Javier Clemente, entrenador: “Me parece muy bien que se vayan los jugadores a Arabia por mucho dinero. Son profesionales, ¿no? Pues donde más paguen”
El exseleccionador nacional es el protagonista de un documental en Movistar + que repasa sus años más salvajes al frente de la España de los noventa. “Todo ha cambiado”, dice. “¿Tú crees que un equipo de Primera puede bajar del autobús con 100 niños esperándolos y todos estos con sus cascos y no saludan a ningún crío? Joder con los señoritos de oro”
—¿Javier Clemente?
—Sí.
—Le llamo del diario EL PAÍS, mi…
—¿Y yo cómo sé que trabajas en EL PAÍS?
Pues también es verdad. Pero hay que ser Clemente y tener muchos trienios a su espalda con la prensa enfrente o al lado para reparar en que, como él dice, no puede ser que alguien, por el hecho de presentarse de un periódico, ya lo tenga una hora hablando al teléfono, “que igual es un tipo aburrido en su casa que ha dado con mi número”. El entrenador propone que alguien que él conozca y el periodista también confirme la identidad del último. El proceso es curioso: hay que buscar un puente que, según vamos desgranando nombres, no tiene visos de éxito. “A ese no le conozco, a ese otro tampoco”. Finalmente, un nombre desatasca la entrevista: José María García. “Hombre, si me llama García”. En el documental La España de Clemente, de Movistar +, se explica bien el recelo de Clemente con la prensa y su estrecha relación con García —que provocó seísmos con su rival de la radio deportiva, José Ramón de la Morena, y PRISA, su grupo empresarial, editor de EL PAÍS—, y aun así, uno de los audios rescatados por el documental muestra un diálogo del legendario periodista con su amigo el seleccionador: “Tienes que irte inmediatamente. Esta noche mejor que mañana”. “¿Por qué? ¿Porque lo digas tú?”. “Porque has fracasado, Javier”. Los años de Clemente al frente de la selección española de fútbol merecían un documental a la altura.
Para el recuerdo, la escena de los protagonistas del partido decisivo contra Eire contando cómo colocó a siete centrales en el campo, “estaban hasta de mediapuntas, y aún quedaba yo en el banquillo”, dice Alkorta. Luis Enrique no puede ni hablar de la risa. Se ganó 0-3. Clemente acaba de terminar una etapa de seleccionador de Libia. Lleva un año parado. “Yo soy entrenador. Lo que pasa es que ahora no me contratan. En cuanto reciba una oferta, vuelvo. Yo es que la gozo entrenando. El domingo, si entreno, es un día feliz. Pero no entreno. Lo acepto. Llevo 43 años en esto”.
Pregunta. ¿Sigue igual de tenso con la prensa?
Respuesta. ¿Yo? Para nada. Y nunca lo he estado. Lo que sí notaba es que lo estaban ellos conmigo. Pero yo no estaba tenso: yo me lo pasaba muy bien.
P. No lo parecía.
R. ¿Sabes qué pasa? Que en este país no hay profesión con prebendas, ni siquiera la de político. Pero los periodistas las cogen. ¿Usted es político? Hágalo lo mejor que pueda. ¿Usted es periodista? Lo mismo. Pero el periodista no: el periodista tiene derecho a intimidar y a que no se le conteste. ¿Cómo un periodista puede decirte: “Quiero hacerte una entrevista”, le contestes que no tienes tiempo, y te diga: “Pues atente a las consecuencias”? A las consecuencias de qué, idiota. ¿De que me pongas a parir? Pues hay periodistas así.
P. Usted iba al cuerpo a cuerpo.
R. Yo peleaba todo lo que podía. Si viene uno que empieza a insultar y a mofarse, pues peleo. Si le hacen una entrevista a un jugador mío llena de falsedades, en rueda de prensa digo: “Usted ayer escribió esto, esto y esto: es falso”. Y luego te coge en privado: “Joder, es que tú me llamas la atención delante de todos los periodistas”. “Ah, y tú me llamas la atención delante de toda España”. “Pues a mí me llamas y me lo dices en privado”. “Pues tú antes de escribir me llamas a mí también y me lo dices en privado”. Es imposible. El periodista quiere hacer lo que él quiere.
