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El Ejército se suma al control de la inmigración: instalará una base en la frontera con México para detener a migrantes

Expertos advierten de que poner a las tropas a cargo de las detenciones que ahora llevan a cabo la policía o los agentes migratorios sobrepasa los límites de la ley

Soldados del Ejército de Estados Unidos junto al muro fronterizo entre con México, en Arizona, el 3 de abril

El Ejército estadounidense tomará control sobre una franja de tierra federal en la frontera con México, donde instalará una base militar. La medida fue ordenada por el presidente Donald Trump con el objetivo de reforzar la seguridad en la zona. De hacerse efectiva, las tropas militares estarían autorizadas a detener a migrantes que crucen hacia suelo norteamericano sin autorización, uniéndose así a la maquinaria de detenciones y deportaciones del republicano.

La nueva ordenanza del magnate estaría desafiando la Ley Posse Comitatus, un decreto promulgado en 1878 que evita que el Gobierno federal utilice al Ejército y a la Fuerza Aérea como agentes del orden público, excepto en casos específicos autorizados por la Constitución o por el Congreso. Expertos advierten de que poner a las tropas a cargo de las detenciones de inmigrantes que ahora llevan a cabo la policía o los agentes de inmigración y fronteras sobrepasa los límites de la ley. Por tanto, se presume que la medida pueda ser impugnada en los tribunales.

Aaron Reichlin-Melnick, analista senior del American Immigration Council, calificó la estrategia de “descabellada” en un post en X. “[La Administración Trump] está otorgando a los militares ‘jurisdicción’ sobre un tramo de tierra de 60 pies de ancho desde California hasta Arizona y luego alegará que los migrantes están siendo arrestados por ‘traspasar propiedad militar’, tratando así de eludir la Ley Posse Commitatus”.

Actualmente, el tema se encuentra siendo revisado por el Pentágono. Pero incluso mientras se lleva a cabo cualquier revisión legal, la intención de la Administración es que las tropas detengan a los migrantes en la frontera, según funcionarios citados por la agencia AP. Estos añadieron que cualquier migrante que se encuentre de forma irregular en el país y que sea detenido por personal militar en esas tierras será entregado a las agencias civiles locales encargadas de hacer cumplir la ley.

El pasado viernes, el republicano ordenó la transferencia de la zona en cuestión, conocida como Reserva Roosevelt, al Departamento de Defensa. Hasta ese momento, estas tierras estaban administradas por el Departamento del Interior. “Nuestra frontera sur está bajo ataque de una variedad de amenazas. La complejidad de la situación actual requiere que nuestras fuerzas armadas asuman un papel más directo en asegurar nuestra frontera sur que en el pasado reciente”, señala el memorando presidencial. Asimismo, autoriza al Departamento de Defensa la realización de actividades militares en el área, “incluida la construcción de barreras fronterizas y el emplazamiento de equipo de detección y monitoreo”.

El documento también especifica que estas actividades militares tendrán lugar “en una instalación militar, bajo la jurisdicción del Departamento de Defensa y para la designación de dichas tierras federales como Áreas de Defensa Nacional por parte del Secretario de Defensa”. El mandatario ha dejado claro que la misión es “repeler la invasión y sellar la frontera sur de Estados Unidos contra la entrada ilegal, a fin de mantener la soberanía, la integridad territorial y la seguridad del país”. De este modo, según la información de AP, durante un período de 45 días a partir de la publicación del memorando, el Ejército pretende instalar cercas adicionales y señales de advertencia dirigidas a los migrantes en una sección de la Reserva Roosevelt en Nuevo México, cerca de Fort Huachuca, Arizona.

La Reserva Roosevelt tiene un ancho poco mayor de 18 metros y se extiende por áreas de California, Nuevo México y Arizona. Fue establecida por el presidente Theodore Roosevelt para asegurar la seguridad fronteriza en 1907. En su primer periodo presidencial, Trump ya había transferido el control de dicha zona a las Fuerzas Armadas, para llevar a cabo su proyecto de construcción del polémico muro fronterizo con el cual pretendía frenar la migración irregular.

La medida llega en un momento en que los cruces irregulares de la frontera se han desplomado a mínimos históricos desde que Trump asumió el cargo. La Administración informó de 7.200 encuentros con migrantes en marzo, por debajo de los más de 189.000 del mismo mes del año anterior.

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