LG Wing, a prueba: ¿el ‘smartphone’ con el diseño más loco del mercado?
El terminal tiene una doble pantalla giratoria pensada para utilizar varias aplicaciones a la vez
Los que creían que con los móviles plegables lo habían visto todo estaban equivocados. Si por algo se caracteriza el LG Wing, es por un diseño probablemente único en el mercado. A primera vista, parece un smartphone tradicional. Pero basta con hacer un poco de presión con el dedo en su frontal y girar hacia la derecha. La pantalla principal rota 90 grados y desvela por debajo una segunda pantalla, más pequeña. El smartphone adopta así una forma que recuerda a la letra T y plantea múltiples interrogantes. ¿Hasta qué punto tiene sentido esta doble pantalla giratoria? ¿Para qué se puede utilizar? ¿Veremos más móviles con este diseño en el mercado o pasará a la historia como una apuesta estrambótica y sin sentido de la marca surcoreana?
EL PAÍS ha probado durante unos días este smartphone, que cuesta 1.099 euros. Es un móvil grande, pesado y con bordes ligeramente curvados. Tiene una pantalla principal de 6,8 pulgadas y un grosor de 10,9 milímetros y pesa 260 gramos. Por ello, lo más cómodo es manejarlo con las dos manos. Desplegar el móvil es bastante sencillo. Apenas requiere fuerza y se puede realizar con una sola mano. LG promete que el terminal aguanta más de 200.000 giros. En las pruebas realizadas por este periódico, el mecanismo de bisagra ha resistido bien y no ha dado ningún problema.
Al desplegar el móvil, una pantalla secundaria queda al descubierto. Es notablemente más pequeña. Quizás demasiado. Tiene 3,9 pulgadas y un formato casi cuadrado. Uno de los puntos fuertes es que es posible utilizar el terminal en la orientación deseada. Es decir, se puede usar con la pantalla principal en horizontal y la secundaria arriba o abajo y también con la principal en vertical y la secundaria a la izquierda o a la derecha.
Las dos pantallas pueden funcionar de forma independiente la una de la otra. Por ejemplo, en una se puede ver un vídeo de Youtube o utilizar Google Maps mientras que en la otra se chatea por Telegram, se consulta el correo electrónico, se hace una búsqueda en Internet o se toman notas. De hecho, es posible crear parejas predefinidas de apps que se usen habitualmente juntas para abrirlas simultáneamente.
Acostumbrarse a utilizar ambas pantallas a la vez lleva su tiempo. Si bien es cierto que esta segunda pantalla invita a la multitarea y facilita la apertura de dos apps a la vez, en ocasiones se queda pequeña e invita sobre todo a realizar acciones básicas. Por ejemplo, resulta especialmente útil para consultar notificaciones sin que el vídeo que se visualiza en la pantalla principal quede interrumpido. Por el momento, la marca surcoreana no permite arrastrar contenido de una pantalla a otra.
Más allá de facilitar la multitarea, la utilidad de la doble pantalla giratoria es limitada. Hay algunas aplicaciones que han sido adaptadas y se pueden usar en las dos pantallas a la vez. Por ejemplo, en la galería, el usuario puede usar la pantalla secundaria como una paleta de edición mientras el vídeo o la fotografía se muestra en la pantalla principal. La doble pantalla también puede resultar útil para usar algunos videojuegos como el Asphalt 9. En esta app de carreras el panel secundario se puede usar para configurar diferentes ajustes del juego o mostrar el mapa del circuito. LG no ha especificado el número concreto de aplicaciones que a día de hoy han sido adaptadas específicamente para este terminal.
Cámara frontal motorizada y modo gimbal
Es destacable el aprovechamiento del panel frontal. La pantalla carece de notch y agujeros en la pantalla porque la cámara frontal, de 32 megapíxeles, está oculta y tiene un mecanismo pop up que la despliega. “Tenga en cuenta que empujar o tirar de la cámara frontal puede dañarla”, alerta el terminal. En su trasera, que se ensucia fácilmente con las huellas dactilares, tiene un gran módulo de cámaras que recuerda al de otros terminales como los Galaxy Note 20 —aunque sobresale bastante menos—. En total, cuenta con tres cámaras traseras: un sensor principal de 64 megapíxeles y dos ultra gran angulares de 12 y 13 megapíxeles. En general, cuando hay luz las fotos salen bastante nítidas y con una colorimetría adecuada. Con poca luz, se echa en falta un poco de detalle, en especial al utilizar la lupa.
En relación al vídeo, el terminal incorpora una función Gimbal pensada para estabilizar los vídeos sin necesidad de recurrir a accesorios. En este modo, en la pantalla secundaria aparece un joystick que el usuario puede mover en cualquier dirección para cambiar el enfoque. Los resultados son bastante buenos. El smartphone tiene una función que permite convertir a quién graba también en protagonista. Permite realizar una grabación dual utilizando la vista frontal y trasera de la cámara. En este caso, es posible guardar los vídeos juntos en un solo archivo o por separado.
El LG Wing, que es compatible con las redes 5G, tiene 8GB de RAM, 128 GB de almacenamiento (ampliables a hasta 2TB con una microSD) y un procesador Snapdragon 765G. En general, el rendimiento del terminal es bueno tanto cuando solo se usa una app como cuando se utilizan dos diferentes en ambas pantallas. La batería es de 4.000 mAh y tiene carga rápida. Con un uso normal, la batería se extiende durante una jornada. Eso sí, la duración de la batería depende en gran medida de de cuánto se use el modo giratorio.
Quizás LG acierte con el diseño de este terminal. O quizás no. Probablemente se quede en un capricho relegado a unos pocos early adopters. Aún es pronto para saberlo. Pero con LG Wing el fabricante da el pistoletazo de salida al Proyecto Explorer. Se trata de la nueva línea estratégica de móviles de la marca coreana que aboga por conseguir dispositivos innovadores y vanguardistas para cambiar la forma de entender la tecnología. Si el LG Wing no triunfa, quién sabe si con el tiempo de este proyecto saldrá el móvil del futuro.
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