P. Usted creó un estado de opinión.
R. Los periodistas crean estados de opinión. Yo me dedico a entrenar y vosotros hacéis una serie de comentarios sobre mi trabajo y la gente toma parte. Eso está bien. Yo eso lo acepto. Otra cosa es esto que te voy a explicar ahora. Nosotros llenábamos Sevilla en los partidos importantes menos cuando jugábamos con rivales muy menores. Yo pedí a la federación jugar esos partidos en todos los campos de España para que la gente de fuera de Sevilla pudiese ver a la selección, y llenase el estadio. ¿Qué hizo parte de la prensa? “Clemente no quiere a Sevilla”. Querer enemistarnos con Sevilla. Montar un lío de cuidado, ponernos a Sevilla en contra.
P. ¿Qué le parece lo que está ocurriendo entre la selección española de fútbol y la federación?
R. Me está pareciendo un lío.
P. De Rubiales dijo que le gustaría que pasara unos días en la cárcel.
R. Ganó las elecciones con muy poca nobleza y con muy poca limpieza: jugó sucio. Tuvo el final que merecía.
P. ¿Qué equipo practica el fútbol directo que aprendió en Inglaterra y que le gustaba a usted?
R. Ninguno.
P. ¿Ninguno?
R. No, eso ha cambiado. Hasta la Liga inglesa. Desde que fue Pep [Guardiola] han variado. Pero hay algo que no cambia: la comunión entre el público y el club. Y ojo, siguen siendo equipos dinámicos, duros, físicos, más del choque. Pero la diferencia que transmite el equipo de Pep [Manchester City] respecto a los demás es muy grande.
P. Guardiola.
R. El entrenador más listo que hay en Inglaterra. Con diferencia.
P. ¿Por qué?
R. Porque en 10 años ha cambiado muchas veces de forma de jugar. Varía según qué hombres trae. Si no ha conseguido un resultado, trae a uno, trae a otro. Y eso es variar. Va variando el concepto de juego. Es un tío muy inteligente.
P. ¿Tienen relación, hablan de fútbol?
R. Tengo relación con él sobre todo en verano, cuando viene de vacaciones. Organiza un torneo de golf en el que yo participo. A veces hacemos algunos comentarios sobre fútbol, pero no hablamos de fútbol. Vamos a ver: él tiene unos conocimientos de fútbol mucho más altos que yo. Yo no me puedo poner a discutir con él. Él hace el fútbol que le gusta y a mí me gusta otro tipo de fútbol. Los dos nos respetamos.
P. ¿Qué recuerdo más vivo tiene de las ligas que ganó con el Athletic de Bilbao?
R. Para Bilbao era muy importante porque hacía muchísimos años que no se ganaba la Liga. Pero la gente obvió un poco que aquel equipo que fue campeón era muy bueno. Un equipo muy bueno, muy hecho y muy preparado desde juveniles: de aquel equipo yo tuve siete u ocho jugadores en el juvenil. Tres años después jugaron en Primera. Y juntarlos con la élite que ya estaba en el Athletic, y ser dos años seguidos campeones, no es casualidad. Fue una fiesta impresionante. Un alegrón. Yo soy muy del público, mucho. Me gusta jugar con él: picarlo, encenderlo, que no se distraiga y que esté con sus jugadores.
P. Dice Santiago Segurola en el documental que una noticia buena de usted es que tiene un estilo, sus equipos saben a qué juegan y si muere, muere con el estilo y con ellos.
R. Mi estilo era llevar los jugadores que llevaba. El estilo lo hacen los jugadores. Y yo tengo que pensar en cómo ganarle al rival, no pensar solo en nosotros, toque quien nos toque. Miro al rival y digo: ¿cómo les ganamos a estos tíos? Pues cojo a los jugadores que saben hacer eso y salen al campo. ¿Y qué hacen? Lo que saben. Ya está. Dicen que ahora el fútbol ha evolucionado mucho. La técnica, los vídeos, los scouters, los estudios. ¿ Y para qué? Para nada. Para adornar la película. Un circo. El fútbol es más fácil que todo eso.
