Jandro, mago: “En la televisión te entierran enseguida”

Jandro (Alejandro López García; 45 años, Valencia) comparte ahora programa con un personaje cuyas facciones son generadas por realidad aumentada. Mapi (de lunes a jueves a las 21.50 en La 1) es la nueva aventura televisiva de este mago y humorista, habitual de la pequeña pantalla y, sobre todo, de El hormiguero, donde colaboró hasta 2020. Hace pocos meses, ocupó titulares en medio mundo al convertirse en el primer mago que ganaba cuatro veces el prestigioso programa estadounidense Fool Us, con los míticos Penn y Teller, dos iconos del ilusionismo, al frente. Ahora Jandro toma un respiro en La Eliana (Valencia), donde vive con su familia, mientras se prepara para llevar en septiembre su espectáculo Descabellado al teatro La Latina en Madrid. Después pondrá rumbo a Chicago, donde actuará durante un mes. Le encantan los juegos de mesa, recorrer en bici el cauce del río Turia y cultivar pimientos de Padrón.

Pregunta. ¿Por qué pimientos de Padrón?

Respuesta. Me da paz. Me gusta el proceso de verlos crecer poco a poco. Luego los coges todos y te haces una pimentá. Aquí todos los domingos cenamos pimientos de Padrón.

P. ¿No cultiva más cosas?

R. Esto es lo que más me gusta, porque salen un montón. Pones las semillas, se va regando, un día los cortas y ya está, es muy fácil. Para vagos como yo es estupendo.

P. Con lo de los juegos de mesa no se aburriría durante el confinamiento…

R. Ahí fue nuestro boom. Me aficionó mi mujer. Tenemos un montón. A veces no sabes qué hacer para todas las edades y así se reúnen todos en la mesa y pasas un rato divertido. Desde el Stone Age, el Seven Wonders, el Island, el Catán…

P. La Wikipedia le describe como actor, presentador, humorista, mago, director, guionista y escritor. ¿Con qué se identifica de todo esto?

R. Con ninguna. Yo hago cosas. Si hubiera una profesión que fuera hacer cosas, eso sería yo. Cosas que me gustan, que me interesan, que me apasionan, que tienen que ver con generar una emoción. Y eso se consigue haciendo un monólogo, haciendo magia, presentando un programa, escribiendo un libro... Si creo que puede cambiar el estado de ánimo de alguien, me interesa.

P. ¿Cómo empezó en la magia?

R. Mi padre me regaló los fascículos de Juan Tamariz cuando yo tenía 14 años. Me apasionaba la magia de ver en la tele a Juan Tamariz, a Pepe Carrol, al MagoMigue, a Màgic Andreu... Siempre he sido una persona muy curiosa, y no hay nada más curioso que la magia, que consigues un imposible.

P. Fue colaborador de El hormiguero durante 14 años, hasta diciembre de 2020. ¿Por qué lo dejó? ¿Quería volar?

R. Todavía no tengo alas para volar… La idea era seguir probando otras cosas y disfrutando más del tiempo libre, los shows en teatros… Vida solo hay una, deberíamos tener cuatro o cinco vidas para poder hacer todo.

P. Dígame la verdad ahora que está fuera, ¿cómo se trabaja con Pablo Motos?

R. Digo lo mismo que diría cuando estaba dentro, muy bien. Es muy exigente. Un programa de éxito tantos años no es posible mantenerlo si no se trabaja mucho.

P. En Estados Unidos usted es casi una leyenda de la magia. ¿Ha subido su caché desde que ha ganado cuatro veces el programa Fool Us?

R. Leyenda de la magia en Estados Unidos son David Copperfield, Penn y Teller y pocos más. Allí me quieren mucho en el mundo de la magia. Pero más que subir el caché, ha subido la expectación. Ganar el programa me parece más una cosa anecdótica, no te hace mejor mago ganar Fool Us.

