Agentes del ICE y la Patrulla Fronteriza dejarán de usar cámaras corporales: la última medida de Trump que desprotege a los migrantes
Los defensores de los migrantes sostienen que el uso de estos dispositivos, aprobado bajo el Gobierno de Joe Biden, ayuda a garantizar una mayor transparencia durante los encuentros entre las autoridades y los extranjeros

La Administración de Donald Trump dará vía libre a otra medida que podría dejar desprotegidos a los migrantes frente a las redadas y detenciones que llevan a cabo los agentes de la Patrulla Fronteriza o del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en medio de la limpieza masiva de indocumentados en el país. En lo adelante, estas fuerzas del orden dejarán de utilizar las cámaras corporales que ayudaban a garantizar una mayor transparencia durante los encuentros entre las autoridades y los inmigrantes. La decisión es otra revocación de las medidas heredadas por el Gobierno de Joe Biden, cuyo legado Trump se empeña en desmantelar.
En declaraciones al medio NewsNation, varias fuentes cuyas identidades no fueron reveladas aseguraron que, en un comunicado dirigido a los agentes de la Patrulla Fronteriza, se les informaba que en lo adelante “cesarán el uso de cámaras corporales (BWC) en todos los entornos operativos”. Las fuentes también sostuvieron que la medida llega a raíz de publicaciones en redes sociales en las que varias personas aseguraban que podían detectar a determinada distancia, con el uso de dispositivos móviles y aplicaciones, a los agentes de la Patrulla o del ICE que llevaban las cámaras.
Las autoridades insisten en que la medida busca proteger a sus agentes. “A la espera de la finalización de la investigación y la mitigación de riesgos, todos los agentes suspenderán el uso de sus BWC hasta nuevo aviso. Se difundirán orientaciones e información adicionales a medida que se reciban”, dice el comunicado al que tuvo acceso NewsNation.
Desde la Administración de Barack Obama estaba sobre la mesa el debate de la incorporación de cámaras corporales a los miles de agentes de la Patrulla Fronteriza y del ICE, pero no fue hasta que llegó Biden al poder que se convirtió en ley. El accesorio en los uniformes de los oficiales respaldaba una conducta adecuada de su parte y garantizaba la transparencia. Se trataba, además, de una vieja petición de los defensores de los migrantes, para evitar el uso excesivo de la fuerza contra las personas que llegaban al país.
En 2022, el expresidente demócrata firmó una orden ejecutiva que exigía el uso de políticas de cámaras corporales a las agencias federales involucradas en el orden público. En marzo del pasado año, el ICE anunció el despliegue de 1.600 cámaras para los trabajadores de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y la Oficina de Detención y Deportación (ERO). También ofreció capacitaciones a sus agentes en ciudades como Baltimore, Filadelfia, Washington, o Detroit.

La política sobre el uso de estas cámaras aplica a todas las actividades policiales del ICE, como detenciones investigativas, arrestos en la comunidad u órdenes de registro, entre otras. No obstante, no está permitido su uso para grabar a personas que participen en actividades protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, es decir, no se pueden usar para vulnerar el ejercicio de la libre expresión.
Unos pocos días antes de que los demócratas dejaran el poder del país en las manos de los republicanos, se cercioraron de actualizar la política de uso de las cámaras corporales. El entonces director del ICE, el agente Patrick J. Lechleitner, aseguró que los dispositivos eran parte del esfuerzo por ganar la “confianza pública”, que implica “la rendición de cuentas, la eficacia y transparencia en nuestras tácticas de aplicación de la ley”. Según Lechleitner, esta política está diseñada “para promover estos valores fundamentales”. “Exigir el uso de cámaras corporales por parte de nuestro personal policial es importante para llevar a nuestra fuerza laboral a la vanguardia de la innovación, mientras generamos confianza en nuestros profesionales del orden público dedicados”. Los aparatos también servían de prueba a las autoridades que investigaban denuncias sobre las violaciones de derechos humanos que se han dado en lugares como la frontera.
Pero bastó con que llegara el 20 de enero para revertir muchas de estas políticas. La medida de la eliminación de cámaras corporales desde ya causa preocupación en quienes creen que la ausencia de estos artefactos abre el margen para que los agentes federales actúen con la conciencia de que su comportamiento no quedará registrado ni tendrá consecuencias. Más en un momento como este, donde de por sí están respaldados por un Gobierno cuya meta es expulsar a los más de 13 migrantes indocumentados que se encuentran en el país.
Para ello, la Administración Trump ha echado mano de todo lo posible: una militarización de la kilométrica frontera, la desmantelación de los programas que permiten la entrada o estancia legal de inmigrantes y el aumento de los vuelos de deportados. Tanto así, que los encuentros fronterizos que ya Biden había reducido para paliar la crisis migratoria, el Gobierno republicano los ha reducido mucho más tan solo un mes. Trump, no obstante, ha dicho que no está todo lo satisfecho que quisiera, y su propósito de ir con todo contra los inmigrantes indocumentados sigue en pie.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.