_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cine pobre, cine rico

El cine empezó siendo para los descalzos, pero en cuanto empezó a dar dinero, a los pudientes dejaron de caérseles los anillos cuando les salía un hijo artista

Christopher Lee, Silvia Tortosa y Peter Cushing, en 'Pánico en el Transiberiano' (1972), de Eugenio Martín.
Christopher Lee, Silvia Tortosa y Peter Cushing, en 'Pánico en el Transiberiano' (1972), de Eugenio Martín.
Jimina Sabadú

A la muerte del director Eugenio Martín, su viuda, la actriz Lone Fleming, publicó en sus redes sociales una emotiva nota manuscrita. “Eugenio fue un niño descalzo y pobre, pero cuando conoció el cine, encontró su gran amor“, decía. Se me quedó grabado. Un niño descalzo que llega a dedicarse al arte más caro del mundo y, quizás, también al más burgués. Aquel niño logró dirigir más de una veintena de películas de diversos géneros y temáticas, entre las que destacan sus aportaciones al terror y al wéstern, además de musicales, dramas y comedias.

Un tema que no se toca casi nunca es el de la altísima clase económica a la que pertenecen la mayoría de los directores de cine. En los últimos veinte años ha cambiado bastante, pero en la época de Martín, era una proeza estudiar cine sin una familia de ingenieros, abogados, médicos… El cine empezó siendo para los descalzos, pero en cuanto empezó a dar dinero, a los pudientes dejaron de caérseles los anillos cuando les salía un hijo artista.

Los rodajes modestos hay que vivirlos para entenderlos. En esas películas que se levantan con el esfuerzo de todos hay mucho más cariño que en los sets donde a nadie le importa lo que se rueda. Nadie rememora lo bien que lo pasó en… tantos proyectos grandes, porque no hubo nada memorable más allá de que se cobrara bien. Sí oirán a gente hablar, por ejemplo, de cómo fue rodar Pánico en el Transiberiano (Martín), o, por supuesto, ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (Almodóvar).

Se acaba de estrenar una película que me recuerda mucho a este cine. Se llama Os reviento y la dirige Kike Narcea (con una larga trayectoria como cortometrajista); no les llamará mucho la atención que se haya rodado con tan solo una cámara, pero les aseguro que es prodigioso rodar semejante película de acción y bofetadas en esas condiciones. Os reviento es un cine directo y entretenidísimo, protagonizado por un descubrimiento como Mario Mayo, levantada sobre los hombros por los hermanos Prada y Jesús Loniego, a quienes luego se sumaron Javier Arnaiz y Bruno Martín.

Juntos han hecho valer el cine sin medios, hecho solo con talento, entusiasmo, y un duro trabajo. Y curiosamente, también sale Lone Fleming, con quien empezaba este artículo. Esto es lo que necesita el cine: gente que quiera hacer películas porque le gustan las películas. De lo otro ya vamos sobrados, gracias.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_