Bardem, 10 años de Oscar
El idilio del actor español con Hollywood comenzó con su papel del poeta cubano exiliado Reinaldo Arenas
Javier Bardem llegó hace una década a Hollywood del brazo de un poeta cubano tocado por el exilio y la muerte. Entonces ni habían caído las Torres Gemelas, George Bush acababa de llegar a la Casa Blanca y lo más parecido a una red social era un tarjetero. Diez años separan su interpretación del escritor anticastrista Reinaldo Arenas de la del enfermo de cáncer que da vida en Biutiful, otro personaje tocado por el dolor y la muerte.
En 2001 Antes que anochezca, dirigida por Julian Schnabel, abría el idilio de Bardem con la alfombra roja, la ceremonia de los Oscar y, sobre todo, con Los Ángeles. Aquel año Russell Crowe le ganaba la partida por Gladiator. Diez años después Colin Firth parece el claro favorito por darle una dimensión humana al monarca que superó su tara y resistió en Londres los bombardeos nazis.
"No decidí coger la maleta ni pertenecer a esto. Sucedió como un accidente"
"Siempre se habla de Holly- wood como un monstruo enorme que devora a la gente", dijo ayer el actor en un encuentro con periodistas latinos. "Hollywood solo es un grupo de gente que vive en una colina. Hace 10 años llegué aquí y recibí tanta y tan buena aceptación, curiosamente, sin haberlo perseguido. Yo nunca decidi coger la maleta ni dije 'quiero pertenecer a esto'. Sucedió como un accidente".
Ninguna quiniela da como ganador al actor español; incluso sitúan a Jesse Eisenberg, protagonista de La red social, como el rival con más probabilidades después de Firth al Oscar en la categoría de Mejor Actor. Sin embargo, Bardem -tan acostumbrado al aplauso- pocas veces ha recibido elogios tan encendidos. El jueves por la noche se celebró en el Soho House, un club privado con sede en Los Ángeles, Nueva York y Londres, la fiesta de Roadside Attractions, la distribuidora en EE UU de Biutiful. Acompañado por el director del filme, el mexicano Alejandro González Iñárritu, Bardem compartió noche con los candidatos de la película Winter's bone, con la directora ganadora de la edición pasada, la cineasta Kathryn Bigelow, con Michael Mann y con Werner Herzog. Para el director de Grizzly man lo que Bardem hace en Biutiful es, resumiendo, "poesía".
"Javier está tranquilo", afirma el productor del filme, Fernando Bovaira. "Tiene ya mucha experiencia y vive todo esto con mucha serenidad. Tenemos claro quién es el favorito pero lo cierto es que en las últimas semanas no para de recibir apoyos dentro del gremio de actores". Esta afirmación tiene su peso si tenemos en cuenta que los actores son mayoría en la academia. Ben Affleck ha dicho que el papel de Firth en El discurso del rey le había impactado. Hasta que vio a Bardem en Biutiful: "Sencillamente él está a otro nivel que cualquiera de nosotros". Sean Penn ha comparado el trabajo del español con el de Marlon Brando en El último tango en París y el crítico Anthony Lane clamaba desde The New Yorker: "Por favor, que me traigan la cabeza de Javier Bardem".
Quizá Bardem tiene una cabeza bíblica pero no es un ciudadano anacrónico en las calles de Los Ángeles. Ha decidido que su primer hijo naciera aquí y domina los hilos de una ciudad compleja y en muchos sentidos impenetrable. Bardem presentará el domingo dos premios junto a su amigo Josh Brolin, su compañero de reparto en No es país para viejos, la película con la que ganó en 2007 su primer oscar. Entregarán las estatuillas a mejor guión adaptado y mejor guión original. Hasta ese minuto, acudirá a los ensayos generales y deseará tener -como tantos angelinos en esta semana del año- el don de la ubicuidad.
Pero ese don para dominar fiestas, agenda y calendario parece en esta edición un privilegio exclusivo del presentador de la gala, James Franco, rival del español por 127 horas y capaz de moverse con la misma soltura por los ambientes más rancios y sofisticados de la ciudad. Ayer, Franco presentó en la sucursal de la galería Gagosian de Beverly Hills su colaboración con el cineasta Gus Van Sant. Dos vídeos titulados Endless Idaho y Mi own private River que reinterpretan su mirada sobre una película generacional, Mi Idaho privado, en la que el mito de River Phoenix (fallecido de una sobredosis en 1993 frente al Viper Room, en las aceras del West Hollywood) tocó esa plenitud que todavía se recuerda en esta ciudad. Esa plenitud que Bardem conoce bien y que empezó hace más de una década cuando preparando el personaje que le abrió las puertas de Hollywood decidió escribirle una carta a un poeta cubano muerto que encabezó con un simple: "Ayúdame".
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