El relato en directo del asesino de Pioz: “Los niños se agarran mientras los voy a matar”
La fiscal y las acusaciones reconstruyen en el juicio el día de 2016 en que Patrick Nogueira mató y descuartizó a sus tíos y primos
Con la vista fija en el suelo, inmutable, Patrick Nogueira ha escuchado este miércoles una y otra vez los primeros detalles de cómo en agosto de 2016 cortó el cuello a sus tíos y a sus primos en un chalé de Pioz (Guadalajara); cómo, tras desmembrarlos, introdujo sus cadáveres en unas bolsas de basura que precintó con cinta americana y cómo, a través de mensajes y fotos de WhatsApp, se lo contó todo en directo a un amigo. Porque nadie, ni siquiera su defensa, lo ha negado durante la primera sesión del juicio que ha arrancado esta mañana en la Audiencia Provincial de Guadalajara para dilucidar la culpabilidad de este joven brasileño de 21 años, que perpetró uno de los "crímenes más espeluznantes, horribles y terribles" cometidos en España, según las palabras de la fiscalía.
La primera parte de la jornada, antes de la declaración de Nogueira, ha servido para que las partes perfilasen sus estrategias. El ministerio público y las acusaciones particulares, que piden una condena de prisión permanente revisable, han insistido en la "frialdad" y "crueldad" del acusado; y en que cometió los asesinatos de forma premeditada. La defensa, en cambio, mantiene que lo hizo empujado por una alteración cerebral. "Porque si se considera que Patrick tiene una enfermedad mental, que es lo que pretende su abogada, tendrá un premio: se le rebajará la pena. Pero para matar no hay que estar loco, hay que ser malo", le ha reprochado la fiscal, que ha hecho en la mañana de este miércoles, junto a las acusaciones, la primera reconstrucción del día del crimen, insistiendo en que se basa en los propios mensajes de WhatsApp que él envió.
El timbre del chalé del número 594 de la calle de Los Sauces sonó sobre las cuatro de la tarde del 16 de agosto de 2016. En ese momento, solo Janaína Santos y sus dos hijos de cuatro y un año, María Carolina y David, estaban en casa. "Fue algo preparado. Él llega cuando sabe que Marcos no está. Porque sabía dónde trabajaba su tío y a qué hora llegaba", se ha arrancado Alberto Martín, abogado de la acusación. La tía, confiada, abrió la puerta y se topó con el joven, que había comprado minutos antes dos pizzas. Con absoluta "frialdad", según ha insistido la fiscalía, les dijo entonces que los invitaba a comer. Y así lo hicieron. Almorzaron juntos en el jardín, como prólogo de la ola de asesinatos que el acusado estaba a punto de emprender.
Mensajes cómicos
La primera víctima fue Janaína. Mientras ella lavaba los platos en el fregadero, Nogueira se acercó por la espalda y se colocó a su lado. En ese momento, por sorpresa, la apuñaló en el cuello. Sin que ella tuviera tiempo de percatarse de nada. "Él se va entonces a por sus primos. Y, con el mismo cuchillo, también les corta el cuello", ha contado la fiscal jefe de Guadalajara, que ha incidido en la crueldad del crimen. "Patrick, mientras va cometiendo estos hechos, narra a su amigo Marvin todo lo que va haciendo a través de mensajes de WhatsApp y fotos. Y si terroríficas son las fotos, aún más lo son los comentarios. Porque escribe mensajes cómicos, de mofa. Le dice a su amigo: 'Los niños no corren cuando les voy a matar' o 'Los niños se agarran mientras los voy a matar". "¡Se reía de los niños porque no corrían!", ha exclamado también el letrado Alberto Martín.
Después se sienta a descansar. Limpia. Se ducha. "Le comenta a su amigo Marvin que tiene hambre y que se iba a hacer un sándwich de atún", ha especificado la fiscal, que ha añadido que, a continuación, sale al jardín. Allí quiere esperar a su tío. Lo hace durante horas. "Tranquilamente. Con total frialdad", ha añadido el ministerio público. Hasta que Marcos Santos llega sobre las diez de la noche. Los dos conversan antes de entrar en la casa. Y el tío entra primero y el acusado detrás. "Detrás, detrás, detrás", ha repetido el abogado de la acusación, insistiendo en que se le abalanzó entonces —"lo tenía cara a cara cuando le clavé el cuchillo', escribió Patrick después en un mensaje", ha especificado Martín— y le apuñala también en el cuello: "Quería cortarle la yugular para que se desangrara rápidamente".
"Yo no vengo a convencerles de que Patrick no lo hizo. Es evidente que lo hizo", ha admitido la letrada de Nogueira, Barbara Royo. "Patrick asesinó a los niños. Los mató con alevosía. Pero no a los padres, a los que mató sin alevosía", ha añadido la abogada, después de tener que suspenderse la sesión durante 10 minutos por la indisposición de uno de los nueve miembros del jurado tras el primer crudo relato de los hechos. Royo ha perfilado así una de las claves de su defensa. Intentará demostrar que el acusado sufre un daño neuronal que le empujó a cometer el crimen: "Patrick no es como nosotros. Desgraciadamente para él y para nosotros. Tiene un daño cerebral que predetermina la conducta". Un argumento que rechazan absolutamente la fiscalía y las acusaciones particulares.
"Sabía lo que quería"
Toda esa batería de argumentos la ha escuchado este miércoles Nogueira, impecablemente vestido y con gafas de pasta negras. Sentado frente al jurado, sin torcer el gesto. Hasta que le ha llegado el turno de hablar, ya por la tarde. Una oportunidad que ha aprovechado para presentarse como una víctima más: tanto de una dura infancia marcada por las palizas en el colegio y el alcohol, pese a pertenecer a una familia privilegiada, como de los impulsos que le empujaron a matar a sus familiares, según él. "Me desequilibro cuando intento guardar la rabia. Empiezo a tener ansiedad", se ha excusado. "Siento que la manera en que reacciono no es igual a la de los demás. Si lo pudiera controlar, sería maravilloso", ha añadido, tras reconocer que "sabía lo que quería" cuando se dirigió a casa de sus tíos a matarlos: "Pero no sabía exactamente cómo iba a pasar todo".
El asesino confeso también ha pedido disculpas. "Antes de contestar cualquier cosa, me gustaría pedir perdón. Me hubiera gustado haber evitado que todo esto ocurriera. La única cosa que yo puedo hacer hoy es pedir perdón. No he elegido funcionar de esa manera". Solo ha respondido las preguntas de su letrada. Se ha negado a contestar las preguntas de la fiscalía, de las acusaciones particulares y de los nueve miembros del jurado popular.
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