Dentro de la macro-operación de la retransmisión olímpica
Olympic Broadcasting Services, cuyas oficinas centrales están en Madrid, es la compañía encargada de la faraónica labor de producir y realizar todas las imágenes de los Juegos Olímpicos
Los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964 fueron los primeros en emitirse en directo por televisión a todo el mundo. Ahora, 57 años después, durante las jornadas de competición se producirán 9.500 horas de contenido audiovisual, el equivalente a 395 días de vídeo de corrido. La cifra es el cálculo de Olympic Broadcasting Services (OBS), la compañía del Comité Olímpico Internacional (COI) dedicada a producir y realizar la retransmisión de los cientos de eventos deportivos, además de material adicional como vídeos informativos, entrevistas o perfiles, para luego facilitarlo a los medios de comunicación que han adquirido los derechos en todo el mundo. Es una labor faraónica que se cristaliza durante 19 intensos días —las competiciones empezaron el 21 de julio y acabarán el 8 de agosto— pero que lleva años de preparación, incluido el contratiempo de haber sido pospuesto por la pandemia; la mayoría de ese trabajo lo han hecho 166 personas de 30 nacionalidades desde las oficinas centrales de OBS en el barrio de Ciudad Lineal en Madrid.
“Para Tokio empezamos a trabajar al día siguiente que se confirmó como sede”, asegura Juan Canadell, director de recursos humanos de la compañía. La misión que tienen es que “el espectador de las Olimpiadas tenga el mejor asiento del estadio”, y en unos Juegos que no tendrán público presencial, como se confirmó el pasado 8 de julio, su labor adquiere un protagonismo aún mayor.
Es difícil exagerar la complejidad de la operación. OBS ha tenido que, entre otras cosas, establecer en el mayor centro de convenciones de Tokio una base de operaciones equipada para enviar a todo el planeta una señal UltraHD —en esta edición se usa esta calidad de imagen por primera vez— de cientos de eventos simultáneos y de manera inmediata a través de una base de datos en la nube desarrollada por ellos mismos. Para ello tienen una capacidad de conectividad equivalente a la de cinco países pequeños, señala el director de ingeniería, Isidoro Moreno. Asimismo, han tenido que alquilar casi todo el equipo que se utilizará para la realización —1.049 cámaras, 3.600 micrófonos o 30 furgonetas para la transmisión móvil—, además de gestionar el traslado, alojamiento y alimentación de miles de trabajadores temporales provenientes de decenas de países, pues durante el verano la plantilla de OBS aumenta hasta más de 8.000 personas.
Eso es solamente la parte de logística e ingeniería. El trabajo de producción y la posterior realización es lo que convierte a OBS en los mayores expertos en la difusión de eventos deportivos del mundo. Hay una detallada planificación para cada evento, que ha incluido trabajar en conjunto con el comité organizador para establecer las sedes de cada deporte en función de cómo se prestan para la retransmisión. Y a partir de eso decidir dónde se ubicarán las cámaras y micrófonos para ofrecerle al público la mejor y más inmersiva experiencia audiovisual posible.
En algunos casos las federaciones internacionales de los deportes han adoptado las innovaciones de OBS para sus propias transmisiones. Por ejemplo, a partir de ahora en las competiciones de tiro con arco habrá una pequeña cámara dentro de la diana, lo cual aporta un ángulo inédito y emocionante al deporte.
Pero el hecho de que OBS esté en todo no quiere decir que el mundo entero —su señal va a estar presente en todos los países del planeta durante estos Juegos— vaya a ver exactamente las mismas imágenes. La producción es absolutamente neutral y proporciona a los medios de comunicación que han adquirido los derechos la señal en bruto de múltiples cámaras de cada evento, además de muchas tomas adicionales. A partir ahí cada medio de comunicación puede ensamblar su propia señal con sus propios logotipos, las tomas que guste y haciendo énfasis en los deportistas que desee desde sus estudios, bien sea en la base de operaciones de Tokio, que tiene espacio para medios que también se han trasladado, o en remoto desde sus países.
Este nivel de organización ha sido posible tras años perfeccionando todos los procesos, explica Isidoro Moreno. “Una de las claves del éxito de OBS es que siempre se sabe el alcance de la operación. La ventaja fundamental es el know-how [saber cómo hacerlo]. Yo me acuerdo que en mis primeros Juegos Olímpicos, en Barcelona 92, el mayor problema que yo tenía era saber qué dimensión tenía la señal de cada cosa y eso en el comité de cada nueva edición era un problema porque se empezaba de cero”.
En Tokio, OBS tiene una capacidad de conectividad equivalente a la de cinco países pequeñosIsidoro Moreno, director de ingeniería
Esa recurrente problemática se fue exacerbando debido al creciente tamaño y complejidad del evento y el COI tomó nota, agrega Juan Canadell. “En 2001 decidió que la mejor opción era crear una división que garantizase el conocimiento, la competencia y la experiencia sobre la organización. Antes, el comité organizador de cada olimpiada era el responsable de la retransmisión mundial y se lo solía encargar a su respectiva televisión nacional, pero se volvió claro que ninguna televisión, por grande que fuese, podía organizar este evento con una calidad consistente”.
La experiencia adquirida desde que OBS gestionó sus primeros Juegos en Pekín en 2008 dicta que siempre hay sorpresas a las que hay que saber adaptarse. En este caso, una pandemia que ha obligado a retrasar el evento un año, replanificar toda la logística, así como precipitar la adopción mayoritaria del trabajo en remoto, tanto internamente como con los medios que han renunciado a trasladar sus equipos a Tokio. “Nosotros ya trabajábamos así porque toda la planificación se hace desde Madrid. Eso nos ha permitido transitar de una manera más suave, pues ya teníamos la experiencia y la capacidad técnica”, explica Moreno. Gracias a estos cambios, en próximas ediciones de los Juegos Olímpicos se centralizará en Madrid mucho más trabajo, incluso durante el evento en sí, cuando la plantilla entera de OBS solía trasladarse a la ciudad sede.
Así, los Juegos de Tokio supondrán un hito en la historia de la retransmisión de eventos deportivos. Al igual que los que se celebraron en esa misma ciudad en 1964 fueron los primeros transmitidos en directo, gracias al trabajo y la innovación de OBS estos serán los primeros en tener una producción basada mayoritariamente en la capacidad de trabajar en remoto, una base de datos de alta capacidad en la nube e imágenes Ultra-HD.
EL OLYMPIC CHANNEL: EL MEDIO PROPIO DEL COI
Desde 2014 las mismas oficinas madrileñas que albergan a OBS son la sede del Olympic Channel. Este es el medio de comunicación propio del COI, que se emite en varios países con contenido las 24 horas del día y produce contenido digital propio para su página web incluso cuando no hay competiciones. Durante los Juegos de Tokio, el Olympic Channel será el que llevará la señal Olímpica a todos los países en los que ningún medio ha adquirido los derechos.
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