De Kate Bush a Stevie Nicks: el ‘revival’ musical de las series para que los veinteañeros se enganchen a las canciones de sus padres
Tras la explosión de escuchas con ‘Running Up That Hill’ por ‘Stranger Things’ y las de Linda Ronstadt por ‘The Last of Us’, la serie ‘Todos quieren a Daisy Jones’ dispara el furor por Fleetwood Mac
Hay una explicación a por qué, de repente, hay tantas veinteañeras cantando Landslide de Fleetwood Mac con su guitarra en TikTok. O por qué se graban en su habitación recreando el estilo de la cantante Stevie Nicks en los setenta. O qué ha provocado que haya montajes de chavalas compartiendo su alijo de portadas y revistas en los que apareció esa banda de una época en la que sus padres, probablemente, andarían en pañales. Todos esos vídeos incluyen una etiqueta clave para entender el origen de esta nueva obsesión entre los menores de 30 años: Todos quieren a Daisy Jones, la miniserie de 10 capítulos que se ha dosificado semanalmente en Prime Video.
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♬ original sound - teedeeisbae
Basada en la novela superventas de Taylor Jenkins Reid, y traducida al castellano por Lucía Barahona en Blackie Books, la serie se narra como un jugoso documental ambientado en los años noventa. A través de las declaraciones (y mentiras) a cámara de sus miembros, se intenta despejar el misterio de por qué una ficticia mítica banda de los setenta, Daisy Jones and the Six, la misma que tocó el cielo de la fama con un único álbum prácticamente perfecto, decidió separarse tras un épico concierto en Chicago.
Protagonizada por Riley Keough (The Girlfriend Experience, Mad Max: furia en la carretera) y Sam Claflin (Los juegos del hambre), el show no solo ofrece la oportunidad de ver a la nieta de Elvis (Keough) cantando (bastante bien) en pantalla; también brilla por una producción artística que captura el ansia hedonista (y politoxicómana) de los setenta. Pero si algo ha provocado, más allá de mostrar unas intensas y caóticas tramas amorosas, es un interesante doble efecto rebote. Por un lado, expandirse a otras redes alejadas de su plataforma madre, como Spotify. Las canciones de Aurora, el álbum de la banda que se ha creado específicamente para la serie, producidas y escritas por Blake Mills con ayuda de Phobe Bridgers e interpretadas por Keough y Claflin, acumulan más de 20 millones de reproducciones en apenas tres semanas de emisión. Por otro, y a medida que los jóvenes se han ido enganchando a la adaptación, el interés por recuperar desde redes como TikTok la historia y sonido de Fleetwood Mac, citando específicamente a la serie de Prime Video. ¿A qué se debe este revival?
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♬ the chain - EX7STENCE™
La conexión amorosa
Todo empezó cuando la escritora vio un vídeo en el que Stevie Nicks canta en directo Landslide. Las miradas y la intensidad que se dedican la cantante y el que fue su pareja, Lindsey Buckingham (guitarrista y cantante de Fleetwood Mac), fue la chispa que encendió el argumento de una novela que se convertiría en superventas de The New York Times y fascinaría tanto al club de lectura de Reese Witherspoon como para animarse a producirla. “Seguí volviendo a ese vídeo de Stevie y Lindsey una y otra vez”, contó Jenkins en una entrevista a Hello Sunshine, la plataforma de la productora del show, sobre el porqué de su trama. “Parecía estar viendo a dos personas enamoradas. Y, sin embargo, nunca sabremos realmente qué pasó entre ellos. Quería escribir una historia sobre eso, sobre cómo las líneas entre la vida real y la actuación pueden volverse borrosas, sobre cómo cantar sobre viejas heridas puede mantenerlas frescas”, añadió.