P. ¿Qué hace que nos creamos que la magia es real?

R. Lo que hacemos es asumir cosas. Todo el mundo vive en modo automático. Cuando comes, cuando andas, cuando conduces, no vas analizando todo. Cuando hay algo que se sale de lo normal, entras en cortocircuito, te rompe la lógica. Como estabas en piloto automático, te he podido engañar más fácilmente. Hay mucho de psicología en la magia.

P. Su programa actual, Mapi, generó mucha polémica en redes antes de su estreno, con memes, bromas e incluso críticas antes de haberlo visto. ¿Fue consciente de esa polémica?

R. Las polémicas son para quien las quiera tener. Cinco días antes del estreno surgió todo ese movimiento en redes y ni siquiera se había estrenado Mapi, fue una cosa histórica. Pero ahora se ha dado la vuelta y es casi un icono pop en las redes. Me parece bien, me parecería peor que pasara desapercibido y nadie supiera que existe.

P. ¿Qué es lo peor de la televisión?

R. Es un medio muy injusto, porque cuando estás en emisión a lo mejor ya no estás trabajando y no te llaman porque te ven en pantalla, y viceversa. Muchísimos presentadores y grandes profesionales de repente están arriba y al día siguiente desaparecen y lo pasan muy mal. Es muy injusto. Basta que no estés un mes en televisión para que la gente crea que ya no haces nada. Cuando dejé El hormiguero, no llegó a los dos meses y ya había artículos que decían ‘¿Qué fue de Jandro?’ Ni que fuera Chanquete y me hubiera muerto. Te entierran enseguida, te ensalzan enseguida, y las dos son injustas. Y hay mucha inestabilidad. Es un mundo muy delicado.

P. ¿Ha tenido muchos fracasos en la vida profesional, muchos trucos que no han salido?

R. Sí, sí, claro. No lo suelo llamar fracasos, son cosas que pasan. Fracaso sería si te quedas ahí. Pero si buscas cómo hacerlo de otra forma, analizas por qué ha salido mal… Yo he tenido desde actuaciones lamentables, malísimas, hasta cosas que no debería haber hecho o dicho en la tele o en el teatro. Siempre he arriesgado mucho en la televisión y en directo, y voy a seguir haciéndolo. No puedes vivir con miedo. Decía René Lavand, un mago argentino que sí que era una leyenda, que el público puede perdonar un error, pero nunca el aburrimiento. Todos nos equivocamos en el día a día. Lo que pasa es que nosotros lo hacemos delante de un montón de gente.

P. En sus espectáculos derrocha energía y sonrisas, pero ¿cómo es Jandro en la vida real? ¿Cuánto hay de personaje?

R. Nunca me lo he planteado. Yo salgo y hago lo que me pide el cuerpo, es un momento de mucha adrenalina. Das el 100% aunque estés enfadado o tengas un mal día, la gente ha pagado por verte. Es su momento, no el tuyo. Yo estoy todo el día con la magia, apunto ideas en libretas con bolis de colores, cualquier idea, chiste, imagen, lo que se me ocurre, y paso muchas horas del día simplemente pensando en cosas muy raras que nunca haré.

P. ¿En España se valora la magia como profesión?

R. No está muy bien valorada, se ha rebajado un poco de categoría. En Estados Unidos, sin embargo, es la afición número uno. En Las Vegas hay dos grandes tipos de shows, el Circo del Sol y los grandes magos como David Copperfield, Penn y Teller, Mac King, Piff, Mat Franco, Shin Lim… La profesión de mago está muy bien vista dentro del negocio del espectáculo. Aquí no, está más asociado a los niños. Hay grandísimos magos infantiles en este país, como Iván Santacruz, pero está la idea de que la magia es para los chiquillos, cuando a los que más les sorprende la magia es a los adultos. Aquí ha llamado mucho la atención cuando he ganado los cuatro Fool Us en Las Vegas porque los he ganado fuera, pero yo he hecho números mejores en El hormiguero y han pasado desapercibidos. Pero basta que hagas una cosa fuera para que digan, ‘madre mía, este qué bueno es’.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.