Tres alternativas al lápiz óptico del iPad Pro
El nuevo dispositivo de Apple, que sale hoy a la venta, solo puede usarse con un lápìz, pero existen otros para dibujar, retocar fotos y escribir, que pueden usarse con los demás iPad
Hubo cierta decepción al saberse que el lápiz óptico presentado con el iPad Pro solo sería compatible con ese modelo. Por fortuna existen otros lápices para dibujar, retocar fotos y escribir ocasionalmente que pueden usarse con los demás iPad. Hemos puesto a prueba tres: el Adonit Jot Touch, el Wacom Intuos Creative Stylus 2 y el Sensu Brush.
Los hemos probado en un iPad Mini de primera generación e incluso en un iPhone 6 Plus, un dispositivo que por su pantalla de cinco pulgadas y media puede resultar atractivo para realizar algunos dibujos. La única aplicación con soporte para lápices ópticos que hemos encontrado para iPhone es SketchBook.
Los modelos de Adonit y de Wacom tienen en común que, para comunicarse con el iPad, utilizan tecnología Bluetooth 4.0. Eso hace que sean mucho más precisos que otros punteros y que permitan detectar la presión que ejercemos sobre la pantalla para obtener un trazo más intenso o más ligero.
El de Sensu no cuenta con esa tecnología, pero tiene interés porque es de los pocos pinceles táctiles de los que tenemos noticia. Para lograr engañar a las pantallas táctiles, sus pelos están fabricados con un material metálico, similar al de algunos pinceles japoneses.
Durante muchos años Wacom ha liderado el desarrollo de tabletas gráficas para dibujar con ordenador. Por eso el logo de la empresa pesará para algunos. En el caso de este producto se ha realizado un esfuerzo, en hardware y software, para intentar que funcione lo mejor posible en un dispositivo que oficialmente es hostil a los punteros.
Aunque Adonit no es tan conocida entre los artistas y los profesionales del diseño, su modelo Jot Touch y otros de su catálogo han logrado ser bien recibidos entre los que buscan un lápiz para una pantalla táctil. Adobe además ha confiado en esta compañía para la fabricación de un puntero y una regla digital especialmente diseñados para sus aplicaciones móviles. De hecho, la empresa que desarrolla Photoshop aunque da soporte a los dos lapiceros aquí analizados en sus productos de la App Store, el lápiz de Adonit suele funcionar algo mejor que el de Wacom en este caso.
Dos pinceles muy similares
La configuración de ambos es muy sencilla y rápida. El problema es que, como sucede con cualquiera de estos accesorios, debemos hacer la operación cada vez que utilizamos una de las aplicaciones compatibles. Existe una buena variedad en ambos casos. Wacom por su parte ha desarrollado Bamboo, una aplicación propia que aunque no es muy avanzada responde especialmente bien a su lápiz.
Un problema que hemos detectado en ambos dispositivos es que a diferencia de lo que sucede en tabletas que vienen equipadas con un puntero, como algunas de Samsung, no vemos un punto en la pantalla que nos indique exactamente la zona en la que vamos a dibujar. Esto hace que sea complicado al principio atinar con precisión en un área muy concreta de la pantalla. Aunque este problema se debe a las limitaciones que Apple impone a estos lápices.
Mucho mejor resuelta está la forma en la que estos aparatos son capaces de aplicar trazos al aplicar presión sobre la pantalla. Al igual que sucede con un lápiz o un rotulador corriente, el trazo varía según presionemos con más o menos fuerza. Ambos modelos detectan más de 2.000 grados de presión. En la práctica no hemos encontrado una diferencia sustancial entre uno y otro en este aspecto. Esta cualidad en cualquier caso no es igual de efectiva con todas las aplicaciones.
Tanto el lápiz de Wacom como el de Adonit cuentan con dos botones que pueden ser configurados para por ejemplo borrar o deshacer la última acción que hemos realizado. Algo que es muy práctico y que supone una ventaja frente al Apple Pencil, que no cuenta con estos botones.
Un punto flaco de ambos dispositivos es el ligero retardo que se produce al pulsar sobre la pantalla y ver el trazo. Aunque este desfase no es demasiado grande, al principio puede resultar molesto. Pero tras unas cuentas sesiones de dibujo este problema casi se termina olvidando.
Otra de las cosas que ofrecen ambos es la posibilidad de que al apoyar la mano sobre la pantalla no dibujemos sobre esta accidentalmente. Aunque esto depende de la aplicación concreta que usemos. De hecho, algunas que en principio son compatibles con uno o con los ambos lápices no soportan esta función. Además, hay que desactivar los gestos multitáctiles en el iPad para que funcione.
Mucho menos nos convencen estos dos accesorios a la hora de usarlos para escribir. Sobre todo si trabajamos con una pantalla de pequeño tamaño, como la del iPad Mini. Si tomamos notas a gran velocidad la legibilidad de la escritura se resiente bastante. Además, no es sencillo poner puntos en el texto con un solo toque. Tampoco su diseño es el más adecuado, sobre todo por su grosor, para tomar notas con frecuencia durante mucho tiempo. Para esa labor es mejor utilizar un lapicero óptico específicamente diseñado para la escritura.
Una diferencia importante entre los dos lápices es el sistema de carga. El de Adonit incorpora una original base de carga magnética que se conecta a un puerto USB, una solución más elegante que el cable USB que incorpora el Wacom, aunque también puede resultar problemático este cargador si tenemos otros dispositivos conectados a los puertos USB del ordenador.
