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Así están conectados los nuevos diputados en Twitter: por qué el Congreso es un ejemplo de polarización

Las relaciones de los políticos españoles en redes muestran sus divisiones y quiénes son los más abiertos a otras opiniones

Jordi Pérez Colomé

Las cuentas de Twitter de los diputados son una muestra de la enorme polarización de la política española. Solo con saber a quién siguen en esa red social, un software es capaz de clasificarlos por partidos y bloques. No hace falta que digan nada, no hace falta que interactúen entre ellos ni mencionen sus siglas. Basta con saber a qué otros políticos siguen para que quede clara una cosa: sobre todo les interesa conocer qué dicen sus colegas de partido. Poco más.

Esa es la conclusión de un estudio de las cuentas en Twitter de 289 diputados electos (todos los que tienen cuenta en la red social, que representan el 86% del hemiciclo) realizada por una empresa especializada. Los seguimientos mutuos arrojan un mapa político escindido en dos bloques: a un lado, el PSOE, Podemos y los grupos nacionalistas; al otro PP, Ciudadanos y Vox. La amplia separación que se ve en el centro del gráfico es la frontera entre el Gobierno y la oposición más probables. “Con otros sectores nunca se ven grupos tan aislados como estos. Aquí se nota una cámara de eco mayor, parece que no quieren escuchar lo que dicen los políticos de otros partidos”, dice Victoriano Izquierdo, cofundador de Graphext, la empresa creadora del software.

El programa estudia a quién sigue y por quién es seguido cada político, y establece unos hilos que fijan su colocación: los que miran más a otros partidos (o son mirados más desde otros partidos) están más centrados. Por ese motivo, obviamente, los líderes de todas las formaciones están más cerca del centro. En cambio, los políticos que están apelotonados dentro de la nube de su partido son los que menos miran hacia fuera.

Hay casos interesantes. El líder de ERC, Gabriel Rufián, está muy conectado con su partido, Podemos y el PSOE. Pero solo sigue a dos diputadas del PP: Andrea Levy, que también le sigue, y Cayetana Álvarez de Toledo, que no lo hace. Pablo Casado sigue a Rufián, el líder de ERC no sigue a Casado. De Ciudadanos sigue a media docena de diputados, pero entre ellos no están ni Albert Rivera ni Inés Arrimadas.

Del PP, Rufián solo sigue a dos diputadas: Andrea Levy, que también le sigue, y Cayetana Álvarez de Toledo, que no

Albert Rivera solo sigue a una diputada de Podemos (además de Pablo Iglesias): Aina Vidal, de En Comú Podem. El único miembro del Gobierno o del PSOE, además de Sánchez, a quien sigue Rivera es el ministro de Ciencia, Pedro Duque, que es claramente el ministro que más consenso despierta en los otros partidos. Inés Arrimadas es algo más plural que Rivera con la izquierda, y también con Vox; Rivera les ignora, pero Arrimadas se sigue con Santiago Abascal e Iván Espinosa de los Monteros.

Bloques

El lugar que ocupan dentro del partido también da pistas sobre los políticos: Marcos de Quinto es el diputado de Ciudadanos más cercano al PP. Y Toni Roldán y Marta Martín Llaguno son los más cercanos a la izquierda, al menos en lo que se refiere a su actividad en Twitter.

La colocación de los partidos como bloques también es indicativa. Vox vive entre el PP y Ciudadanos: no está más cerca de uno que de otro. Parece que entre ambos, además, aspiran a impedirle el paso hacia el centro del Congreso. Otras conexiones parecen explicadas por el origen geográfico, como los de algunos diputados de Ciudadanos con otros independentistas. Por su parte, Unidas Podemos es la formación que más relación tiene con los partidos nacionalistas.

Aitor Esteban, del PNV, juega otro papel equidistante, aunque esté cerca de los nacionalistas y Podemos

Ana Oramas, de Coalición Canaria, aparece como una especie de satélite entre PSOE y PP, aunque solo se sigue mutuamente con dos diputados populares, Pablo Casado y Guillermo Mariscal. Aitor Esteban, del PNV, juega otro papel equidistante: le siguen líderes del PSOE, Podemos, PP y hasta Juan Carlos Girauta, de Ciudadanos, pero él no sigue a nadie. De hecho, incluso entre los miembros de su partido, Esteban solo sigue a Idoia Sagastizabal.

Uno de los diputados que más mira hacia fuera —y eso le lleva a estar más en el centro del gráfico— es el catalán Sergi Miquel Valentí, del PDeCAT. Sigue, sin ser correspondido, unas 30 cuentas de políticos de Ciudadanos, PP y PSOE. Será el vigía de su partido o creerá que es bueno saber qué dicen los demás: es el único que lo hace en todo el Congreso.

Más por obligación que por voluntad

El tamaño de la imagen de cada político no es su número de seguidores, sino el total de seguidores que tiene en el Congreso. Iglesias tiene más seguidores que Sánchez en Twitter, pero a Sánchez le siguen más políticos con más seguidores. Por eso es más grande.

El tamaño permite ver también a quién se presta atención en cada partido. Pedro Sánchez es el líder obvio en este momento, pero en el PSOE, por ejemplo, los segundos son el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que también es secretario de Organización del partido, y el exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza, que es un enorme foco para la izquierda, pero que solo tiene relación más allá con la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, y tres diputados de Ciudadanos. Es un buen ejemplo de la polarización del Congreso. A pesar de los nuevos partidos, no ha cambiado tanto.

El gráfico no es, en todo caso, una prueba tajante de las afinidades de los diputados, entre otras cosas porque algunos de ellos tienen cuenta en Twitter más por obligación que por una voluntad real de interactuar. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, por ejemplo, ha estado presente en muchas negociaciones y su voz es importante dentro de su partido, pero en la red social sigue solo a su gente y a Casado. Tampoco nadie le presta mucha atención desde fuera.

La legislatura está aún por empezar y algunos de estos nodos pueden cambiar. Pero las bases de la polarización, al menos en Twitter, están asentadas.

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Sobre la firma

Jordi Pérez Colomé
Es reportero de Tecnología, preocupado por las consecuencias sociales que provoca internet. Escribe cada semana una newsletter sobre los jaleos que provocan estos cambios. Fue premio José Manuel Porquet 2012 e iRedes Letras Enredadas 2014. Ha dado y da clases en cinco universidades españolas. Entre otros estudios, es filólogo italiano.

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