_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Otro concepto de la libertad

Cualquiera que por abogue subordinar la libertad creativa a la promoción de unos valores asentirá ante este argumento: la sociedad es más importante que el capricho expresivo de un individuo

Mijaíl Suslov en 1958
Mijaíl Suslov en 1958Howard Sochurek (The LIFE Picture Collection via )
Sergio del Molino

“Nosotros tenemos otro concepto de la libertad. No entendemos la libertad (…) como el derecho a hacer lo que uno quiera, sin tener en consideración los intereses de la sociedad. Solo los imperialistas y los millonarios necesitan esa libertad. Nuestro escritor (…) solo debe producir lo que es necesario para el pueblo y útil para la sociedad”.

Pone “nuestro escritor”, pero la cita admite cualquier disciplina que se dirija a un público: cineasta, columnista, presentador de televisión, cómico, pintor... El entrecomillado resume buena parte de los reproches que algunos activismos hacen al lenguaje de los medios de comunicación y a las artes. Cualquiera que abogue por una cultura que subordine la libertad creativa al uso de un lenguaje determinado y a la promoción de unos valores, asentirá ante la pulcritud del argumento: la sociedad (o algunos colectivos) es más importante que el capricho expresivo de un individuo. En los últimos tiempos hemos leído muchas opiniones en ese sentido, a propósito de J. K. Rowling, de Woody Allen, del manifiesto de los intelectuales de Estados Unidos o de cualquier polémica de usar y tirar a partir del chiste del último cómico del programa menos visto de la tele.

La cita, por desgracia, no alude a ningún episodio actual. Se pronunció el 23 de julio de 1961 y su autor fue Mijáil Súslov, miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, responsable con Stalin del departamento de agit-prop, y antes de eso, supervisor de deportaciones masivas de chechenos. Le llamaban “el Cardenal Gris”.

Con esas palabras explicaba a Vasili Grossman no solo por qué el KGB había secuestrado el manuscrito de su novela Vida y destino, sino por qué no se lo iban a devolver. Grossman no quedó muy convencido, quizá porque manejaba un concepto de libertad que hoy muchos creen caduco.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_