P. Cuente.
R. Lo primero que hay que hacer es conocer al rival. Y qué equipo tienes tú. A mí había un tipo de jugador que me gustaba: en calidad, en entrega, cuando hablaban por la tele, yo qué sé. Y yo veía qué eran capaces de hacer los jugadores que yo tenía. ¿Pueden jugar rápido? Pueden. Pueden jugar lento. Pueden jugar a un toque. Tienen habilidad. No tienen habilidad. Digo: coño, pues tengo un equipo cojonudo. ¿Contra qué jugamos? Contra el rival. ¿Qué hace el rival? Porque si tú, al rival, le dejas hacer lo que hace bien, te puede ganar. ¿El rival hace muy bien estas cuatro cosas? Hay que evitar que las haga, y tratar de hacer las cosas que tú sí haces bien. Para eso tienes que tener un equipo fiel, un equipo que esté contento, un equipo que tenga buen ambiente entre ellos, un equipo que sea respetuoso con todo el mundo. Eso es un equipo de fútbol. Yo hice de la selección un pedazo de equipo de fútbol.
P. ¿Qué le parece que las estrellas cada vez antes, o incluso promesas europeas como Gabri Veiga, se vayan al fútbol árabe?
R. Ah, muy bien, estupendo. ¿Es fútbol profesional, no? Los profesionales lo que quieren es solventar su vida económica, así que se irán donde más paguen. Y si en Arabia les pagan 10 veces lo que ganan en España, hacen bien en marcharse.
P. ¿Los que pelean por ganar Ligas o Champions, y quedarse para siempre en la memoria del aficionado, no ganan suficiente?
R. Creo que la diferencia entre ganar 5 millones o 15 al año tiene más peso que eso de los títulos y la gloria. Los jugadores quieren llegar a los 32 años con la vida solucionada. Les rodean muchas cosas y mucha capacidad de ingresos. Me parece muy bien que se vayan los jugadores por mucho dinero. Me parece muy bien.
P. Dice en el documental que el fútbol es un deporte divertido porque puede ganar cualquiera.
R. El que no es mejor no siempre pierde. Y si puedes hacer que el otro no sea mejor, lo haces: lo pones en dificultades, le impides el juego. Se habla mucho del Getafe y de Bordalás. Oye, Bordalás piensa en la forma de ganar hoy a unos tíos que son superiores: es esta, y gana. Y luego el que pierde dice: “Es una vergüenza que jueguen a ese fútbol”. Eso se lo escuché yo a Quique Setién decirlo del Leganés, un equipo modesto que Setién quería que plantase cara al Barcelona quitándole el balón o algo así. Ya. Claro que al Leganés le gustaría jugar como el Real Madrid. ¿Y cómo se hace eso, es que tiene el mismo presupuesto para comprar jugadores parecidos? Hay tíos que van de listos por la vida y lo que no se puede ir es de listos.
P. “Prefiero a un defensa malo que tonto”.
R. Esos defensas que se ponen a driblar sabiendo que, si se la quitan, es gol. Y esos otros que, ante las dificultades y si no tienen mucha calidad, pues arrean un patadón. Dame malos, no me des tontos. El tonto en mi equipo no tiene sitio.
P. Se lesionó de gravedad a los 20 años, estaba ya en la élite con el Athletic y era un jugador de mucha calidad: se retiró. Fue entrenador del Athletic con 30 y ha ganado dos Ligas con su equipo de siempre, ha estado en dos Copas del Mundo con España. ¿Cambiaría esa carrera suya por no tener la lesión que sufrió cuando jugaba al fútbol?
R. Sin dudarlo. Del fútbol lo que más me gusta es jugar. A cualquiera, vamos.
P. ¿Y lo que menos?
R. Que haya cambiado tanto: todo son mentiras, todo son trapicheos, asuntos arbitrales muy dudosos. Ahora viene el Rubiales, ahora viene el Tebas… Tira para atrás 40 años. La gente iba al campo, apoyaba al equipo, los directivos eran humildes. Los de Regional pasaban el rodillo al campo, ponían bares, servían en el bar, hacían rifas. Ahora hay una cantidad de chorizos y de trapicheos impresionante. Cuando interviene tanto el dinero, la cosa se va pudriendo. El respeto, la autoridad, el trato al público. ¿Tú crees que un equipo de Primera puede bajar del autobús con 100 niños esperándolos y bajan todos estos con sus cascos y no saludan a ningún crío? Joder con los señoritos de oro.
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