Sutherland y su película más famosa
Acercarse al público joven nunca debería ser la excusa para no conocer nada anterior a nuestra fecha de nacimiento
Ya sabrán a estas alturas que ha muerto Donald Sutherland. Incluso si el nombre no le dijera nada, una foto bastaría para que le recuerden en unas cuantas películas memorables: Casanova (Federico Fellini), La invasión de los ultracuerpos (Philip Kaufman), Doce del patíbulo (Robert Aldrich), M.A.S.H. (Robert Altman), Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo), Novecento (Bernardo Bertolucci), JKF (Oliver Stone), Amenaza en la sombra (Nicolas Roeg)… una lista interminable de grandes películas. Sé cual NO elegiría: Los juegos del hambre. Un trabajo rutinario (por no decir alimenticio) que, si bien constituyó un hito en la vida de millones de fans de la saga, no es ni remotamente relevante en la carrera de Sutherland.
Imaginen: mañana se muere Leonardo DiCaprio y el titular es Muere Leonardo DiCaprio, famoso por su papel en ‘Critters 3′. Se muere Josema Yuste (Dios le guarde muchos años) y el titular dice que fue famoso por su papel en Cocaína (Jimmy Giménez-Arnau, 1980). Se muere Vargas Llosa (también, Dios le guarde muchos años) y el titular alude a que fue la pareja de Isabel Preysler.
Acercarse al público joven (o ser público joven, además de periodista) nunca debería ser la excusa para no conocer nada anterior a nuestra fecha de nacimiento. “Es que yo no había nacido”, es, de todos los escudos de la incultura, el más patético. No se lo he escuchado a nadie que no se crea más listo de lo que es. No todos tenemos por qué saberlo todo, pero si somos periodistas debemos, como mínimo, informarnos sobre nuestra (presunta) especialidad. Donde es más grave es en las revistas de cine (en sus versiones online), y no sé hasta qué punto es culpa de los redactores. Puede que sean sus jefes los responsables del despropósito. Como mínimo, son los que han elegido a esos redactores. Descubre la desconocida saga de terror de los ochenta: Pesadilla en Elm Street. El cine antiguo es del año 2000 en adelante. El blanco y negro no existe. El mudo, directamente, es como las pinturas rupestres.
¿Cuales son las consecuencias de publicar un titular diciendo que Donald Sutherland es conocido por Los juegos del hambre? Primero, demostrar que ese medio está copado por incultos que no usan ni el Google. Y segundo, negarle a una generación que creció con esas películas la posibilidad de descubrir clásicos que amplíen sus horizontes.
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