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Columna
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Los forenses: un subgénero en alza

El denominador común de estas series es la aportación de los médicos a la resolución de los casos policiales

Fotograma de 'Balthazar'. En vídeo, tráiler de la serie.
Ángel S. Harguindey

Si las series sobre desapariciones son ya un género de las ficciones televisivas, las de los forenses son, cuando menos, un subgénero en alza. Harrow, Forever, Testigo mudo, Bones, Crosing Jordan, El cuerpo del delito o La Forense son algunos ejemplos a los que ahora se añade Balthazar, serie francesa de 2018 que exhibe en la actualidad Calle 13. El denominador común es la aportación de los médicos a la resolución de los casos policiales. Su labor va más allá del análisis de los cadávares: resultan fundamentales para descubrir a los asesinos. La otra característica, si no común, sí frecuente, es que suelen tener un hecho traumático en sus biografías previo a su profesión.

En el caso de Balthazar, el asesinato de su novia años atrás, un dramático suceso sin resolver, surgirá con constancia en cada uno de los capítulos de la primera temporada. En El cuerpo del delito, la forense es una brillante neurocirujana que sufre un accidente automovilístico lo que le obliga a cambiar de especialidad. Suelen compartir personalidades excéntricas. En Forever, por ejemplo, el forense goza de una extraña inmortalidad, lo que le permite resucitar cada vez que le matan. Balthazar, por su parte, habla con sus muertos, o mejor dicho, los muertos ocupan el lugar de su conciencia, de sus dudas y reflexiones. Son las ventajas de los guionistas, un gremio que hace tiempo decidió obviar el eterno dilema entre realidad y ficción.

Pero no todo es muerte: también hay una especial atracción entre los protagonistas. En el caso de Balthazar, la comandante de la policía Hélène Bach será la personificación de la frase de Mao “una chispa puede encender una pradera”, por más que de momento no ha hecho falta llamar a los bomberos.

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