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‘Galileo’ vuelve a funcionar tras la avería en los equipos del centro de control

La Comisión Europea crea una junta de investigación para analizar las causas del fallo, que ha dejado inoperativo el sistema durante una semana

Europa Press

Galileo, el sistema de posicionamiento europeo por satélite alternativo a GPS, vuelve a funcionar con normalidad tras una semana inoperativo por una avería en los equipos de los centros de control que calculan las predicciones de tiempo y órbita. El incidente se ha generado en diferentes elementos en varios centros, razón del retraso en la reparación de la avería, según la Comisión Europea. La UE ha creado una junta de investigación para analizar las causas del fallo.

Lucía Caudet, portavoz del Mercado Único Europeo, Industria e Innovación de la Comisión Europea aclaró que el fallo se ha detectado en la infraestructura de tierra y no en los dispositivos en órbita. Sin embargo, la portavoz de la Comisión Europea se limitó a restringir el problema a la infraestructura desplegada en Europa sin desvelar cuál, dónde y por qué. “Los técnicos han trabajado 24 horas, siete días a la semana”, afirmó Caudet.

Previamente, la GNSS publicó el día 11 de julio un mensaje en el que afirmaba que el servicio iba a verse afectado “hasta próximo aviso”, pero que volvería a estar operativo "lo antes posible". Parecía una simple tarea de mantenimiento o un problema menor hasta que el 13 de julio, la misma entidad alertó de la caída del servicio sin desvelar la causa ni el tiempo que tardaría en solucionarse. 

Galileo se puso en marcha en 1999, con una mezcla de inversión pública y privada en la que participaban varios países como Israel o China. El proyecto tuvo un comienzo complicado por varios retrasos y un aumento de los costes hasta 10.000 millones de euros, cuando inicialmente eran 3.000 millones

La Comisión establecerá una junta de investigación para determinar las causas exactas de este incidente. "La Comisión Europea junto la Agencia de la Unión Europea (GSA), aprenderá de este incidente para la futura gestión operativa del sistema, incluida la mejora de su redundancia", explica Caudet.

Galileo se puso en marcha en 1999, con una mezcla de inversión pública y privada en la que participaban varios países como Israel o China. El proyecto tuvo un comienzo complicado por varios retrasos y un aumento de los costes hasta 10.000 millones de euros, cuando inicialmente eran 3.000 millones. Finalmente el proyecto fue nacionalizado por la Unión Europea, que ha cubierto todos los gastos.

El programa lleva vigente desde 2016 en su fase inicial y las señales de este sistema de posicionamiento se combinan con otros sistemas como el estadounidense GPS, el ruso Glonass o el Chino Beidou, razón por la que apenas se ha notado el fallo durante el tiempo que Galileo ha estado inoperativo.

España lanzará satélites más potentes y modernos

Hisdesat y el Ministerio de Defensa han firmado un contrato para crear un nuevo programa de satélites de comunicaciones gubernamentales, denominado SPAINSAT NG, que sustituirán a los satélites SpainSAT y XTAR-EUR.

Los dos satélites actualmente operativos están llegando al final de su vida útil (15 años) y serán sustituidos por otros dos más potentes y modernos. “Está previsto el lanzamiento del primero a finales de 2023 y el segundo un año más tarde”, señala Miguel Ángel García Primo, director de operaciones de Hidesat.

Los satélites actualmente en órbita, SpainSAT y XTAR-EUR, tienen una cobertura concreta, es decir, entre dos usuarios en distintas localizaciones con dos haces apuntando a cada una y con un transpondedor (ancho de banda, potencia y conectividad determinadas).

Los nuevos satélites no tienen transpondedores. Son digitales. Desde la tierra se puede marcar la configuración, el bando de ancha y la potencia. Las antenas también son una novedad: son planas y generan los haces de manera electrónica lo que permite una absoluta flexibilidad.

Mientras los anteriores satélites operaban en las bandas E: de 3,30 a 4,90 gigahercios y levemente la Ka, de 27 a 40 gigahercios, los nuevos satélites funcionarán con banda Ka a plena potencia y UHF, de 300 a 1000 megahercios. Pesarán seis toneladas en vez de 3,8 lo que significa más potencia (de seis kilovatios a 21 kilovatios) y en términos de comunicación pasarán de un gigabit a ocho.

“Lo que no le puede faltar a un satélite del siglo 21 es una gran capacidad de almacenamiento y antenas activas que permitan mover los haces electrónicamente”, concluye García Primo.

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