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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Causa envejecida

Por primera vez, Rebelde sin causa se convierte en España en Rebel without a cause, es decir, se ofrece la oportunidad de revisar un título mítico en su versión original. Hay varios factores que jugaron a favor de esa mitificación, de entre los cuales los más importantes son la identificación que se estableció entre James Dean como ídolo de un público joven y el hecho de que la película contara la dificultad de vivir y crecer de unos adolescentes justo en el momento en que éstos estaban convirtiéndose en el público que mayoritariamente ocupaba las salas de proyección. Ray quería hablar de un tema candente, buscar la raíz de los problemas y proponer soluciones. Esa voluntad moral o educativa es lo que hoy aparece radicalmente envejecido en esta película. No vale afirmar, tal y como hacía Godard: "He aquí algo que sólo existe por el cine, algo que sería nulo en la novela, en el teatro, en cualquier otra parte, pero que en la pantalla resulta fabulosamente bello". En 1987, vista por ojos libres de año. ranza o de admiración mitómana, ese algo que sería nulo también lo es en la pantalla. Claro que hay secuencias espléndidas, una utilización maravillosa del formato y una idea muy inteligente de cómo dar un tono de tragedia a las pataletas injustificadas, pero eso siempre cabía esperarlo de un cineasta tan grande corno Ray.

Rebelde sin causa

Director: Nicholas Ray. Intérpretes: James Dean, Natalie Wood, Sal Mineo, Jim Backus, Dennis Hooper, Edward Platt, Ann Doran, Corey Alien. Guión: Stewart Stern. Adaptación de Irving Schulman, de un argumento de N. Ray. Fotografía: Ernest Haller. Música: Leonard Rosenman. Dirección artística: Malcolm Bert. Estadounidense, 1955. Reposición en Madrid en cine Renoir.

Vista ahora, Rebel without a cause no transmite esa sensación de libertad con que Ray dijo haberla filmado. Muchas de sus otras películas, más sujetas a compromisos de producción, son ideológica y artísticamente más libres. A fin de cuentas, aceptar las convenciones hollywoodenses puede equivaler a dar por buenas unas normas de lectura, pero eso deja de funcionar cuando se quiere hablar de y desde otro punto de vista, cuando se cree que ciertas palabras están gastadas por el mal uso. Jim Stark y Judy pueden refugiarse en la casa abandonada que constituye el refugio preferido de Platón. Durante aquella noche ellos abandonarán la infancia y se harán hombres, dejando, sin querer, a Platón abandonado en sus sueños de niño. La pareja protagonista se ha crecido en una noche, lo ha hecho a través del amor y la violencia, pero sin necesidad de enfrentarse física y verbalmente a sus padres. Cuando hacen eso, cuando Ray aborda la pintura de las causas, es cuando la película suena a falso.

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