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COLUMNA
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Charity challenge

Vuelve la plaga navideña de la caridad mal entendida, como herramienta para viralizar y monetizar contenido en redes

Un mendigo delante de un escaparate en la Gran Vía madrileña.
Un mendigo delante de un escaparate en la Gran Vía madrileña.Andrea Comas
Jimina Sabadú

Grabar actos de caridad es una forma fácil de viralizar un vídeo, sobre todo en TikTok. La composición de estas piezas es ortodoxa; el tiktoker o youtuber camina por la calle (a ser posible en Adviento) y se cruza con un indigente. Se acerca a él, le habla o no y le deja una buena cantidad de dinero. Graba la reacción del sin hogar, que se sorprende, se emociona y lo agradece como si acabara de aparecerse el arcángel Gabriel. El tiktoker, digno, consuela al mendicante y luego se aleja mientras se acerca al amigo que graba, con andares de héroe y voz paternalista. “Puedes hacer feliz a alguien con muy poco”. Antes de subir el vídeo (y esto es imprescindible) se añade música de archivo, una breve melodía triste, emotiva, gratuita. Porque no va a pagar de más el creador de contenido, no me fastidies. Tampoco va a arriesgarse a que borren el vídeo, que si no ve nadie esto es como si no hubiera pasado.

El agraciado comerá caliente y dormirá en una cama esa noche. Cualquier profesional del trabajo social le dirá que no está ayudando, pero no tengo espacio para explicarlo.

Y ahora reimaginemos esto: imagine que es usted el que está en la calle y que un día se le acerca un joven vestido de tronista, le graba en secreto y sube un vídeo en el que usted llora porque por fin alguien le habla, o le da para comer. Imagine que es usted el mono de feria que hace que otros se sientan mejores personas. O imagine que el mono es su padre, emigrado a un país hostil. Imagine ser el juguete de otros. O imagine algo peor… imagine ser tan vanidoso que llegue a utilizar a personas vulnerables para su propio beneficio económico y social. Qué asco.

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Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.

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