_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El último mono de la fiesta

Llega el estreno y no le invitan al pase, ni a la fiesta. Ni a ningún otro sitio. Si un actor gana un premio, mencionará a todo el mundo menos a nuestro personaje

Los realizadores Javier Ambrossi y Javier Calvo. Los Javis, posan con el premio a Mejor Serie por 'La Mesías' durante la gala de entrega de los Premios Forqué celebrada el pasado sábado en el Palacio de Ifema, Madrid.
Los realizadores Javier Ambrossi y Javier Calvo. Los Javis, posan con el premio a Mejor Serie por 'La Mesías' durante la gala de entrega de los Premios Forqué celebrada el pasado sábado en el Palacio de Ifema, Madrid.AITOR MARTIN (EFE)
Jimina Sabadú

Eché de menos en los Forqué a un personaje del gremio audiovisual. A uno que ni grita ni aparece por las reuniones (ni por las sociales ni por las de trabajo). Una persona encorvada, quejica, que rara vez viste a la moda. Tiene problemas de salud relacionados, casi siempre, con el tránsito intestinal. Es el primero en llegar a un proyecto, pero es el que más papeletas tiene de irse sin cobrar. Cuando arranca el proyecto, acude a alguna reunión. Pero después desaparece de los despachos salvo para recibir interminables peticiones de trabajo no remunerado, porque eso que hace lo puede hacer cualquiera y además se cambia en dos patadas.

Cuando la cosa arranca, si es que arranca, el director cambia eso de “nuestra historia” por “mi película”. Ahí es cuando nuestro amigo se da cuenta de que se está volviendo invisible. Los actores no saben cómo se llama, y tampoco les importa mucho. Llega el dinero para todo lo que hay que hacer y él sigue esperando a cobrar, aunque ya terminó de trabajar (empleado más de un año en hacer lo suyo). Aún le queda esperar. Termina el rodaje y, ya sí, le pagan lo suyo. Llega el estreno y no le invitan al pase, ni a la fiesta. Ni a ningún otro sitio. Si un actor gana un premio, mencionará a todo el mundo menos a nuestro personaje. Si la película es un fracaso, todo el mundo le menta, pero siempre sin nombre propio, sólo refiriéndose a su puesto de trabajo. Pero si la película es un éxito, no le verás ni en los premios ni en el photocall.

Este es el destino y la realidad de los guionistas que, una vez más, no han estado ni los aplausos ni en las alfombras rojas.

Puedes seguir EL PAÍS Televisión en X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_