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Regreso al crimen de Pioz: un cuádruple asesinato infame que tal vez se pudo evitar

La docuserie de Atresplayer Premium ‘No se lo digas a nadie’ revisa la laboriosa investigación del homicidio de una familia brasileña en Guadalajara y las horas críticas hasta que lograron que el culpable se entregara

Patrick Nogueira, condenado por matar a sus tíos y a sus primas, a su llegada a España.Vídeo: Atresplayer Premium
Patricia Peiró

Mientras Patrick Nogueira relataba a los investigadores de la Guardia Civil cómo asesino a su tía Janaína se estaba comiendo una hamburguesa. “He conocido a muchos homicidas en mi carrera, pero este parecía que ni sentía ni padecía”, cuenta a cámara uno de los agentes presentes en el momento de la detención de este veinteañero que en 2017 mató y descuartizó a sus tíos y a sus hijos de cuatro y un año en un chalet de Pioz (Guadajara). Se conocen los hechos, la condena de Patrick, se ha visto su rostro y se han leído sus mensajes de WhatsApp, en los que retransmitía con sorna el crimen. Una nueva serie documental de Atresplayer Premium va un paso más allá y ahonda en todas las lecturas que existen tras un hecho inexplicable. ¿Por qué un chico que lo tenía todo decidió destruir a toda una familia? ¿Quién aportó la prueba definitiva para su condena? ¿Se podría haber evitado que Patrick llegara tan lejos?

“Creemos que era una historia perfecta para explicar muchas cosas: los retos de la nueva criminalidad, el debate sobre las redes sociales, cómo entienden los jóvenes la empatía...”, resume Teresa Latorre, productora ejecutiva de No se lo digas a nadie, que se estrenó el 28 de mayo. Como recuerda Latorre, este fue uno de los primeros crímenes retransmitidos casi al minuto por WhatsApp. El condenado contó a un amigo por este servicio de mensajería los detalles de su atrocidad. Gracias en parte a esos mensajes, se consiguió acreditar que el 16 de agosto de 2017, el veinteañero acudió al chalet en el que vivía sus tíos Marcos y Janaína y sus hijos Carolina y David y mató y descuartizó a todos. Después metió sus cuerpos en bolsas, los dejó en el salón y continuó con su vida durante un mes. Hasta que el olor alertó a uno de los guardas de la urbanización y avisó a la Guardia Civil, que encontró una sala de estar infestada de moscas. Al día siguiente, Patrick se montó en un avión y regresó a Brasil.

El chalet en el que se produjeron los asesinatos, en Guadalajara.
El chalet en el que se produjeron los asesinatos, en Guadalajara.

Ese intercambio de mensajes fue crucial para desmontar cualquier defensa de Nogueira. “Y llegó a la Guardia Civil gracias a una mujer, Jordana, que fue muy valiente y cuyo papel no se ha contado nunca bien”, recalca la productora ejecutiva. Jordana formaba parte del grupo de amigos del acusado pero, a diferencia del resto de integrantes de la pandilla, ella no pertenecía a un estamento privilegiado de la sociedad brasileña. “Yo tenía en mi poder esos mensajes y estaba sufriendo por eso. Me decidí a entregarlos porque, como me dijo mi madre, tú no vas a tener segundas oportunidades en esta vida”, cuenta ella en el documental. Latorre asegura que estas conversaciones generaron debate no solo entre los investigadores de la Guardia Civil, sino también entre el propio equipo del documental: “Creo que todos fuimos a preguntar a nuestros hijos y sobrinos si nos enseñarían los mensajes en los que un amigo suyo les cuenta algo así”.

El crimen de Pioz habla también de la desigualdad, de los privilegios de las clases acomodadas y cómo esta sobreprotección a Patrick pudo pasar por algo una personalidad extrema que desembocó en esta fatalidad. “Ya había algo en su pasado que nos podía dar la idea de que era un psicópata”, apunta su amigo Marvin en la docuserie. Se refiere a un episodio en la adolescencia de Patrick en el que apuñaló a un profesor en medio de clase porque, según él, el docente se burlaba de él y le decía que era homosexual. Las influencias familiares del chico consiguieron que fuera condenado a un tiempo breve en un centro de menores, pero incluso el trayecto hasta las instalaciones estuvo lleno de prerrogativas que no existían con otros menores: pudo ir sin esposas y con su padre al lado. “Él tenía una vida perfecta y puede que este privilegio ocultara el riesgo que entrañaba este chaval. Era un chico protegido y especialmente cuidado, el pequeño de la familia”, asevera Latorre.

La abuela del asesino del crimen de Pioz y también de las víctimas, rodeada de dos de sus hijos, en su casa en Brasil.
La abuela del asesino del crimen de Pioz y también de las víctimas, rodeada de dos de sus hijos, en su casa en Brasil.

La historia del crimen del Pioz es también la del derrumbamiento de una familia. La del sobrino que mata a sus tíos y primos. En este retrato familiar sobresale por encima de todos la abuela María, artífice de la recomposición de un clan atizado por la peor de las tragedias. María tuvo cuatro hijos y Patrick, el asesino, es hijo de la mayor. Cuando estaba claro que él era el autor de los hechos, sus padres acudieron a casa de la abuela, destrozados y descompuestos. “Yo les dije que lo que había sucedido ya no se podía cambiar. Nos abrazamos y lloramos”, relata la mujer con enorme entereza. “El hecho de volver a la historia años después, nos permite contar detalles que entonces habría sido imposible. Ahora nos hemos encontrado una familia en reconstrucción que se ha perdonado y que está tratando de superar esto. La abuela es la que ha empastado a una familia que se quebró”, puntualiza Latorre.

Un año de producción en el que el equipo ha logrado hablar con todos los implicados en este caso. Desde el guarda de la urbanización, hasta la familia Nogueira casi al completo, pasando por los amigos del asesino y, por supuesto, los investigadores de la Guardia Civil. Esos que lograron convencer a la familia de Patrick, después de días de angustiosa negociación, para que el chico volviera a España y se entregara para ser juzgado. Los agentes cuentan cómo tuvieron que poner encima de la mesa a una de las hermanas del chico el alud de pruebas que había contra él, para hacerle ver que no tenía escapatoria. El 19 de octubre, un mes después del hallazgo de los cuerpos, Patrick aterrizó en España, bien vestido, tranquilo y cooperador. Minutos después se sentó en una mesa y empezó a comer una hamburguesa antes de relatar cómo descuartizó a sus familiares.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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