‘Incels’, machos, ligones: el imparable ascenso de las madrigueras del machismo en Internet
Un nuevo estudio traza el crecimiento, la evolución y el peligro de la llamada 'manosphere', las webs machistas
El ex guardia costero Christopher Hasson, de 50 años, fue condenado el pasado viernes a más de 13 años de cárcel en Maryland (Estados Unidos). En octubre se había declarado culpable por tenencia de sustancias prohibidas y de silenciadores de armas sin registrar.
Pero su comportamiento sospechoso brotó online, según la evidencia documental en su contra en el juicio. Sus búsquedas online van desde "destrucción de Washington DC", "los catedráticos más de izquierdas de EE UU" y "cómo la gente blanca puede levantarse contra los judíos" a "nacionalismo ruso moderno" o "alt right memes" [memes de derecha radical]. Entre sus planes estaba asesinar a jueces, periodistas o políticos de izquierdas.
Es un canal misógino donde hombres discuten cómo combatir la crisis de la masculinidad ante la supuesta feminización del mundo
Junto a todos esos hallazgos, la documentación cita la web más visitada entre 2017 y 2019 por Hasson: el subreddit MGTOW (Men Going Their Own Way, es decir, hombres que siguen su propio camino). Un subreddit es un canal de Reddit, una red social con más de 430 millones de usuarios al mes, más grande que Twitter. MGTOW es un canal misógino donde hombres discuten cómo combatir la crisis de la masculinidad ante la supuesta feminización del mundo.
Reddit puso en cuarentena ese canal el mismo viernes, sin dar explicaciones. La cuarentena no es una suspensión –el canal sigue activo–, pero es una advertencia casi definitiva e impide el crecimiento.
Ese mismo día, Manoel Horta, investigador de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, tuiteaba su sorpresa sobre la cuarentena. Esa comunidad de Reddit era una de las 57 que había analizado en su nuevo estudio, junto a otros siete foros. Todos forman parte de la llamada manosphere, algo así como la web machista, comunidad dispersa en espacios como estos o canales de YouTube donde hombres reunidos lamentan su suerte en el supuesto siglo XXI feminista. El artículo de Horta y sus colaboradores analiza cerca de 40 millones de entradas de casi 1,5 millones de usuarios y su evolución desde 2005.
El objetivo del trabajo es medir el crecimiento y la intensidad del odio de estas comunidades. Según un tipo de clasificación, hay cuatro grandes grupos en la web masculina: los artistas del ligoteo, los activistas por los derechos de los hombres, los hombres que toman su propio camino y los incels (célibes involuntarios). Los dos primeros son los pioneros y los otros dos son secuelas de éxito. Los investigadores han encontrado pruebas de la mayor popularidad hoy entre incels y MGTOW, donde además el discurso de odio en contra de las mujeres es más acentuado. El nivel de odio lo han comparado con la herramienta abierta Google Perspective.
¿Indica este aumento en foros concretos que toda la web masculina en general crece? Probablemente sí, dice Horta a EL PAÍS por email: "El boom de los artistas del ligoteo en los años 2000 es enorme. Si limitamos nuestro análisis a una única plataforma, como Reddit, la web masculina crece. Por ejemplo, el porcentaje de posts en las comunidades pioneras se ha mantenido bastante estable en los últimos años mientras que los grupos más recientes como los incels crecen rápido", explica.
Los ejemplos de odio de estas comunidades son fáciles de observar, por ejemplo en el subreddit puesto en cuarentena el pasado viernes y aún accesible: "Este subreddit es para hombres que han tomado su propio camino, forjando sus identidades y caminos hacia un éxito definido por ellos", dice el lema de la comunidad.
