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Angeles Maldonado, activista: “Los padres indocumentados tienen que hablar con sus hijos sobre la posibilidad de que sean deportados”

La doctora ha estudiado el efecto de las redadas migratorias en niños durante dos décadas y cree en la importancia de discutir la separación familiar en casa, antes de que ocurra

La activista y académica Ángeles Maldonado.
La activista y académica Angeles Maldonado.Camaleon Creative Team (CORTESÍA)

La doctora Angeles Maldonado ha conversado con decenas de hijos de inmigrantes indocumentados que han sido separados de sus padres como consecuencia de redadas y deportaciones en Estados Unidos durante las últimas dos décadas. Educadora y activista basada en Phoenix, ha estudiado el impacto que han tenido los operativos de migración en los niños de origen latino, desde las redadas de 2005 promovidas por el sheriff Joe Arpaio en el condado de Maricopa, en Arizona, hasta las redadas masivas del ICE en Misisipi durante el primer Gobierno de Donald Trump, que han sido las más grandes en la historia del país. Por todo eso y por su propia historia personal —la detención y la ausencia de su padre cuando ella era una adolescente—, Maldonado aconseja a los padres que hoy están en riesgo de ser detenidos o deportados, que informen y preparen a sus hijos para lo que pueda suceder. “Es lo que ya están haciendo muchos. Como la gente siente miedo, tiene que tener esas conversaciones difíciles con sus hijos. Decirles: no sé si voy a volver de trabajar y si algo me sucede, quiero que ayudes a tu mamá”.

Además de su activismo y trabajo académico, Maldonado actualmente administra un despacho de abogados de migración que dirige su esposo. Desde la toma de posesión de Trump, el pasado 20 de enero, se ha disparado el número de consultas que reciben en su oficina: “En Arizona el temor ya existe. Hemos estado trabajando noche y día, contestando llamadas, haciendo videos y tratando de informar sobre los derechos que la gente tiene. Y es importante que los niños también sepan cuáles son sus derechos y uno de ellos es estar enterados de lo que está pasando. También tienen derecho de pedir ayuda, ellos mismos pueden pedir un abogado, especialmente si [los agentes de migración] empiezan a entrar en las escuelas”.

Hace dos años Maldonado escribió un libro infantil, ¿Dónde está papi?, para ayudar a los padres indocumentados y a las familias de estatus mixto a abordar los temas de la separación familiar, la detención de los padres, las leyes de migración y los sentimientos y frustraciones que derivan en los niños. La heroína del libro es Akemi, una niña de ocho años que Maldonado entrevistó en Phoenix durante su trabajo académico de campo, que en el libro lleva un año separada de su padre deportado y sobrelleva el duelo de la separación yendo con su madre a protestas para pedir su regreso. “Quería darle un mensaje a los niños para que no se sintieran sin poder y explicar que esas leyes (de migración) no son justas, y que cruzar fronteras es un derecho humano”, explica la autora.

“La realidad es que vivimos en una sociedad injusta y aún así tenemos el derecho y la responsabilidad de usar nuestra vida para estar bien y para contribuir al mundo. A veces los niños tienen vergüenza porque a su papá o a su mamá se la llevaron. Y pelear contra esa vergüenza es como pelear contra el racismo: hay que explicarles que es un sistema y no es que sus padres necesariamente hayan hecho algo malo. Yo recuerdo ser niña y también tener vergüenza de ser indocumentada”, cuenta. Maldonado nació en México, emigró con sus padres a Estados Unidos siendo una niña y cuando era una adolescente, se llevaron a su padre en una redada de migración que hicieron en el taller mecánico donde él trabajaba, en Phoenix.

Un ejemplar del libro infantil '¿Dónde está papi?', de Ángeles Maldonado.
Un ejemplar del libro infantil '¿Dónde está papi?', de Angeles Maldonado.CORTESÍA

Maldonado recuerda haber ido con su madre a preguntar por él en el centro de detención: “Había mucha gente, líneas de espera, pero mi mamá decía: yo no me voy a ir, tengo que sacar a tu papá de ahí. Verla así, con tanta angustia pero también tanto coraje, me inspiró, porque también la adversidad es como un fuego que nos hace pelear”. Fue así como Maldonado —ya de mayor, ya académica y aún viviendo en Estados Unidos— resolvió ser activista y dedicarse a documentar qué pasa con los niños tras las redadas.

La mayor redada ejecutada en Estados Unidos se dio durante el primer mandato de Trump, el 7 de agosto de 2019, cuando agentes del ICE tomaron por asalto siete plantas procesadoras de pollo en el estado de Misisipi, donde el grueso de la mano de obra era indocumentada. Más de 680 trabajadores fueron detenidos, casi todos latinos, originarios de México y Guatemala: 90 fueron imputados en cortes criminales por el delito de usurpación de identidad, por trabajar con números de seguridad social que no eran suyos, y más de la mitad pudo regresar a sus hogares en Misisipi después de días o meses de detención o incluso después de ser deportados. La operación coincidió con el primer día de clases y decenas de niños se quedaron solos en las escuelas, esperando que sus padres fueran a recogerlos.

Esa misma semana, Maldonado y su esposo, el abogado Ray Ybarra, viajaron al Estado como parte de la coalición de organizaciones sin fines de lucro que apoyó a la comunidad inmigrante con servicios legales y ayuda humanitaria. Mientras los adultos lidiaban con la emergencia, parecida a un desastre natural, Maldonado encontró que nadie daba explicaciones a los menores: “Después de la redada, tuve conversaciones con los niños y muchos se quejaban de que los maestros no trataron el tema. Como si no hubiese ocurrido. Ningún maestro les dijo: lamento lo que pasó con tu mamá o sé que ustedes tienen padres que acaban de pasar por esto. Hablé con el director de la escuela donde tenían a los niños en el gimnasio, esperando a que sus familiares los recogieran, y le pregunté si explicaron algo a los niños y me respondió que no, que no dijeron nada porque no era su papel”.

Maldonado insiste en que los adultos deben buscar formas de proteger a los niños de padres indocumentados hablándoles del tema. “Es importante darles ese sentido de orgullo, de que no somos menos personas porque nos haya ocurrido una injusticia. Quieren que nuestra gente se sienta sin poder, que los hijos se sientan sin poder y hay que hablar con los hijos y decirles: sí va a ser duro, no vamos a mentir, puede ocurrir una deportación, pero vamos a estar bien, tarde o temprano, vamos a salir adelante”.

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