Carmen Balcells busca socio
La agente de García Márquez, Vargas Llosa o Marsé se abre a nuevos capitales para afrontar los retos del sector - Su preferencia se dirige fuera del mundo editorial
El vertiginoso tsunami causado por los vaivenes de la industria editorial viene provocando desde insólitos daños colaterales hasta devastaciones sin vuelta atrás. Cambian las estrategias financieras, cambian los formatos, cambian los hábitos de lectura y cambia el curso del dinero: cambia, en definitiva, el mundo del libro y de su industria, cuya versión tradicional ha saltado hecha añicos en este primer tramo del siglo XXI. El salto al tren de la modernidad, con toda su carga de reestructuración y de replanteamientos incluidos, no es sencillo. El último y mejor ejemplo de esta metamorfosis lleva grabado el nombre de Carmen Balcells. La que sin duda ha sido y es la gran agente literaria de este país afronta los nuevos retos digitales y económicos con una ampliación de capital de 500.000 euros. Hasta el momento, no ha cerrado un acuerdo con nadie, aseguraba ayer mismo su propietaria.
Balcells baraja vender o ceder la biblioteca y el archivo de la agencia
"Hay que reforzarse ante los cambios que se aproximan", sostiene la agente
Balcells es la gran madre de una colosal nómina de autores vivos, como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes o Javier Cercas, y la defensora del legado de otros que ya se fueron, como Camilo José Cela, Miguel Delibes, Rafael Alberti, Manuel Vázquez Montalbán o Jaime Gil de Biedma.
Al admitir su intención de abrir la puerta a la llegada de un socio, Balcells pretendía detener la rumorología desatada en la feria de Francfort sobre el futuro de su negocio. Ante las dudas, respuestas: "Busco un nuevo socio que quiera entrar con 500.00 euros en la empresa", comentaba ayer a EL PAÍS Carmen Balcells. En otras palabras: no vende su agencia / símbolo pero sí está dispuesta a compartirla. La propiedad quedaría en manos del nuevo socio, de su hijo y de dos subordinados fieles, como Gloria Gutiérrez y Javier Martín. La intención de Balcells es que ellos tres detenten el 55% del total. "Aunque", dice, "estoy dispuesta a bajar al 52%".
El socio no tiene por qué estar vinculado al sector del libro. Es más, Balcells asegura que "no sería lógico buscar en el mundo editorial". Y añade: "Debemos hacerlo más en otros campos para mantener la independencia. Un agente debe defender en todo momento a su cliente, el autor, y no puede desempeñar bien ese trabajo si depende de un grupo editorial".
En este sentido, la mujer más poderosa del panorama editorial en español ha mantenido conversaciones con Miguel Barroso, autor de la casa y vinculado a la productora Mediapro, que controla Jaume Roures. "Sí, hemos hablado. Mucho, pero no han vuelto a mostrar interés", comenta. En relación a una alianza con otros agentes internacionales poderosos como el neoyorquino Andrew Wylie, alias El Chacal, no hay nada. "Ni lo va a haber", zanja Balcells. Con otras agencias vinculadas al mundo hispano, tampoco. No le convencen las que se desenvuelven en el sector. "Debemos reforzarnos ante el reto y los cambios que se aproximan", asegura.
Su modelo de negocio busca no perder la influencia que los agentes pueden tener en el futuro de la edición digital. Los autores tienen opciones de derechos cada vez mayores y el reparto de la tarta del libro será diferente. Del 10% tradicional, ya se están negociando porcentajes del 25% e incluso más elevados.
Este panorama de cambios en la agencia afincada en Barcelona se convirtió ayer en efervescente carne de rumor en el sacrosanto Salón 8 de la Feria de Francfort, el destinado a las editoriales anglosajonas. La responsable de una agencia literaria española recibía en plena labor en el salón un sms con el mensaje: "¿Eres tú el partner que busca Balcells?". Mucho menos sentido del humor mostraba Gloria Gutiérrez, número dos de la agencia, que blandiendo su carné de citas a rebosar insistía: "Para hablar de libros quizá tenga unos minutos; ni uno para hablar de otras cosas".
Son momentos delicados para una de las agencias literarias más importantes del mundo, que, según fuentes del sector, estaría sufrido un desgaste en su potente imagen, especialmente en el extranjero y en el mercado americano en particular. Para paliar esa situación, Balcells, que hace apenas dos meses cumplió 80 años, estaría barajando la posibilidad de obtener liquidez a partir de la cesión o venta de la biblioteca y archivo de la agencia, con primeras ediciones de la mayoría de los grandes autores del boom latinoamericano que ella tanto ayudó a crear; pero también de manuscritos de figuras tan carismáticas como el poeta Jaime Gil de Biedma. En esa línea, Balcells habría contactado con responsables del ministerio de Cultura. Un portavoz de la Generalitat, por su parte, aseguró ayer mismo que no tenían constancia de ese interés de Balcells por encontrar destino a ese goloso fondo patrimonial: "Es la primera notica que nos llega de que desearía venderlo; si fuera así, estaríamos dispuestos a hablar, independientemente de que haya ahí autores catalanes o no".
Tampoco tenían noticia en el Consistorio barcelonés de las maniobras de la agente, si bien hace ya unos años, en la etapa del concejal Ferran Mascarell al frente de la cultura municipal, si se habló de crear un centro en Barcelona dedicado al mundo del libro a partir de los fondos bibliográficos y de manuscritos que posee la agente en el piso de su agencia. "Ese proyecto no muy definido está en stand by, pero nunca se habló de compra", aseguraba ayer el delegado de Cultura del ayuntamiento, Jordi Martí.
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