El de Adonit, en teoría, permite trabajar 11 horas y su batería se carga en hora y media. Wacom proporciona el dato de que la batería del lápiz dura hasta 26 horas, aunque no queda claro si las alcanza trabajando con él. En la práctica hemos comprobado que ambos modelos tienen una gran autonomía y no es necesario recargar con frecuencia su batería.
En ergonomía, algo fundamental para los que pasen muchas horas dibujando, el lápiz de Adonit nos ha parecido algo más cómodo que el de Wacom. Aunque tampoco en este aspecto hemos encontrado diferencias fundamentales. El precio oficial del modelo de Adonit es de 99 dólares, en España puede encontrarse por 99 euros. Algo más económico resulta el Wacom, cuyo precio oficial es de 79 euros.
El Jot Touch viene presentado en una carcasa de plástico, pero no cuenta con una caja específica para guardarlo como el Intuos Creative Stylus. Este último viene acompañado también de una punta de recambio para sustituir la que viene por defecto. Algo que delata que puede sufrir desgaste. Wacom de hecho la vende como repuesto, mientras que Adonit no.
En definitiva, ambos modelos son tan parecidos que cuesta decantarse por uno u otro. Por lo que la elección puede venir determinada por saber cual es el que mejor funciona con las aplicaciones que se usen habitualmente. Por ejemplo, Adobe Line detecta si apoyamos la mano al dibujar en la pantalla del iPad al usar el lápiz de Adonit, mientras que esa función no está disponible en la misma aplicación si usamos el lápiz de Wacom. En cambio, si usamos la aplicación Autodesk SketchBook sucede lo contrario.
Sensu Brush
El pincel de Sensu es un gran complemento para cualquiera de estos lápices, pues resulta increíblemente efectivo a la hora de trabajar con aplicaciones que simulen el uso de técnicas de pincel, como es el caso de la acuarela. En Paper por ejemplo nos ha parecido genial lo bien que funcionaba con esa función el Sensu Brush.
En cualquier caso también resulta interesante su uso para emplearlo con herramientas como las de rotulador y cualquier otra con la que no busquemos trazos demasiado finos. Aunque con un poco de práctica y habilidad también es posible usar este pincel para dibujar con precisión.
Lo mejor del Sensu Brush es que a diferencia de los que sucede con los lápices ópticos su uso es bastante natural. Hasta el punto de que casi parece que estamos trabajando sobre papel en vez de sobre una pantalla. Lo único que delata que no es así, es que en algunas aplicaciones a veces al sujetarlo con cierta inclinación la pantalla no responde adecuadamente. En cualquier caso este pincel nos ha parecido casi imprescindible para todos aquellos que quieran dibujar o pintar con el iPad con frecuencia o de forma ocasional.
La huella del experimento o el ensayo gráfico puede quedar relegada frente a la posibilidad de borrar sin que exista una superficie que lo registre”
Evidentemente, no cuenta con ninguna clase de batería y de su diseño destaca lo ligero y portable que es. Tanto que se puede llevar siempre encima. Además, su parte trasera, acabada en goma, puede servir como un lápiz sencillo para borrar o realizar dibujos en los que no se requiere un gran nivel de precisión.
Una precaución que debemos tener es que, como sucede con cualquier pincel tradicional, debemos tener cuidado de no doblar excesivamente los pelos del pincel. Pues en ese caso se irán deteriorando. Aunque el fabricante vende puntas de repuesto. También hemos apreciado que el lacado exterior se acaba desgastando con el roce de la mano. Su precio es 39,90 dólares, en España se vende por algo menos de 40 euros en algunas tiendas de internet. También existe una versión algo más económica que no hace la función de lápiz.
¿Pantalla o papel? La opinión de una experta
Manuela Martínez Romero es profesora de dibujo en la Escuela de Arte de Albacete. Le hemos pedido que pusiera a prueba estas tres herramientas en el iPad Mini y en el iPhone 6 Plus. Las funciones de rotulación y aerógrafo son las que le han parecido más útiles al usar los lápices de Adonit y Wacom. En cualquier caso ambos dispositivos le han transmitido sensaciones similares en lo que a precisión, respuesta a la presión y ergonomía se refiere.
Al preguntarle por las diferencias que se sienten al usar una pantalla con estas herramientas frente al papel, Martínez señala cuatro aspectos. El primero se refiere a que “en el dibujo sobre soportes no digitales se aprecia la textura de la superficie, el sonido del roce de cada material aplicado con diferentes técnicas. Tengo la impresión de que el dibujo digital es silencioso”.
“La huella del experimento o el ensayo gráfico puede quedar relegada frente a la posibilidad de borrar sin que exista una superficie que lo registre”, apunta. También le parece relevante que “el dibujo digital es inmediato. En cualquier sitio puedes disponer de variados pinceles, técnicas y acabados”.
Sobre la inmediatez de estas herramientas, Martínez opina: “La posibilidad de trabajar sobre imágenes fotográficas tomadas en el instante o partir de formas en directo agiliza las tareas del ilustrador”. De hecho, una de las ventajas de utilizar una iPad o un iPhone como lienzo digital en lugar de una tableta digitalizadora especialmente diseñada para dibujar es precisamente que las cámaras de estos dispositivos facilitan bastante la posibilidad de calcar o retocar directamente una imagen.
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