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Bestiario televisivo (V)
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Emma García: manual de supervivencia

Con esa inalterable sonrisa y esa calma aparente que proyecta ahí donde se sienta, a la guipuzcoana parece que nada la turba, nada la espanta

Emma García, en un estreno de cine en noviembre de 2023.
Emma García, en un estreno de cine en noviembre de 2023.Carlos Alvarez (Getty Images)
Ángeles Caballero

“Va a ser difícil que encuentres a alguien que te hable mal de ella”, advierte una persona del equipo del programa Fiesta de Telecinco, presentado por Emma García. Y tiene razón. Porque la de Ordizia, nacida el 8 de junio de 1973, es de esos rostros televisivos que resisten con el paso del tiempo, el suyo y el de Mediaset, a Paolo Vasile y a Borja Prado, los cambios de programación, y hasta algunos contenidos que vistos con las gafas de hoy no tienen un pase.

Y sin embargo, ocurra lo que ocurra, ella está ahí, resistente, superviviente. Educada, correcta, desprendiendo buen rollo. “No pierde las formas jamás, genera buen ambiente, y creo que si sigue ahí es porque es muy fácil trabajar con ella”, cuenta Anitta Ruiz, que lleva un año colaborando en su programa en temas de moda.

Con esa inalterable sonrisa y esa calma aparente que proyecta ahí donde se sienta, a la guipuzcoana parece que nada la turba, nada la espanta. Como cuando preguntaba a alguno de los tronistas de Mujeres y hombres y viceversa qué tal había ido la cita con una de las candidatas, cuando intentaba calmar las aguas en las discusiones en A tu lado y cuando interrogaba a alguno de los concursantes de El juego de tu vida con cuestiones como: “¿Te has intentado dar placer sexual con algún vegetal?”, “¿has fantaseado alguna vez con que tu abuela participara en tus relaciones sexuales?”, “¿has deseado alguna vez la muerte de tu suegra?”, o “¿has quedado alguna vez con tus amigos para masturbarte en una caseta de perro?”. Todas ellas, por cierto, fueron contestadas con un sí.

El nombre de Emma García siempre suele salir bien parado. Aunque hicieran mofa del tamaño de su dentadura en el programa Homo Zapping y aunque Ángel Martín en Sé lo que hicisteis de La Sexta la definiera una vez como “la novia de un Latin King” tras uno de sus enfados en directo. Aunque en YouTube se empeñen en vincular muchos contenidos en los que aparece su nombre con expresiones como “pierde el control”, “destroza” o “estalla”.

No importa. En los titulares de prensa de hoy suelen destacar de ella que “atraviesa uno de los mejores momentos de su vida personal y profesional”. Que está en una edad en la que una se echa a perder y luego están mujeres como ella, de la que dicen que “está estupenda”. Enamorada de la misma persona desde la adolescencia y madre de una hija recién llegada a la mayoría de edad, García es Mediaset en cualquiera de sus etapas, la “blanca y familiar” que dicen que es ahora, la de todos los públicos. Y la asalvajada de antaño, con las audiencias de entonces, cuando eran la cadena alegre y Antena 3 era “la triste”, según decían en Mediaset. Tiene dos premios TP de Oro como mejor presentadora y en 2023 ganó la Antena de Oro por su trayectoria en televisión.

García estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco y dice su currículo que, mientras hacía prácticas en la agencia OTR, viajó a Bosnia en dos ocasiones. Tras un breve periplo por el Diario de Noticias de Navarra, Canal 4 y ETB, recaló en la que es su casa desde 2002. En Telecinco empezó a presentar A tu lado, donde mandaba callar al mínimo desmadre y le tocó contar, otra vez contenida y sin alterarse, la muerte de Carmen Ordóñez, colaboradora de ese mismo programa, aquel julio de 2004.

Presentó dos galas de Miss España, concursos como Clever y El juego de tu vida, donde, como hemos visto hace varios párrafos, los concursantes exponían lo más íntimo de su vida con sus familiares presentes en plató para conseguir una buena cantidad de dinero. Se encargó del debate de Supervivientes, otros proyectos que pasaron con más pena que gloria, y le dedicó 10 años a ese experimento sociológico llamado Mujeres y hombres y viceversa. Recordemos, un dating show donde aprendimos que para ser tronista había que pasar mucho tiempo en el gimnasio y ahorrando para pagar tratamientos estéticos, camisas de doble cuello en el caso de ellos y vestidos de poliéster en el caso de ellas.

Fue sustituida por Toñi Moreno, algo que no debió hacerle demasiada gracia, pero esa procesión decidió llevarla por dentro. “Es que no le gusta llamar la atención, es discretísima. Trabaja, está pendiente de todo, hace preguntas, se interesa, pero no se hace amiga de cualquiera”, comenta una trabajadora de Mediaset. Después de un tiempo presentando el magacín de las tardes del fin de semana Viva la vida, ese mismo programa se llama ahora Fiesta.

Jesús Vázquez y Emma García, en una imagen de 2004.
Jesús Vázquez y Emma García, en una imagen de 2004. Europa Press Reportajes / Europa Press (Europa Press)

García ha conseguido algo muy difícil con el paso del tiempo. Que los titulares sobre su programa siempre la incluyan a ella como protagonista, no a aquellas personas a las que entrevista. Le pasó con ese ataque de risa en directo cuando una de las invitadas, Cristina Cárdenas, maldijo en directo a Antonio David Flores, o cuando, tras un encomiable ejercicio de contención, largó del plató a la presentadora Paloma Lago mientras le decía: “Eres muy maleducada”.

“Esa entrevista hay que verla con detenimiento”, explica Jorge Moreno, coordinador de Fiesta, que lleva trabajando en Mediaset desde 2017, primero para la productora La Fábrica de la Tele y desde hace tres años en Unicorn. “A Emma la pillas enseguida, no tiene dobleces. No le gusta la polémica ni el jaleo, y cuando abronca, lo hace en privado. Cuando me tocó ir a Valencia para cubrir la noticia del incendio en el Campanar, me llamó para felicitarme por el tono, por haber huido del ruido y del morbo. Eso me llegó, porque podía no haber dicho nada”, afirma.

“Se ha convertido en un personaje más de sus programas como lo fue en su día Jordi González. No lo considero algo malo, es sencillamente un sello personal que hoy en día no se ve en muchos programas, aunque conlleve el riesgo de convertirse en un personaje más de la fauna de Mediaset”, explica el periodista Sebastián Maspons, que lleva años analizando lo que sale por la tele.

Así, una no sabe si es tal cual la dibujan. Correcta, incapaz de dar una voz más alta que otra. O simplemente sabe que para sobrevivir hay que sonreír mucho, tener aguante, ser una profesional de esas que no se llevan los problemas a casa, que pasan del afterwork porque a la tele hemos venido a trabajar y punto. Y que, en la paz del hogar, cuando nadie la ve, se ríe de todos nosotros porque en el fondo le importa todo un bledo. Nunca sabremos, como en El juego de tu vida, si la respuesta es un sí.

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