Ayala: "Quiero estar en el mundo de hoy, no en el de hace 50 años"
El novelista cumple 103 años el lunes interesado por la tecnología y preocupado por la crisis
Francisco Ayala está "realmente sorprendido de la bondad de la naturaleza" con él. El próximo lunes cumple 103 años y no le importaría cumplir muchos más; sus ganas de vivir lo mantienen atento a la actualidad, aunque "lo que está pasando es muy duro y desalentador", y su interés por las nuevas tecnologías lo han llevado a tener una página propia en la popular red social Facebook.
"Procuro adaptarme a los avances, porque veo que mucha gente se niega a ello y se separa del mundo. Pero yo quiero estar en el mundo en el que los demás están hoy día, no en el que estuvieron hace treinta o cincuenta años", afirma el escritor granadino en una entrevista con Efe, en la que habla de su inminente cumpleaños y confiesa su secreto para hacerse querer y respetar: "no tratar de imponer nada. Vivir y dejar vivir".
En su casa de Madrid y acompañado por su esposa, Carolyn Richmond de Ayala -"ella es mi vida; si ella desaparece, desaparezco yo", asegura- , el escritor se muestra tan amable y lúcido como siempre, por mucho que él se empeñe en decir que está "algo duro de oído y de inteligencia", aunque hace "lo posible por retenerla".
"Tomar las cosas como vengan"
Conoce bien los secretos de la longevidad, y una "buena receta" para vivir es "tomar las cosas como vengan". Con ese espíritu afronta su cumpleaños y el homenaje que la Biblioteca Nacional le ha organizado para el lunes, que estará presidido por el ministro de Cultura, César Antonio Molina. Durante el homenaje se presentará una edición conmemorativa de la novela corta de este escritor y académico Glorioso triunfo del Príncipe Arjona, publicada por primera vez en 1980 y que ahora llega con ilustraciones de Juan Vida.
Pero Ayala es una caja de sorpresas, y no sólo por su capacidad para sumar años a su ya larga e intensa existencia. Autor de una amplia obra narrativa que lo han convertido en uno de los intelectuales españoles más importantes del siglo XX, el escritor ha aceptado la propuesta que le ha hecho la Biblioteca Nacional de contar con una página propia en Facebook, ese club social en el que hay numerosos fans de esta institución.
Devoto de la tecnología
El autor de El jardín de las delicias está "un poco intimidado" con la iniciativa, pero siempre se ha llevado bien con las nuevas tecnologías y ahora no iba a ser menos. Su artículo Mi ordenador y yo, de 1985 y en el que decía que "ningún escritor que se precie debe usar otro instrumento de trabajo que la última máquina producida por la industria electrónica", está colgado en Facebook, junto a otros materiales relacionados con su trayectoria.
Desde hace unos años es el presidente del Patronato de la Biblioteca Nacional, pero hubo un tiempo en que este templo de los libros fue su "primer hogar intelectual", cuando, "de muchachito", se vino a vivir a Madrid. "Entonces no iba nadie, no había prisas; había una especie de confianza general", recuerda ilusionado.
"Lo que está pasando es desalentador"
Sigue conservando el brillo en los ojos que ha tenido siempre, aunque él dice que ese brillo "es engañoso" porque ha perdido mucha vista. Es su mujer la que le lee la prensa y lo mantiene informado de la crisis financiera y de cuanto sucede en el mundo. "Ahora lo que está pasando es muy duro y desalentador. Todo ha bajado a un nivel ínfimo y no me parece que sea agradable el ambiente humano de estas fechas", opina.
El autor de Muertes de perro, Los Usurpadores y La cabeza del cordero está pendiente de la actualidad nacional, si bien prefiere no hablar de política para que no digan que "son cosas de viejo". Pero sí elogia la actuación de dos políticos que, a su juicio, deberían continuar en el Gobierno: María Teresa Fernández de la Vega y César Antonio Molina. Y habla sin pelos en la lengua.
La vicepresidenta primera del Gobierno "es una persona de una intelectualidad extraordinaria y de una gran capacidad de adaptación", y ha sabido superar "las peores jugarretas". "Han pretendido quitarla de en medio sencillamente quienes más interesados tenían que estar en mantenerla, porque es el soporte, la piedra básica del edificio", afirma con rotundidad.
Ayala es amigo de Molina "desde hace mucho tiempo" y asegura que "es un magnífico ministro de Cultura", que se toma la cultura en sentido amplio y profundo". Ha llevado "la cultura española y en español por todo el mundo".Este gran escritor, merecedor de premios como el Cervantes o elPríncipe de Asturias, asegura que "uno tiene que hacerse solidario con la vida que ha vivido, pero no puede asumirla como propia, sino como un espectáculo al que se asoma". "Lo vivido ahí está, y ¡adelante con lo mío!".
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