento o no..., uno nunca puede saber lo que puede ocurrir. Responsabilidad, toda. Me presento en la plaza más importante del mundo. Mucha responsabilidad y mucha preocupación, pero acompañado de una emoción y una motivación muy grande también.
P. Sus circunstancias familiares habrán influido, cómo no, en su decisión, aunque tardía, de ser torero.
R. Pertenecer a la dinastía de toreros más grande del mundo desde luego que condiciona. No es una decisión fácil porque, además, en mi familia, cada uno en su estilo, han sido grandes genios de la tauromaquia. Como todos los niños, uno quiere siempre dedicarse a la profesión del padre. Yo tenía 26 años cuando lo decidí.
P. ¿Era algo latente?
R. Es normal. Nosotros en casa jugábamos a los toros, a los sanfermines. Lo hemos vivido desde chicos. Aunque no soy el único que ha empezado en los toros a una edad tardía, no es lo normal. En mi familia me intentaron convencer de que no lo hiciera. Cuando un ser querido se quiere dedicar a esta profesión tan difícil y peligrosa lo primero es intentar quitárselo de la cabeza.
P. Usted hizo caso omiso.
R. Lo tenía muy claro. En cuanto vieron que no era una mera idea, sino una decisión firme, me apoyaron y me ayudaron.
P. En el mundo del toro hay mucho ritual. ¿Es usted un matador de rituales?
R. Tengo mis costumbres. El día que toreo me gusta estar solo en la habitación. No salgo ni para comer. Pero más que rituales, creo que son costumbres. El ritual empieza cuando te vistes para ir la plaza, el traje de luces. El vestirme de luces es algo que me llena de emoción. Es un momento para mí de mucho respeto.
P. ¿Es una persona religiosa?
R. Creo en Dios.
P. ¿Le ayuda en el momento de la verdad?
R. Seguro que Dios tiene cosas más importantes que tenerme en cuenta. Creo en Dios, pero no en el destino. Tampoco voy a la plaza pensando que, pase lo que pase, es lo que tenía que pasar. Me tengo que preocupar yo de que pase lo que me gustaría que pasase y procurar que no pase lo que espero que no.
P. Tenía siete años cuando murió su padre. ¿Tiene recuerdos de él como torero?
R. Tanto de mi padre como de mi abuelo o mi tío Luis Dominguín tengo recuerdos de familia. De padre, de abuelo...
P. ¿Quién le ha influido más como torero?
R. Curro Vázquez. Es con el que más tiempo paso, con el que viajo, con quien más unido estoy profesionalmente.
P. ¿Su hermano Francisco le ha hecho alguna recomendación?
R. La de todos, que intente estar tranquilo y que lo disfrute.
P. ¿Cómo es el disfrute delante de un toro?
R. Se consigue tener una sensación que difícilmente se puede vivir de otra forma.
P. Ha sufrido ya dos cogidas graves. ¿Se recupera uno fácilmente del miedo?
R. Miedo siempre se tiene, preocupación, nervios. Los percances hay que saber afrontarlos de la mejor forma posible. Intento entender por qué ha ocurrido, asimilarlo y, finalmente, quitármelo de la cabeza y olvidarme de ello. Desde luego que las cogidas están bien para recordarle a uno lo peligroso que es. Siempre se dice que la culpa de una cogida es del torero. Está claro que una de nuestras obligaciones está en estudiar bien al toro para saber hasta dónde puedes llegar, pero, por otro lado, creo que también hay cosas que te ocurren hoy y que te ocurrirán dentro de años por mucha experiencia que tengas, porque el toro no es un animal mecánico y te puede sorprender.
P. La moda está presente en su vida. Ha desfilado como modelo con Armani. ¿Es fácil ese doblete?
R. Todo lo que hago lo hago como torero. Si hago algo de moda es porque soy torero. No hago un día de modelo, sino de torero que hace de imagen para una prestigiosa firma como es la de Giorgio Armani. Y, además, en el día a día, no me ocupa tiempo. Es una semana al año, en fechas que no coinciden con mi calendario profesional.
Babelia
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