De ahí los evidentes paralelismos entre la banda ficticia y la grabación de su álbum (Aurora) con la bomba de relojería que fue Rumours, el primer LP clásico indiscutible de Fleetwood Mac. Daisy Jones (Kiley Reough) sería una versión poco disimulada de Stevie Nicks, Billy Dunne (Sam Claflin) hace lo propio con Lindsey Buckingham, Karen Sirko (Suki Waterhouse) sería la teclista Christine McVie y el bajista Graham Dunne (Will Harrison) es John McVie. Por eso TikTok está repleto de montajes de vídeos que comparan actuaciones en directo y posados de la banda. Todo lleva a Rumours, un álbum que se grabó sin que ninguno de sus artífices estuviera sobrio un solo día en aquel estudio Record Plant de Sausalito hace casi medio siglo.
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♬ original sound - eva
Que Todos quieren a Daisy Jones haya provocado un furor por la moda setentera y los estilismos etéreos y excesivos de sus integrantes era algo totalmente previsible. Si Mad Men influenció a Marc Jacobs, Vera Wang o Michael Kors para volver a poner de moda los años cincuenta y sesenta en nuestros armarios la década pasada y los ecos de estilo de la última temporada de Juego de tronos llegaron hasta Gucci, a nadie en 2023 debería sorprenderle que una serie ya firme, antes de emitirse, un acuerdo de colaboración con una firma de moda rápida. Pasó con Stranger Things sacando unas camisetas para Lefties o Primark y ha pasado con Todos quieren a Daisy Jones. Prime Video se ha aliado con la firma Free People para lanzar una colección cápsula que intenta replicar el vestuario aspiracional de minishorts de escándalo, abrigos de pelo y vestidos etéreos que viste su protagonista. Todas emulando a Daisy Jones. O lo que es lo mismo: todas copiando a Stevie Nicks.
El efecto Kate Bush
Sabíamos que las series influenciaban nuestra forma de vestir. Lo que no habíamos detectado de forma tan evidente era su capacidad de prescripción musical. En cuestión de meses, han sido las ficciones televisivas las que más han hecho por conectar a las nuevas generaciones con los sonidos del pasado en los frenéticos ciclos de consumo cultural.
A este curioso fenómeno lo podríamos etiquetar como el efecto Kate Bush, que es lo que pasó con la última temporada de Stranger Things. El tema Running Up That Hill (A Deal With God) de la cantante británica, una canción de 1985 incluida en su álbum Hounds of Love, fue el elegido como talismán para salvar a Max (Sadie Sink) de la muerte. Una canción que se escuchó de forma recurrente con un simbolismo narrativo crucial y que se convirtió en un bombazo indiscutible el verano pasado. Spotify confirmó que las escuchas se dispararon en más del 9.000% a partir del 27 de mayo, cuando se lanzaron los episodios. También fue la única canción que pudo frenar el ascenso de los nuevos álbumes de Bad Bunny o Harry Styles. Un fenómeno viral sin precedentes que provocó que hasta Kate Bush lanzase un comunicado agradecida con su revival: “Running Up That Hill ha cobrado una segunda vida gracias a los jóvenes fans a quienes les encanta la serie. ¡Y a mí también me encanta!”, escribió. No era para menos. La publicación Music Business Worldwide calculó que ese furor inesperado en escuchas en Spotify y en iTunes le aportó unos dos millones de euros por royalties a su cuenta bancaria.
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♬ Running Up That Hill (A Deal With God) - Kate Bush
Quien no corrió la misma suerte monetaria que Kate Bush fue Linda Rondstaldt. La artista también vivió una semana gloriosa después de que una de sus canciones, Long Long Time, sonase en The Last of Us. Su tema de 1969 también adquirió un valor especialmente simbólico, versionándose al piano y escuchándose en una cinta de casete al final del tercer episodio de la exitosa producción de HBO. Esa canción que hablaba sobre un amor no correspondido y el miedo a soledad, la que allanó el camino a la historia de amor entre los dos protagonistas del episodio —Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett)—, provocó que las escuchas del sencillo aumentasen en un 5.000% tan solo una hora después de que se colgase el episodio en HBO. A diferencia de Bush, Rondstaldt no contaba con royalties del tema, que recaen en el compositor, Gary White. Otro que debió sentirse encantado viendo cómo los hijos de quienes probablemente no habían nacido cuando escribió aquella sentida canción le dedican ahora cartas de amor por TikTok.
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♬ Long Long Time - Linda Ronstadt
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