Control de daños
"La misión de Christian Dior no era solo embellecer a sus clientas y a todas las mujeres. También era hacerlas más felices y permitirles soñar", afirmó ayer Sidney Toledano. Una empresa que capitaliza la exquisita fantasía de la alta costura no puede permitirse ni una mínima mácula. Mucho menos, la sombra del desprestigio. Y un diseñador ebrio haciendo indignantes declaraciones ante una cámara es una buena definición de veneno para la firma favorita del imperio de Bernard Arnault. La estrella del mayor grupo de lujo del mundo, Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), que facturó más de 20.000 millones de euros y superó los 3.000 de beneficios en 2010.
La caída de Galliano llega, además, en un momento crítico. El sector del lujo -que como ayer quiso demostrar Dior no solo da de comer a los caprichosos diseñadores sino también a anónimos trabajadores- saborea la recuperación económica tras la crisis. Hermès, una firma de la que LVMH acaba de adquirir el 20%, ha visto aumentar sus beneficios en un 46%. Y las ventas de las principales marcas del grupo Gucci -propiedad de Pinault, el gran rival de Arnault- han aumentado entre el 20 y el 40%. Este dato podría explicar no solo la celeridad en el anuncio del despido y la orquestada actuación de ayer, sino también la insistencia y virulencia con la que circulan los nombres de los sucesores. En principio, Dior no está autorizado a designar un nuevo director creativo de su línea de mujer hasta que el despido de Galliano se haya completado. Y aunque algunos ejecutivos esperan que el proceso se alargue, desde el martes la industria se entrega a la especulación.
La comunidad de la moda está reunida en París hasta el jueves por la última de las grandes citas del calendario internacional de presentaciones de otoño/invierno 2011. Con una agenda que incluye una decena de desfiles diarios e incontables actividades paralelas (inauguraciones, fiestas y presentaciones), las ocasiones para el juego del momento se multiplican. Las hipótesis que se barajan son de lo más variopinto. Van desde mover fichas dentro de la casa (trasladar a Riccardo Tisci desde Givenchy es una opción obvia) hasta captar talento en firmas rivales (Alber Elbaz, de Lanvin, o Stefano Pilati, de Yves Saint Laurent), pasando por dar la sorpresa con algún nombre emergente (Haider Ackermann) o rescatar a antiguos colaboradores (Hedi Slimane, que dejó Dior Homme en 2007). Muy comentada es la posibilidad que ofrece la casa de apuestas online PaddyPower.com de poner el dinero donde está el rumor. De momento, sitúa en primer lugar a Stefano Pilati (11-8), seguido de Hedi Slimane (9-4).
Babelia
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