_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Diarios de la cuarentena’: derecho a sonreír

La polémica serie de TVE es una comedia amable sobre cómo nos humaniza el confinamiento, salvo a los que tienen tanta rabia como tiempo libre

Cristina Alarcón, en la serie 'Diarios de la cuarentena'.
Ricardo de Querol

Ya están los ofendidos de siempre clamando en las redes contra lo último de TVE. ¡Se ríen de los muertos!, escriben con furia. Nada de eso: nuestra ridícula existencia confinada entre cuatro paredes es un planteamiento de libro para una comedia de situación. Nada es más trágico que el nazismo y el Holocausto, y desde El gran dictador a Jojo Rabbit, pasando por La vida es bella, Ser o no ser o la novela La zona de interés, se han filmado y escrito muchas humoradas sobre ello. No hay temas tabú para la creación; sí hay temas que requieren un extra de sensibilidad. Y de eso hay de sobra en la prudente y amable Diarios de la cuarentena, estrenada este martes en horario estelar de La 1.

A Fernando Colomo, uno de los que actúa desde su casa, nadie le va a enseñar qué es comedia y qué no. Gorka Ochoa viene de Vaya semanita, que demostró cómo bromear con tacto sobre la situación más conflictiva posible. Carlos Areces, Cristina Alarcón, Carlos Bardem o Montse Pla también participan con lo que tienen a mano en el hogar en esta improvisada serie coral que firman Álvaro Longoria, David Marqués (ambos detrás de Campeones, otro ejemplo de humor tierno) y Álvaro Fernández Armero (de la más provocadora Vergüenza).

La producción está lograda y es tan cuidadosa que lleva más a la sonrisa que a la carcajada. Así es nuestra nueva vida: oficinistas que redescubren a sus niños, agujeros en la intimidad, videollamadas inoportunas, el aplauso de las ocho, los vigilantes de balcón, la pareja circunstancial atrapada en un piso... Vivimos un tiempo excepcional que borra los días de la semana y las fronteras entre familia y trabajo. Que nos humaniza a todos. Salvo a los que tienen tanta rabia como tiempo libre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_