El timo del “tesoro escondido”: el origen de la estafa de la falsa princesa Leonor tiene más de 200 años
Decenas de cuentas en TikTok se han hecho pasar por la Princesa de Asturias para engañar a personas vulnerables
Un reportaje de Pablo Cantó en EL PAÍS reveló este martes una serie de estafas en Latinoamérica a través de varias cuentas de TikTok en las que sus autores se hacían pasar por la Princesa de Asturias. Como contaba el periodista, hay decenas de cuentas suplantando la identidad de Leonor, algunas elaboradas con herramientas de Inteligencia Artificial. En ellas, la falsa princesa promete dinero a todos aquellos que lo soliciten. Eso sí, a cambio de una serie de pagos. Se trata de un timo, las víctimas nunca reciben el dinero.
Una de las estafadas, de Guatemala, confesó a Cantó cómo terminó endeudada: “Me mandaron un mensaje en TikTok diciéndome que la que me hablaba era la princesa Leonor, que había ganado 100.000 dólares, pero que tenía que pagar un impuesto de 2.200 quetzales [unos 245 euros] para liberar el dinero”. “Creí que era cierto”.
La estafa de la falsa Leonor es solo la última versión de un timo con más de 200 años de antigüedad.
Martín Turrado, especializado en la historia de la Policía en España, contó en su libro Estudios sobre Historia de la Policía y Gentes de Malvivir (Visión Libros, 2006) que esta treta se puso en circulación a principios del siglo XIX con el nombre de “el tesoro escondido”. Consistía en hacer creer a la víctima que había un tesoro enterrado y que, si ayudaba económicamente a desenterrarlo, se le ofrecería parte del botín.
El origen del timo, según relata Cantó en su artículo, se extendió debido a que durante la Guerra de la Independencia (1808 - 1814) empezaron a correr rumores de que mucha gente enterró sus pertenencias para evitar que el ejército de Napoleón se hiciera con ellas. En el siglo XX, el timo se popularizó en España con el nombre de “cartas nigerianas” o “príncipe nigeriano”, debido a que la estafa se hacía por cartas que provenían de grupos organizados de estafadores de Nigeria que se hacían pasar por un príncipe de ese país que buscaba un heredero.
En este tipo de timos, el estafador reclama a las víctimas pequeñas cantidades de dinero que supuestamente necesita para lograr el bote prometido y obtener mucho más a cambio. Lo único que ha cambiado es que antes se hacía a través de cartas y ahora se realiza por redes.
Aquí puedes leer el reportaje íntegro de Pablo Cantó: “Creí que hablaba con Leonor y ahora estoy endeudada”: así suplantan a la Princesa de Asturias para realizar estafas en Latinoamérica.
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