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COLUMNA
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‘La Mesías’: Pasote

Aunque en el universo de la modernidad abunden los tontos con pretensiones, existen personas muy listas, incluso inteligentes. Los Javis lo son

La Mesías
Los Javis junto a las cinco niñas de 'La Mesías'.Suma Content
Carlos Boyero

Me empeño en contra de mis principios o manías de abandonar al cabo de un rato las cosas que me aburren o me irritan, en ver completa la serie La Mesías. Los primeros capítulos me dejaron sensaciones raras, de desconcierto, de no entender varias cosas, de sentirme incómodo con su retorcimiento, su sofisticación y su crueldad. Pero también era transparente el talento de sus creadores. Mis prejuicios asociaban a Javier Ambrossi y Javier Calvo con los modernos. O sea: Oquedad, impostura, moda, tirarse el rollo. Pero aunque en ese universo abunden los tontos con pretensiones, existen personas muy listas, incluso inteligentes. Ellos lo son.

Hay bastantes momentos en La Mesías, en su concepción estética, en su originalidad argumental y narrativa, en sus alienados personajes, que están provistos de electricidad y desasosiego de primera clase. Y cosas que me cargan. Logro llegar al capítulo final, que me parece malo. No me creo a esa comuna en la montaña de gente íntimamente extraviada que al ingerir pócimas esotéricas consiguen expulsar al Alien que ha corroído su existencia. Ni la peregrinación a la India para que el abrazo de una santa sanadora te cure el alma. Ni la integración de la adolescente que escapó de la secta familiar en el mundo real sin renunciar a su antigua fe. Ni la transformación de la grotesca y opusina tía que daba clase a los niños en un modelo de racionalidad.

Hay gente que no soporta esta serie y otra que la adora. Al parecer, los jóvenes se identifican con ella. En cualquier caso, era una producción de mucho riesgo. Yo me alegro de que mi amigo Domingo Corral y sus socios, productores de las excelentes Antidisturbios y La Peste, sacaran adelante una apuesta complicada. Y que les haya dado tanto juego y audiencia. Los Javis merecen que se les siga la pista. Son una especie muy exótica. En lo bueno y en lo desagradable. Como siempre, sólo hablo de mis propios gustos.

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