Describir a un esclavo
El meme más votado de la última semana en esa comunidad dice: "Pregúntale a una mujer qué es un hombre y observa cómo describe a un esclavo...". El comentario en ese hilo más votado empieza así: "Puedo entender a las mujeres que pretenden saber qué es un buen hombre. Claro, es un tipo del que pueden sacar beneficio. ¿Pero qué les hace pensar que pueden definir qué es un hombre de verdad? Si tienes vagina, no tienes ni idea de qué es un hombre. Los hombres, por otro lado, saben exactamente qué es una mujer de verdad. Solo tienen que recordar cómo eran ellos a los 12 años. Las mujeres no han madurado moralmente pasada la pubertad".
En otro mensaje, un usuario indio lamenta la situación de los hombres en su país, que es "peor de lo que creéis". Su queja es contra todo: "A los hombres se les manda literalmente a tomar por saco cuando se presentan a la universidad o a ofertas de trabajo. Si eres una chica tienes casi garantizada una vida perfecta si estás por debajo de la media en talento", dice. "El matrimonio es una trampa para caer en el esclavismo", escribe otro usuario. Un tercero critica la cuarentena impuesta por Reddit: "Nos teméis porque no nos podéis controlar. Os sentís amenazados porque sabemos vuestro plan: subyugarnos a nosotros, los hombres", escribe.
“La ideología de la ‘web masculina’ comparte rasgos con otros extremismos de derechas”
¿Qué consecuencias tiene este crecimiento de foros marginales misóginos en la vida real? Más del que parece: "El impacto en la vida real de la gente es terriblemente real, sobre todo cuando aparentemente radicaliza hasta la violencia fatal", dice Mary Lilly, investigadora canadiense independiente, autora de una tesis en 2016 sobre la web masculina. Además de casos como el del guarda costero Hasson, se han producido masacres en Toronto (Canadá) o Santa Barbara (EE UU) por hombres autodefinidos como incels: en Toronto, uno mató a 10 personas con una furgoneta y, en Santa Barbara, otro a seis estudiantes de la universidad local. Un informe de las autoridades de Texas de enero de 2020 define a los incels como "amenaza terrorista local": "Sus miembros actuales muestran amenazas de violencia como resultado de sus quejas sociales".
La ideología de los miembros de estos grupos tiene algunos rasgos claramente definidos, según Lilly, que los enlaza con el caso de Hasson: "La ideología de la web masculina comparte rasgos con otros extremismos de derechas. En el fondo es una queja cultural: resentimiento del modo moderno de ser hombre y mujer. Creen que la civilización occidental se derrumba debido a las fuerzas progresistas, especialmente feministas". También veneran un pasado mítico, con su "orden moral y el deseo de volver a jerarquías tradicionales de poder" y usan "un discurso racista o supremacista blanco", añade la investigadora.
Este movimiento está por ahora centrado en Estados Unidos, pero nada indica que no se haya exportado a otros países: "Cada vez encuentro más vídeos en portugués asociados a estos movimientos", dice Horta. "No me sorprendería que también estén creciendo en lenguas como el español".
Lilly tiene una impresión similar sobre la expansión de esta visión del mundo: "Cuando estaba escribiendo mi tesis, hice algo de análisis sobre de dónde venía el tráfico de los participantes en la web masculina [en inglés] y vi que había lectores de todo el mundo", explica.
Estos movimientos aparecieron en los setenta, pero su vida sin Internet no sería la misma. Hay al menos siete factores importantes en el papel de la Red en el crecimiento de estas comunidades: cámara de eco con muros a la información correcta; facilidad de descubrimiento en plataformas abiertas; anonimato y falta de consecuencias ante las opiniones propias; acceso a fuentes de información poco creíbles; suspicacia ante el establishment, la arquitectura de las plataformas que promueven contenido más extremo, polémico o sorprendente. Y por último, "las comunidades online se agrupan por ideología, mientras que las offline tienen típicamente otros lazos, como vivir en el mismo barrio, así que online uno tiende a volverse extremo para demostrar más compromiso de los miembros a las creencias que les atan a los demás", explica Lilly.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.