Arte moderno frente al Partenón
La fabulosa colección del multimillonario Georges Economou, propietario de 3.000 obras, compensa la curiosidad de los griegos por el arte contemporáneo
La poderosa belleza del Partenón parece haber inspirado una buena parte de las colecciones privadas griegas que se exhiben en diferentes museos de todo el mundo o se guardan en las lujosas mansiones de sus propietarios. Puede que las más conocidas sean las colecciones de las familias Goulandris, Onassis, Niarchos, Dakis Ionnanou o Daskalopoulos, que actualmente se exhibe en el Guggenheim de Bilbao. Pero hay mucho más. Una de las colecciones más ricas y desconocidas hasta pertenece al armador Georges Economou (Atenas, 1951). Propietario de más de 3.000 obras de arte, la Galería Municipal de Atenas muestra hasta primeros de octubre una selección de casi 300 cuadros realizados entre 1890 y 1990; del surrealismo al neofauvismo, una selección tan espectacular como caprichosa hecha personalmente por este millonario habitual en la lista Forbes (puesto 707 en 2008), cuyo objetivo es comprar un mínimo de 50 obras de arte al año.
El arte español goza de una amplia presencia en la exposición
Ya en febrero, en este mismo museo, se mostró una primera selección de su colección con obras de arte antiguo europeo. La masiva respuesta de los visitantes sirvió para convencerle de mostrar sus grandes tesoros de arte contemporáneo y aunque ya prestaba habitualmente alguna de sus pinturas a museos de todo el mundo, ahora asegura estar dispuesto a exhibir retrospectivas monográficas en algunos museos de Viena, Londres o Berlín. Actualmente se expone en Múnich su colección de 520 obras de Otto Dix, uno de sus "caprichos".
Los dos edificios que forman la Galería Municipal es un recorrido por obras de Giorgio de Chirico, André Masson, Paul Delvaux, Fernand Léger, Wilfredo Lam, Man Ray, René Magritte, Brassäi, Maurice Brianchon, Sigmar Polke, Robert Rauschenberg, Anselm Kiefer, Georg Baselitz, Franceso Clemente, Gerhard Richter, Tamara de Lempicka, Warhol y, entre muchos otros, una serie de 12 dibujos de David Hockney realizados para ilustrar la poesía de Kavafis.
Los artistas españoles tienen una notable presencia en la exposición. Además de Joan Miró, Juan Gris, o Francisco Bores, ocupan un lugar especial La mujer andaluza (1903), de Ignacio Zuloaga; El estudio de mujeres (1900), del Picasso más joven, o la Chaqueta afrodisíaca, reconstruida en 1967 por Salvador Dalí. Un collage de 1980 de Miquel Barceló, representa a los pintores españoles más recientes.
Nelli Kiriazi, directora de la Galería Municipal y comisaria de la exposición, reconoce que en un país en el que el patrimonio arqueológico, pese a los saqueos sufridos, es insuperable, los museos públicos son muy pobres en arte contemporáneo. "Estos artistas no se encuentran en los museos públicos. Somos ricos en arte clásico, bizantino, musulmán, pero no en arte contemporáneo". Para Kiriazi, la exposición de Economou descubre vertientes desconocidas de los movimientos y artistas representados. El arte alemán y austriaco de entreguerras es, en opinión de la experta, el núcleo más importante de la exposición, "pero cada pieza es un eslabón en la historia y tenemos la suerte de poderlos contemplar en directo".
Georges Economou cuenta en su despacho ateniense, un edificio modernista situado a media hora de la acrópolis, que empezó a coleccionar arte hace 30 años. En su caso, no había tradición familiar, solo la afición por el arte que comparte con la mayoría de los griegos y mucho dinero para poder satisfacer sus deseos. No alberga ambiciones de trascender ni tiene claro que el destino final de sus cuadros sea una fundación o un museo. Compra en subastas y en galerías, sobre todo alemanas, y afirma que se guía exclusivamente por su gusto personal. No ha pensado en hacer negocios con las obras, aunque confiesa ser flexible cuando algún museo importante le pide obras para una determinada muestra. Ahora está pensando en exhibir de una manera más regular. Tampoco tiene obras favoritas, aunque su frialdad expresiva se rompe tibiamente cuando habla de Otto Dix, artista del que posee más de 500 obras, entre dibujos, ilustraciones y pinturas. "Fue una oportunidad única y no lo dudé", asegura sin querer contar cuánto pagó por el lote.
Aunque nacido en Atenas, presume de vivir en todo el mundo y por ello no ha convertido sus casas en museos personales. Varias plantas de sus oficinas lucen en sus pareces una gran parte de su colección europea del siglo XX. No entra en temas políticos y responde de manera sarcástica a la pregunta de qué haría él para recuperar los frisos del panteón que se exponen en el Museo Británico. "Los metería en un barco y me los llevaría. En serio, creo que es un tema complicado porque la ley ampara al que detenta la propiedad y desde hace mucho tiempo los tiene Londres. No parece que haya mucho que hacer".
El alcalde de Atenas, Giorgios Kaminis, se alegra de que el momento crítico que atraviesan los presupuestos de los museos públicos se compensen con iniciativas como la de Georges Economou. "En lugar de quedar vacíos, los museos pueden ofrecer exposiciones que de otra manera no podríamos ni soñar. Así, los turistas podrán disfrutar de nuestros tesoros antiguos junto a maestros de la modernidad".
Babelia
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