Aventuras isleñas
Guarapo
Guarapo, primer largometraje de los hermanos Teodoro y Santiago Ríos, es un homenaje a quienes tuvieron que vivir la aventura clandestina de la emigración a tierras americanas desde las islas Canarias, inducidos por la realidad política, social y económica que sufrían los isleños, y que denuncia el filme, cuya gesta alcanzó especial relevancia en la isla de La Gomera.El presente estreno, primer intento para cimentar una futura cinematografí canaria, sitúa su acción en 1947 en la isla de La Gomera, en un tiempo de posguerra española propicio para las injusticias y proclive a la permisividad del tradicional régimen caciquil.
Dirección: Santiago y Teodoro Ríos
Guión: Miguel Hernán, Santiago Ríos, Teodoro Ríos. Fotografí: Hans Burmann. Música: Juan José Falcón Sanabria. Producción: Eduardo Campoy, Teodoro Ríos. España, 1988. Intérpretes: Juan Luis Galiardo, Luis Suárez, Patricia Adriani, Julio Gavilanes, Manuel Cervino, Yamil Omar, Ángel Cánovas, Florinda Diez, Maite Acarreta, Lob Villegas, Paco Verano, Ana Rarnírez, Juanjo Parrilla. Estreno en Madrid: cines Pompeya y La Vaguada.
La película, cuyos exteriores e interiores se han rodado en las islas de La Gomera y Tenerife, tiene como protagonista a Benito (Luis Suárez), un campesino sin tierra que sueña con emigrar a América, apodado Guarapo -nombre que recibe la savia de la palmera-, enamorado de una joven que trabaja en la hacienda del cacique local.
Emigración
Entre el homenaje a la emigración clandestina y la denuncia de una injusta situación social, salpicada por el romance amoroso, los tinerfeños hermanos Ríos, que han acometido su proyecto al alimón, como hacen los hermanos Taviani, demuestran su ya contrastada experiencia en el campo documental -beneficiados aquí por la fotografía de Hans Burmann- y nos muestran su fascinación por el bello y original paisaje donde tiene lugar la acción.Atentos a la pormenorización de las peculiaridades autóctonas canarias, sin olvidar la denuncia, la envoltura del filme alcanza mayor riqueza que el contenido emotivo de las vidas de sus protagonistas, protagonistas cuyos papeles se han asignado a unos actores que dan el tipo físico que requieren sus respectivos personajes.
El testimonio de Santiago y Teodoro Ríos, útil para la reflexión histórica, supera la valoración artística de Guarapo, y evidencia cualidades técnicas apreciables, a pesar de que la película no logra el equilibrio deseable.
Babelia
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