La televisión generalista amaga su propia desescalada
Tras semanas con programas sin producir concursos nuevos y con programas hechos desde casa, vuelve la producción de concursos
El coronavirus cambió la televisión como un niño se come un helado: primero poco a poco y luego de golpe. Tras hacer algunos ajustes durante la primera quincena de marzo, como retirar el público de los platós, a partir del día 15 y ya en estado de alarma, el medio entró en estado de excepción. Los programas habituales se suspendieron, los concursos y telenovelas dejaron de grabarse, y la pantalla dejó de mostrar ese mundo de focos y platós en el que cada día se pierden millones de personas. En su lugar, llegó un irreconocible normal, en el que presentadores emitían precariamente desde sus casas, poco o nada maquillados y menos iluminados, usando sus ordenadores o equipos diminutivos, y compartiendo protagonismo con más gente desde sus casas en pantallas partidas. Era o eso o dejar de emitir. La audiencia se disparó a números nunca vistos en España -¿qué iba a hacer si no, con millones de personas encerradas en casa?-, los informativos ganaron todo el espacio posible, y dejó de hablarse de la vuelta a lo que había antes. La televisión, como el mundo, se había vuelto algo irreconocible.
Esta semana se vive algo parecido a esa vuelta. Antena 3 trae este lunes el primer y único gran estreno de la televisión generalista en mucho tiempo: Pasapalabra, que tras un programa especial la semana pasada, empieza a emitirse en su horario habitual, a las 20.00 horas. También es el día en el que vuelven a emitirse entregas nuevas de los concursos que la acompañan en la misma cadena: Boom y Ahora caigo.
Estas grabaciones se realizan en Barcelona y no en Madrid, como en Pasapalabra, dos ciudades que aún están en la fase 0 de la desescalada. Sin embargo, los programas estructuran las tardes de Antena 3 de tal manera que la cadena ha preferido adelantar el regreso, aunque sea reformando los platós para mantener las distancias de seguridad, y rodeando los platós de una vigilancia draconiana. También es importante acostumbrar al público a ver Pasapalabra en su nueva casa antes de que vuelva a salir de casa. Mediaset, por otro lado, no ha tenido que enfrentarse a estos desafíos porque sus tardes se apoyan en las cinco horas de Sálvame, que nunca dejó de emitirse (también con platós restringidos y distancias entre los colaboradores).
La novedad de los programas emitidos por remoto y su estética casi de youtuber no siempre mantiene el interés del público. En Estados Unidos, donde la cuarentena empezó semanas más tarde que en España, varias de las cadenas que recurrieron a este formato acusan un desgaste en la audiencia. Sobre todo American Idol y The Voice, según The Hollywood Reporter, que suman ahora la mitad de la audiencia que sus primeros programas.
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