¿A quién le interesa el cine clásico?
El programa ‘Classics’, de Trece TV, no se renueva. No habrá una cuarta temporada. José Luis Garci no ha aceptado la petición de poner solo películas en color
Mi madre siempre dice que: “Si es en blanco y negro, la película es buena”. No le gusta el cine, no ve la televisión, y si consigo que veamos alguna película, se queda dormida a los pocos minutos. Sin embargo, da por cierto ese axioma de que las buenas películas son en blanco y negro. Hay películas malísimas en blanco y negro. Hace poco se me ocurrió ver The Cocaine Fiends, una sandez de 1935 que no llega a los niveles de disparate de la mucho más conocida Reefer Madness. Proyecté para mis alumnos unas secuencias de It Conquered the World y, pese a ser un clásico, desató la risa en lugar del temor. Incluso una vez se me ocurrió ver, del tirón, Sin novedad en el Alcázar y Jeromín. Y buenas, lo que se dice buenas, no son.
Desde 1939 hasta 1967 hubo dos premios Oscar a la mejor fotografía cada año, uno para color y otro para blanco y negro. Para 1967 el cine en blanco y negro ya empezaba a ser una extravagancia. Hasta en las cinematografías más modestas se usaba ya el color de forma habitual. En 1950, por poner un ejemplo, cinco películas extraordinarias fueron nominadas a mejor fotografía: Eva al desnudo, Las furias, El crepúsculo de los dioses, La jungla de asfalto, y El tercer hombre, siendo esta última la ganadora.
Ver una película en blanco y negro requiere más esfuerzo para el cerebro que ver una película en color. Sin embargo, cuando uno se pone delante de una buena película, el afán se convierte enseguida en disfrute. No sé si se habrán enterado de que el programa Classics de Trece TV no se renueva. No habrá una cuarta temporada. José Luis Garci no ha aceptado la petición de poner solo películas en color, así que se acabó lo que se daba. La excelente selección de un cinéfilo y oscarizado director como Garci no ha dado la audiencia que se esperaba, al menos cuando se trataba de poner películas en blanco y negro.
Al desaparecer este programa de la parrilla, desaparece también la posibilidad de recuperar y analizar títulos como Dies Irae (con este debieron hacer una audiencia bastante exigua, las cosas como son), El halcón maltés, Sed de mal, Perdición, o Matar a un ruiseñor, por dar ejemplos recientes. Qué frescura da poner el televisor y encontrarse con cosas así. Garci se fue de televisión española porque no podía fumar, y se va de Trece porque no le dejan poner películas en blanco y negro. A Garci (que tengo entendido que no tiene ni mail ni teléfono móvil) le gusta hacer las cosas a su manera. Siendo así, y teniendo en cuenta que en una empresa privada se hace lo que los accionistas quieren, no sería mal momento para que la televisión pública acogiera de nuevo las tertulias de Garci. Háganle caso a mi madre: las películas en blanco y negro son buenas. Entre tanto programa de los Iglesias y tanto MasterChef, tampoco pasa nada por poner alguna pincelada de cultura o, dicho de otro modo, de servicio público.
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