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Cómics 'online' contra la censura

Homosexualidad en el Pentágono, represión sexual en Líbano, narcotráfico en México y Colombia.- Las viñetas en Internet se han convertido en una forma de denuncia para grupos sociales, colectivos de artistas y hasta gobiernos

-Soldado Howard, me han informado que se le ha visto participando en un acto homosexual. Considero que esta información es verosímil, así que le tendré que informar de sus derechos de acuerdo con el artículo 31....

-Señor, pero no entiendo.. ¿De qué trata todo esto?

-Soldado, se le asignará un abogado y tendrá que hablar con él sobre sus preferencias sexuales. Ya no podrá servir en el Pentágono.

Un tema tabú del que no se hablaba hasta la administración de Barack Obama y ahora da la vuelta al mundo en forma de cómic: los homosexuales no pueden servir en las Fuerzas Armadas estadounidenses. Es la política del "No preguntes, No digas nada" (Don't Ask, don't tell).

El sargento Howard es un personaje de Ethan Persoff, el creador de Cómics con Problemas, un archivo de viñetas online en el que distintos artistas estadounidenses y organizaciones le exponen problemas sociales. Bajo el título "Escoge un problema", ofrece decenas de cómics que con bastante humor hablan sobre el consumo de drogas, el aborto, el acoso sexual o el Sida. Todo lo que es considerado popularmente como un problema está en el archivo de Persoff, un estudiante de periodismo, graduado en arte, que hace cinco años empezó a compilar cómics "problemáticos", como él los denomina.

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Algunos eran copias de folletos gubernamentales que pretendían concienciar sobre el uso de anticonceptivos o la caza de animales, pero eran olvidados poco después de su lanzamiento. Así que este universitario de 26 años decidió hacer un "archivo de historia" con viñetas de denuncia que siempre estuvieran presentes. "Ilustramos procesos reales y nos reímos de ellos. No es sólo hacer una denuncia sino demostrar lo absurdo que son ciertas situaciones como la política contra los homosexuales en el Ejército", explica Persoff. Asegura que la viñeta del soldado Howard ha dado la vuelta al mundo y, con numerosos apoyos, ha servido como medida de presión contra la política de género del gobierno estadounidense. "Hacemos conciencia social de una manera que a veces tiene mucho más impacto que las campañas tradicionales"; añade en entrevista por email desde Austin, Texas.

Internet significa no borrar. Es un archivo de memoria virtual, que permite que los temas tabú no caigan en el olvido. Así lo pensaron las creadoras de las Aventuras de Salwa, una guapa mujer libanesa que se dedica a pelear con todo hombre que la llega a hostigar sexualmente. Desde hace unos meses, Salwa es la heroína de Líbano, alguien que esconde sus superpoderes en el bolso. Una gran feminista que lucha contra el acoso sexual. Fue una de las primeras campañas que surgieron en Internet para concienciar a las mujeres que han sufrido este tipo de violencia en ese país, animándolas a denunciar, algo que hasta hace unos años era impensable.

"El cómic se está convirtiendo en una forma de activismo social y a través de las redes sociales puede llegar a más personas. La idea no es hacer un cómic artístico, sino uno de denuncia", explica Farah Nasawiya, una de las creadoras de la viñeta desde Líbano. Salwa nació en Facebook y es hermana de otros cómics creados por mujeres que denuncian injusticias sociales. Antes de Salwa existía Maalak y antes de ella, estaba Maya, otras jóvenes libanesas que se enfrentan a milicianos para impedir otra guerra civil o buscan un cambio social en materia de género.

Desde el tradicional Joe Sacco, que empezó a dibujar viñetas sobre la guerra en la franja de Gaza hace 25 años, hasta Persépolis 2.0 que recrea en la red los dibujos de la famosa novela gráfica y denuncia las protestas contra el régimen iraní de Mahmud Ahmadineyad, el cómic online se ha convertido en una herramienta contra la censura. A través de dibujos animados que representan a personas víctimas de violencia o que se burlan de debates sociales como la homosexualidad y la prostitución, se enseña como lidiar con problemas cotidianos en un escenario de ficción-realidad.

Esa fue la idea de Payman y Sina, dos jóvenes exiliados iraníes que crearon Persépolis 2.0 para que el mundo entero supiera lo que sucedía en su país. Debajo de cada viñeta viene la frase "Apoya a los iraníes, difunde la palabra". Cómic e Internet es igual a denuncia global, una protesta que llega desde Estados Unidos hasta la India y que está al alcance de todos en la red.

Los gobiernos también vieron que a través del cómic se podía concienciar a la población sobre los problemas sociales. En México y en Colombia se empezaron a distribuir viñetas contra el narcotráfico el año pasado, cuyos dibujos están basados en fotografías reales y tratan de mostrar una cruel realidad en forma de caricaturas. Dibujos en los que buenos y malos luchan contra la distribución de drogas.

Olimpita también ha dado la vuelta al mundo para contar el "infierno del maltrato y la inmigración". Sus creadores, los peruanos Hernán Migoya y Joan Marín crearon a Ass, un senegalés sin papeles que vive en Barcelona y a Olimpita, una andaluza que es maltratada por su marido Carmelo. Ambos se hacen amigos y cuentan sus respectivas realidades. "Ass representa a cualquier inmigrante que sufre por encontrar trabajo y adaptarse a la sociedad española y Olimpita es como todas las mujeres que se callan el maltrato", dicen sus creadores.

Javier Gamboa, un argentino de 35 años, se dedica a cazar historias de migración por Internet. Así nació Ulises, un africano que, como el personaje de la Odisea, ha cruzado tierra y mar para llegar al sur de España en busca de una vida digna. "No se trata sólo de hacer dibujos, lo que queremos es que la gente reflexione sobre lo que contamos", afirma Javier. Y agrega: "Un cómic sin conciencia, simplemente no tiene sentido". Ulises se creó como un cómic mural en Córdoba. Llegará a la web este mismo año.

Imagen de Persépolis 2.0.
Imagen de Persépolis 2.0.

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